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jueves, 29 de enero de 2015

Animalidad y percepción. Estereoscopia, espacio y tiempo a través de las enseñanzas artísticas.

Ana Campillo



Necesitáis gafas de anaglifo (filtros rojo-azul) para visualizar el efecto 3D de las  imágenes de esta entrada
La visión estereoscópica supone la capacitación de ciertas especies animales para percibir el relieve y la textura de los objetos, además de la profundidad espacial, la percepción de la distancia existente entre unos objetos y otros con respecto al observador a través de la triangulación de los ejes ópticos de ambos ojos respecto a su intersección con el plano de enfoque. Es el mismo principio que aplican los telémetros de muchas cámaras fotográficas. Los animales cuyos ojos se sitúan en un mismo plano perpendicular al eje óptico, en posición frontal respecto a su cabeza, tienen visión estereoscópica, en 3 dimensiones, que les posibilita percibir la profundidad de su entorno e intuir la distancia a la que se encuentran de los objetos estáticos o móviles por motivos decisivos para la supervivencia. En el caso de los carnívoros o depredadores, para facilitar la captura de las presas y optimizar los resultados de su acecho, al calcular la precisa potencia del salto necesario para dicha captura. En el caso de ciertos animales no carnívoros, esta circunstancia suele darse por un control del espacio crítico de apoyo, como en animales arborícolas, por ejemplo.
La fotografía estereoscópica es casi tan antigua como la fotografía misma, pero la larga tradición de representaciones gráficas bidimensionales hace que se dé una cierta problemática acerca de los sistemas de visionado tridimensional. El reciente resurgir de las proyecciones cinematográficas en 3D gracias al perfeccionamiento de las dobles proyecciones de polaridad perpendicular divide al público en entusiastas de la inmersión 3D y escépticos o detractores de un sistema que no aporta nada relevante, que encarece los productos audiovisuales o que provoca la incómoda necesidad del uso de gafas especiales.
Nuestra condición animal implica un pasado evolutivo que comparte el medio arbóreo y la depredación, y, por tanto, la visión estereoscópica. Nuestro mundo es en 3D, pero el dibujo, la pintura y las imágenes de índole fotográfica han prosperado en formato bidimensional.
Las imágenes tridimensionales tendrían que ser algo mucho más habitual y natural en nuestras manifestaciones gráficas, pero es evidente el triunfo de la interpretación de la bidimensionalidad.
Un prejuicio frecuente, similar al que condenaba la irrupción del sonido o del color en el medio cinematográfico, presenta a la tercera dimensión como una especie de reclamo espectacular poco artístico, una especie de recurso comercial hortera que hace que las imágenes sean más impresionantes o llamativas, pero no por ello más artísticas, o incluso menos.
La tercera dimensión está en el espacio y en nuestro modo natural de percibirlo, así que debería ser posible contemplar la fotografía estereoscópica como un género artístico particular, del mismo modo que lo es el bajorrelieve respecto al dibujo o a la escultura.
Las parejas estereoscópicas, con el advenimiento de la era digital e internet, encontraron un nuevo soporte de visualización en al GIF animado, y, como ya hemos mencionado en entradas anteriores y en otros apartados de nuestros blogs anexos, constituye también un nuevo género fotográfico digno de mención considerando sus propias reglas.

Si bien esta entrada no es más que una nueva reflexión para refrescar nuestro interés por las manifestaciones artísticas que recurren a los sitemas 3D, lo cierto es que ha sido motivada, fundamentalmente, por la fotografía estereoscópica de Ana Campillo que encabeza este artículo. La imagen anaglifa de una reprocucción de un alce por la firma Schleich ante una fotografía enmarcada de un paisaje natural, dos artificios compartiendo un espacio plano artificialmente tridimensional. Me parece una completa y contundente metáfora de nuestra ensoñación sensorial del mundo natural, ese que se nos escapa cada vez más y que queremos retener con nuestras recreaciones plásticas, una idea que sobrevuela mi propia serie de escanogramas y fotografías esteroscópicas "despedida", de la que podéis ver unas pocas muestras al final del post.

