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jueves, 22 de marzo de 2012

Del idiolecto icónico al idiolecto fotográfico.




b) Del idiolecto icónico al idiolecto fotográfico.
Habría que desarrollar en profundidad un estudio comparativo de la evolución de los estudios lingüísticos y los avances de los estilos artísticos, para esclarecer esa búsqueda de las formas artísticas que parece desembocar en la práctica de la fotografía, cuya aparición histórica se debe a una necesidad social. O lo que es lo mismo: la búsqueda de los antecedentes históricos de la representación fotográfica. El hecho de buscar una prehistoria de la fotografía supone:

1.- La fotografía es una forma de (re)presentación (¿o reproducción?) visual a la que el hombre ha accedido a través de otros medios plásticos; o, dicho de otro modo, la fotografía en su acepción más común es aquella imagen que se realiza por medio de una cámara fotográfica.

2.- La fotografía aparece donde y cuando, por primera vez, un hombre quiere reproducir cualquier fracción de la realidad tal y como la luz se la presenta, o, lo que es casi lo mismo, reproducir la luz tal y como las cosas se la presentan.

3.- El papel histórico de la fotografía (refiriéndonos exclusivamente al hecho consumado de la fotografía como utilización gráfica de materiales fotosensibles), aunque habría que estudiarlo desde distintas vertientes (social, artística, antropológico) se nos presenta principalmente como catalizador de una revolución en la comunicación social y en las formas artísticas propuestas por la vanguardia.

Estos planteamientos no llevarían a aceptar que el arte anterior a la aparición “oficial” de la fotografía ya tendía a la actividad propia de la fotografía: la observación de la realidad a través de la acotación del espacio y del tiempo.

Leornardo, Caravaggio o Velázquez, eran fotógrafos sin cámara. Si la hubiesen tenido, la habrían utilizado, pero sus respectivos momentos históricos, además de no permitírselo científicamente, sencillamente no se lo exigían.
La aparición de la fotografía altera las pretensiones de las artes plásticas como reacción irreflexiva a la paradoja que plantea como forma de representación y como arte figurativo.

La invención de la fotografía plantea de forma brutal el problema de la hegemonía de la palabra como forma de expresión y comunicación.
Podríamos encontrar, incluso, cierta similitud con la aparición, en la sociedad occidental, de la Imprenta.
Si bien es cierto que Güttenberg aporta el revolucionario sistema de tipos móviles, no es menos cierto que en China la imprenta era algo muy antiguo que, sin embargo, por razones socioculturales no dio el paso que faltaba para acelerar el proceso de comunicación cultural.

El pensamiento occidental puede verse el ombligo con una inmediatez inimaginable en tiempos de los libros manuscritos. El tesoro cultural extiende sus dominios y se hace más asequible. Las palabras llegan más lejos y a más sitios en menos tiempo y las réplicas se aceleran.
La importancia del medio de comunicación de masas que posee la imprenta cobrará su mayor significación histórica en la Revolución Francesa como vehículo del cambio social.
La Fotografía, por su parte, ilustra el cambio económico y social que conlleva la Revolución Industrial.
Los elementos que constituyen la imprenta ya existían, pero su concurrencia sólo podía darse en un entorno social que lo solicitaba, y éste no estaba en China.
Algo semejante podríamos decir de la fotografía, y muy especialmente en relación a las diferentes formas de representación.

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