El archivo de imágenes fotográficas estereoscópicas generado desde la actividad que coordino desde mi posición docente en la Escola d'Art de l'Hospitalet se suma a otro dedicado a los GIFs animados. La razón no es otra que el interés suscitado por ambas técnicas fotográficas a la hora de compartir un campo fotográfico que indagaría en los límites de nuestro universo perceptivo, en este caso el visual, atrapado por las fotografías, que capturan un momento temporal inmóvil en dos dimensiones. Sin embargo, la fotografía estereoscópica, basada en dos ángulos de visión simultáneos, aporta la tercera dimensión, mientras que el GIF animado aporta la cuarta, el tiempo, aunque sea en bucle limitado. Esta capacidad del GIF, todo un género si vamos más allá de su mera condición de formato de archivo, le otorga la posibilidad, como hemos visto en otras ocasiones, de constituir una opción de visionado de una pareja estereoscópica para simular el espacio tridimensional al girar levemente alrededor de un objeto que adquiere volumen espacial y relieve.
Además de esto, he constatado que, por algún motivo, la realización de anaglifos digitales mediante exposiciones consecutivas con cámaras monoscópicas ha llevado a menudo a mis alumnos a buscar aspectos relevantes en el espacio que sugiriesen todavía más dimensiones, o un "más allá", por lo que son frecuentes las imágenes de cementerios o con alusiones a los espíritus u otras dimensiones de la existencia. Lo cierto es que la razón principal para ello es que se trata de espacios tranquilos y poco transitados que reúnen características de espacios urbanos ajardinados y espacios naturales que dan un buen resultado escénicamente al ser visualizados en 3D, con las ricas texturas y relieves de sus plantas, sus esculturas y sus panteones. Ana Campillo reivindica la presencia tangible de la presencia de la fauna salvaje con una imagen sencilla y contundente, pero también nos invita a ahondar en reflexiones espacio-temporales através de sus imágenes de tumbas y panteones, de la reproducción de objetos que apuntan a esta misma cuestión -como el caso emblemático de la mítica cabina telefónica que habita Dr Who,




Ana Campillo:





Por otras vías más afectivas y cercanas al reportaje social, Bibi Oye buscaba la presencia tridimensional de personas acompañadas por sus animales en las calles de Barcelona, y sin duda conseguía reunir todos los trasuntos comentados en la imagen de una mujer acompañada por su perro ante la persiana de una carnicería, cuyo plano trampantojo se pone especialmente en evidencia al contemplar la versión tridimensional de la imagen.



Bibi Oye:



Luís Barrera:


Luís Barrera encuentra la manera perfecta para hablar de escultura, arquitectura y forma a través de la fotografía tridimensional de una escultura emblemática del ensanche barcelonés que humaniza una anatomía animal

Laura Bernabé:



Como vemos en esta selección, Laura Bernabé indaga en nuestra predilección por el reconocimiento de texturas naturales y formas animales.













Por su parte, Ariel Conde, más conceptual, nos recuerda que las ideas también son susceptibles de adquirir dimensionalidad alternativa, y que verdad y realidad no son sinónimos.

Ariel Conde:


Adela Framis:
En esta imagen, un lugar de tránsito como la Estación de Francia de Barcelona, ofrece un espacio escópico por el que transitar antes de acceder a los servicios de la invención humana que más ha colaborado en una nueva percepción de espacio y el tiempo, además de la fotografía, : el ferrocarril.



Captación de recursos:


La presencia de fuentes públicas como mobiliario urbano implica también la presencia del recurso acuífero canalizado. Una foto 3D de una fuente acentúa la imposibilidad del acceso material a la realidad en las imágenes fotográficas.


Escultura y animales

Una vez más, la escultura y el urbanismo recurren a las formas de inspiración zoológica. En este caso, el colofón del desaparecido restaurante Gambrinus, con la famosa "Gamba" de Javier Mariscal, que nos recuerda que se suele aplicar erróneamente una asignación popularmente aceptada a una especie representada con atributos que no le corresponden, ya que las gambas carecen de pinzas, y nos encontraríamos, en todo caso, ante la representación de una cigala. Es curioso constatar que en infinidad de ocasiones vemos designar como "langosta" en el cine y la literatura ilustrada a criaturas con pinzas supuestamente características que sólo pueden corresponder a bogavantes, ya que las langostas también carecen de pinzas.


Percepción de la continuidad y la incidentalidad. En este caso, una de las mejores fotografías esteroscópicas surgidas de este proyecto, tiempo y espacio están implícitos en la evidencia de una trayectoria que implica el reconocimiento de una cierta materialidad, una cierta dureza, un evidente traslapo, y un contraste entre la opacidad y la transparencia de los materiales.

José Navarrete:



Ramón Tresens:



Tornike Topschisvili:



Percepción: enfoque y textura.





Cruzar el espacio y el tiempo






Relaciones gráficas entre las dimensiones espacial y temporal a través de la estereoscopia y el bucle animado (GIF animado y fotografía estática)



















Mafa Alborés: "Adiós, Elefante" Escanograma esteroscópico (anaglifo)

Mafa Alborés: "Adiós, Elefantito" Escanograma esteroscópico (anaglifo)

Mafa Alborés: "Adiós, Liebre" Escanograma esteroscópico (anaglifo)

Mafa Alborés: "Adiós, Alce" Escanograma esteroscópico (anaglifo)

lunes, 19 de enero de 2015

Naturaleza y artificio. La percepción deconstruída. Esculturas zoológicas a partir de piezas de un mapa perceptivo o de piezas de analogía anatómica.













Zanjamos de momento nuestra revisión de trabajos escultóricos de carácter zoológico, en esta ocasión para complementar las anteriores, basadas en el despiece y su reutilización. Nos servimos de la obra de Shawn Smith para reflexionar sobre formas alternativas de reconocimiento de formas. Nuestra percepción es amiga de aprender, registrar y reconocer formas para economizar esfuerzos y ganar tiempo, aún a costa de los engaños que eso supone a menudo para sí misma. El arte figurativo no sería nada sin la existencia del recurso a la analogía. la búsqueda de coincidencias formales con recuerdos visuales o perceptivos en general. Pero, de forma muy básica, nuestra percepción visual también es analítica, observando los contrastes de brillo, matiz y saturación observables en el campo visual, lo que posibilita la existencia de los mosaicos romanos, del arte puntillista y de las imágenes de mapas de bits que reproducimos en las pantallas de nuestros ordenadores. Shawn Smith lo lleva a la tercera dimensión y nos alecciona sobre cómo funciona nuestra percepción en complicidad con nuestra tecnología digital, recreando formas zoológicas con piezas definibles como píxeles tridimensionales.
Tal vez no parezca algo muy sorprendente para una sociedad que ya ha visto todo tipo de trabajos artísticos, comerciales y audiovisuales con piezas de Lego, pero no dejan de resultar extrañamente hermosas estas materializaciones de animales pixelados, porque son algo así como la prueba de que lo que creemos percibir de los animales y lo que consideramos una reproducción detallada poseen límites tan estrechos como la realidad que creemos reconocer en ellos o los medios a través de los que los visualizamos.


El trabajo de Smith podría relacionarse con el de otros artistas que juegan a desafiar nuestra percepción visual para aleccionarnos sobre sus límites y sus propios mecanismos, tal y como hemos comentado al respecto del arte namórfico que a menudo hemos traído a colación en nuestro blog por un motivo u otro. Es por esto que hemos creído oportuno asociar a Smith con Chris Dorotz, aunque Dorotz no entre en la categoría de esculturas de carácter zoológico, pero sí de descomposición de los elementos (en este caso cromáticos) de la imagen para que sea el cerebro del espectador el que los recomponga y perciba la escena propuesta en la pieza, que en su caso comparte características de la pintura, la escenografía y la escultura, apuntando críticamente al funcionamiento de la imágenes rasterizadas, la composición en mapas de bits de cierta tipología de imágenes digitales de carácter fríamente analítico, en contraposición con las imágenes vectoriales (que, aunque digitales, utilizan analogías formales entre los contornos observados en la realidad visual y los contornos generados gráficamente por ordenador) y con las imágenes del arte analógico.






























Chris Dorosz:

Sus obras nos recuerdan conceptualmente a algunos trabajos de la fotógrafa Sandy Skoglund, aunque sirviéndose de recursos anamórficos presentes en la obra de George Rousse. El resultado, a medio camino entre la pintura puntillista y el diorama tridimensional, también evoca ciertos ecos de Gerard Richter. (En entradas anteriores comentábamos algún trabajo de similares características a cargo de Thomas Medicus.)












Anthony Howe:



En este caso, aunque podamos percibir ciertos parecidos con las obras vistas recientemente de Gary Hovey, lo cierto es que los fragmentos de sus esculturas metálicas están elaborados para tal fin, aunque aparenten piezas de fuselaje para aviación o construcción naval en algunos casos. Sin embargo, en la mayor parte de sus trabajos, los fragmentos se corresponden a contornos delimitados por áreas musculares concretas, con lo que sí que podríamos observar, aunque de forma muy estilizada, una cierta observación de la anatomía animal despiezada de manera bastante libre. El resultado recuerda, además de a carcasas de fuselaje, como hemos mencionado, al despiece propio de la carnicería. Los bruñidos acabados de sus superficies potencian y evidencian la arbitrariedad de las divisiones entre las piezas que conforman, por poner un ejemplo claro, su ejemplar de ciervo, o su versión escultórica de un caballo. No obstante, su cocodrilo y su león muestran una coherencia miológica bastante notable respecto al ensamblaje de las piezas.












Para cerrar el círculo de esta pequeña serie de entradas dedicadas a la escultura zoológica volvemos a aquellas basadas en la combinación de reciclaje y anatomía comparada que no acabábamos de ubicar en una categoría concreta para nuestra galería de ejemplos, ofreciéndoos directamente la transcripción de algunas entradas ajenas (linkadas a sus páginas de origen) que creo también resultan de interés, como el arte orgánico y en movimiento de Anthony Howe, a quien ya habíamos mencionado en El Animal Invisible, el león forjado por Selçuk Yılmaz, y una entrada de arte verde dedicada específicamente a enumerar y describir toda una serie de artistas influídos por todo un género genuinamente tailandés que produce arte a partir de material de deshecho y chatarra. Veréis que la inspiración de la anatomía comparada de libre interpretación, cercana por tanto a la ciencia ficción, inspira y se inspira en obras propias de Giger, cuyos paralelismo con las obras de Howe tampoco son meramente anecdóticas.


viviendo en la tierra













Arte Verde: El arte tailandés de dar forma y valor a la chatarra


Amortiguadores, piezas de motores o trozos de puertas de viejos automóviles son reutilizados en Tailandia para dar forma a gigantescas esculturas o reformar motos con las que llamar la atención por las calles de Bangkok.
La agudeza del ingenio o la falta de recursos ha llevado a un grupo de artistas tailandeses a optar por la chatarra como materia prima para realizar sus obras de arte.
Los míticos personajes malvados de taquilleras películas como Alien, Terminator o el mismo Darth Vader, tienen su réplica de acero en el taller y tienda de la artista tailandesa Yumi, seudónimo que utiliza la forjadora Anchalee Saengtai, y donde también se pueden encontrar personajes reales como Elvis Presley.
Todas las piezas son trabajadas a mano y pueden medir desde los veinte centímetros en el caso de las más pequeñas hasta la nada despreciable altura de 6 metros, que es la que tiene una escultura metálica inspirada en el protagonista del filme “Transformers”, Optimus Prime.
“Prefiero crear esculturas pequeñas”, afirma a Efe la artista tailandesa, quien precisa que para ella “son más divertidas” y la tarea de hacerlas resulta “menos agotadora”.
La réplica de Optimus Prime, el jefe de los Autoboots, propiedad ahora de un museo de California (Estados Unidos), fue creada por un equipo de tres personas que trabajaron en ella durante más de cuatro meses en jornadas intensivas.
Aficionados, coleccionistas y dueños de negocios de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra e incluso un hotel de la isla española de Ibiza han adquirido alguna de las obras de Yumi tras ver su trabajo en el taller o mediante imágenes a través de internet.
En una de sus tiendas ubicada en el sorprendente mercadillo de Chatuchak, a las afueras de Bangkok, la artista expone varias de sus creaciones, entre las que abundan personajes de ciencia ficción como Aliens o Predators; allí se pueden fotografiar -eso sí, previo pago-, grandes réplicas de más de dos metros de Iron-Man o Bumblebee, otro de los protagonistas de “Transformers”.
“Las esculturas de personajes malvados se venden más que las del bueno de la película”, apunta Yumi sobre los gustos de su clientela local e internacional.
Los precios de estas esculturas de acero van desde los 2.000 baht (unos 50 euros, 71 dólares) hasta los 500.000 (11.660 euros o 16.700 dólares) que el museo californiano pagó por la réplica de Optimus Prime.
La artista, que comenzó hace nueve años a manipular chatarra para crear las figuras, afirma que desde el inicio ha dado forma a varios centenares de esculturas de muchos tipos, desde automóviles, mesas o sillas extrañas hasta encargos de réplicas en acero hechas a partir de fotografías personales.
“Hay clientes que me envían una foto y quieren una escultura a semejanza de la instantánea”, explica la empresaria, que cuenta con dos talleres de trabajo y sendos comercios en la capital.
Entre sus proyectos, la forjadora tailandesa tiene el de dar forma al más famoso hidalgo de la literatura española, Don Quijote de la Mancha.
Además del de Yumi, también son conocidos otros cinco talleres dedicados a la creación de piezas artísticas trabajadas con materiales procedentes de vehículos desguazados.  Uno de estos artistas del reciclaje del sudeste de Asia es Roongrojna Sangwongprisarn, especializado en el montaje de motos  convencionales de gran cilindrada con un peculiar estilo de ciencia ficción.
Articulo publicado por efeverde.com


Coches usados transformados en arte

Por: 
Ciertos artistas han pensado que estaría bien hacer algo diferente y único uniendo sus habilidades. La idea era crear esculturas de metal partiendo de piezas de coches usados. Los artistas han construido las esculturas montando pieza a pieza componente de esos coches y el resultado es espectacular. Betty Hamblen Turner ha creado el “Marathon”, un toro creado de carbono, acero inoxidable y partes cromadas sacadas de un coche. Su trabajo ha llamado mucho la atención en todo el mundo y su escultura se ha expuesto en Benini Galleries y Sculpture Ranch.
Terrence Willment es otro artista con talento, con habilidades similares a Betty. Su obra es la del famoso “Alien” de la película (en la imágen).
Jim Shultz, de Carolina del Norte, ha dedicado 30 años de su vida reparando partes de automóviles. Más tarde encontró su pasión y habilidad haciendo figuras de esas piezas que tan bien conoce.
Alastair Gibson, nacido en Sudáfrica, ha decidido formar parte del mundo de las carreras de coches, para poder estar cerca de ellos y trabajar con el metal. Durante 14 años, Gibson estuvo trabajando en la  Fórmula 1 como mecánico para Bentton F1 y después como jefe de mecánicos en el BAR Honda Grand Prix. El también ha usado piezas metálicas de coches usados para crear su obra, un piraña muy bien conseguido.
Vía autoevolution





Anthony Howe hace esculturas que se rehúsan a quedarse quietas.
Sus enormes esculturas cinéticas de acero inoxidable giran, se voltean y transforma su figura en formas que pueden llevar a pensar en cualquier cosa, desde un calamar gigante hasta electrones que dan vueltas alrededor del núcleo de un átomo.
El artista de 59 años, originario de Utah, dice que la inspiración para hacer los monumentos de otro mundo puede venir de casi cualquier lugar: "Desde la parafernalia de ciencia ficción y baja tecnología hasta modelos microbiológicos o astronómicos".
 ¿Un calamar gigante? ¿Un sistema solar? Este es el jardín de esculturas hipnotizantes
"Cuando era niño, tuve la suerte de haber pasado mucho tiempo en el océano, en el agua", dice.
"Mi padre viajaba mucho. Vivimos en ocho distintas ciudades en los Estados Unidos, así que estuve expuesto a toda clase de cosas, además de libros y otras cuestiones".
Desde 1994, el artista estableció su hogar en 10 acres de la Isla Orcas, estado de Washington, un lugar que ahora incorpora la galería de Howe y el parque de escultura.
Su nueva creación -un pico de 5 metros de altura con un anillo giratorio de brazos de acero (abajo)- acaba de obtener el privilegio de tener un lugar en el jardín, y puedes ingresar aquí para verlo en acción en el nuevo video.
Howe ha estado haciendo esculturas cinéticas desde 1990. Después de graduarse en la escuela de arte, pasó cinco años en una casa que él construyó en una remota cima de montaña en New Hampshire. Fue allí donde pintó con acuarelas los paisajes, pero finalmente se aburrió. Consiguió un empleo como superintendente en un almacén y se mudó a Manhattan.
"Mi trabajo consistía, más que todo, en colocar estantes de acero, por lo que me vi rodeado de acero. Mis pinturas no iban a ningún lado, y me di cuenta que tenía mucha materia prima en los estantes de acero".
"También vivía sobre la azotea, con bastante espacio al aire libre, y tuve la idea de hacer cosas que giraran con el viento... y el resto es historia, así dicen".
Hoy en día, las esculturas (extremadamente complejas) inician su vida en una computadora, donde Howe hace un "bosquejo" digital en los paquetes de software de modelado 3ds Max y Rhinoceros.
Cada componente puede ser enviado de la computadora a un cortador láser, el cual talla con precisión la forma curvilínea.
Pero aún queda espacio para que las ideas se desarrollen y cambien, señala, a medida que finaliza los componentes a mano utilizando las técnicas tradicionales del trabajo con metales.
Él dice que la armonía entre los muchos componente distintos se crea al lograr un "muy buen equilibrio"; cada componente se ubica cuidadosamente en su eje para asegurar que será afectado de igual forma por la fuerza del viento.
Además de las formas orgánicas de la vida submarina y de las plantas, Howe menciona que ha sido inspirado por los libros ilustrados del autor del siglo XIX, Julio Verne. Verne soñaba con helicópteros y submarinos inspirados por la naturaleza -antes de que fueran creados en la vida real- en los libros clásicos de aventura como "Viaje al centro de la Tierra" o "Veinte mil leguas de viaje submarino".
Al igual que estas creaciones, las obras de Howe transforman el movimiento orgánico del mundo natural en frío acero, y aun así retienen su propio misterio hipnótico.
"Solo estoy haciendo muchas elecciones en base a lo que se ve bien para mí", dice con sencillez.
Para Howe, saber que otros están cautivados por sus obras, sus creaciones es una fuente de felicidad:
"Definitivamente, hace mucho tiempo me propuse hacer estas esculturas para que fueran agradables y con suerte transportaran a una persona a un mejor lugar que donde se encontraban antes de verlas".
"Sé que esa es la antítesis de lo que mucha gente quiere que el arte haga, pero a mí realmente ya no me importa. En este punto, estoy muy contento de que la gente disfrute verlas".




Extracto de TARINGA

La escultura de estas imágenes es obra del turco Selçuk Yılmaz.

Durante diez meses ha cortado y forjado cada una de las 4.000 piezas de metal para crear este felino de metal.

El metálico león pesa unos 250 kilos y mide más de tres metros de largo por casi dos de alto.

En estas fotografías podrás apreciar el nivel de detalle y la calidad de la escultura realizada por Selçuk Yılmaz.

león de metal mas de 4.000 piezas

metal

leon

piezas

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león de metal mas de 4.000 piezas

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Selçuk Yılmaz.

piezasNaturaleza y artificio. Quimeras mecánicas: Esculturas zoológicas a partir de elementos artificiales.