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Proyecto Animal Invisible (Mafa Alborés, Pau F. Luís)



Mafa Alborés, Pau Luís: "Trampas Fotográficas"

Trampas Fotográficas, por Mafa Alborés y Pau F. Luís

Si alguien me pregunta la razón de mantener en marcha este blog, normalmente respondo que es como si dejase abierto a la curiosidad del público mi escritorio con las notas, referencias y documentos gráficos que voy encontrando sobre los temas que más reclaman mi interés.

Mafa Alborés, Pau Luís: "Trampas Fotográficas"
El resultado es un espacio on line que ilustra, creo, las principales inquietudes del arte contemporáneo respecto a la relación entre el ser humano y su entorno natural, y muy especialmente en cuanto a su relación (crítica) con sus compañeros de viaje animales y vegetales.

Creo que es una realidad, a día de hoy, que los movimientos animalistas y veganos, las iniciativas en pro de los derechos animales y la presencia persistente de los animales y de formas de vida alternativas en las manifestaciones artísticas de toda índole suponen indicios de una característica transición cultural de nuestros días. El planeta nos fuerza a un replanteamiento económico en cuanto al aprovechamiento de los recursos ganaderos a la vez que ello intenta ser sincronizado con una creciente conciencia global en contra del sufrimiento animal, del maltrato gratuito o por motivos comerciales, de la caza injustificable, de la investigación con animales, o de su exhibición, vejatoria se justifique como se justifique. Los circos eliminan progresivamente los espectáculos con animales y los zoológicos son cuestionados como reservas de la biodiversidad, su única y vieja excusa aparentemente plausible, por exhibir prisioneros difícilmente considerables como ejemplos de sus respectivas especies.
Mafa Alborés, Pau Luís: "Trampas Fotográficas"
Los animales, reclamo permanente de la cámara y de la evocación de una naturaleza salvaje lejana o inminentemente perdida, reclaman su presencia escópica para desaparecer tras ella. Las artes figurativas, como hemos constatado a través de nuestras selecciones, reivindican la presencia de los animales cada vez más cercana a lo totémico y evidenciando nuestro retroceso a un nuevo oscurantismo científico y cultural, peligroso y perverso, sustentado por un exceso de información que dificulta seleccionar aquella que es válida, precisa o positivamente significativa.

Si en la época de los grandes descubrimientos y colonizaciones por vía marítima el advenimiento de la ilustración propició el germen de la metodología científica, de la anatomía comparada, de la sistematización de la biología y de la proliferación de literatura ilustrada al respecto, también es cierto que desde entonces el coleccionismo de especímenes alimentó la revalorización estética y económica de dichos ejemplares vivos o muertos. Artistas de toda índole, escultores, ilustradores, pintores, modelistas, escultores, taxidermistas...encontraron los seductores caminos en los que arte y ciencia en complicidad nos ofrecían una representación del mundo natural.

Mafa Alborés
Somos herederos culturales de una tradición que ha compartimentado los espacios naturales y los parcelado para extraer especímenes que mostrar en los museos, en las páginas de los libros y revistas de divulgación naturalista y, cómo no, ocupar el limitado espacio escénico del cine, la televisión y la imagen on line.

La mercadería auspiciada por estos medios invade el mercado de colecciones de criaturas que reproducen fielmente sus referentes naturales tanto como de otras que las distorsionan o las reiventan con fines lúdicos u ociosos. Los tigres y rinecorentes desaparecen de las junglas mientras los pokémon invaden virtualmente nuestras geografías urbanizadas.
Para nosotros, la existencia de los animales en su medio natural se basa en pruebas audiovisuales que pugnan por hacerse ver en el océano de imágenes en internet, televisión y medios impresos, y con el advenimiento de la era digital y sus posibilidades de manipulación de la imagen, conjeturas y registros reales son cada vez más indistinguibles.

Mafa Alborés, Helena Luís

Sobre el concepto de "joyas de la naturaleza", la mercantilización y el tráfico de la fauna salvaje y la tendencia a la revalorización de lo escaso elaboré junto a Helena Luís una serie de reproducciones zoológicas mediante técnicas de fundición de joyería para formar parte de una pieza concebida como instalación que reproducía un aparador de joyería en medio de un entorno natural o aparentemente natural.

En este caso, como en los dioramas fotográficos, el sujeto fotografiado es tan falso como el entorno que lo rodea, pero también puede reclamar cierta verosimilitud cuando lo fotografiamos en un fondo auténticamente natural, una de las opciones básicas de este tipo de trabajos. La opuesta, por supuesto, es la de introducir ejemplares animales o vegetales vivos en un decorado de apariencia naturalista.

Hace poco más de un par de años, mi hijo, con apenas 8 años, me decía que las civilizaciones futuras especularían sobre nosotros y la fauna contemporánea a través de imágenes y restos de reproducciones de animales de plástico, y que les costaría distinguir, sin especializarse en ello, los contenidos veraces de los engañosos o simplemente imaginitvos, por lo que la fauna presente y pasada podría ser poco menos que reinventada.

Teniendo en cuenta todo lo dicho hasta ahora y mi pasado como artista mercenario al servicio de las exposiciones zoológicas y naturalistas, inmediatas a mis incursiones en fotografía y simulacro, es casi natural que extraiga de mis propios archivos y documentación gráfica para inspirar mi propio discurso sobre todo aquello que queremos ilustrar con los contenidos de este blog.

Y así nace nuestro proyecto "El Animal Invisible", sustentado especialmente por diferentes series de "trampas fotográficas" perpetradas en complicidad con Pau, qien, intuitivamente, comprende mucho mejor el calado de todo este proceso lúdico pero seriamente testimonial.

Mafa Alborés, Pau Luís: "Trampas Fotográficas"
Reconozco que como teórico de la imagen y del arte no soy excesivamente riguroso ni profundo, y como artista me limito a mostrar mis referentes sin exponer mi propio trabajo al respecto.

Creo que tanto mi escasa obra plástica como mis selecciones de contenidos son meras ilustraciones de un discurso que sólo busca empatizar con un creciente número de personas que cree que los grandes problemas de la humanidad se conectan muy directamente con la relación que ésta ha mantenido con los demás animales, así como con la manera en que dicha relación se ha manifestado o modificado a través del arte cuando convierte a los animales en su tema central.

Mafa Alborés: "Adiós, Rino"

Procuro mantener la apariencia, al menos, de un cierto espíritu didáctico porque creo firmemente que debemos procurar un cambio en nuestra manera de ver a los demás animales, invisibilizados por las propias imágenes que de ellos elaboramos o seleccionamos. Y, sin duda, uno de los vehículos más eficaces para ello debería radicar en la educación, en un sentido amplio, y en los contenidos y métodos de los sistemas educativos, cómplices, a menudo, del trabajo de artistas consagrados a la ilustración de contenidos científicos y naturalistas.

Con la excusa de divertirme con mi hijo mientras le enseñaba de forma lúdica los principios básicos de la fotografía, como explicaba en entradas precedentes, iniciamos un pequeño proyecto ilustrase de alguna manera propia y personal mi propio punto de vista respecto al arte como forma de comunicación, como herramienta educativa y como huella documental de las peculiaridades del entorno cultural de mi tiempo y mi espacio geográfico e histórico.


Mafa Alborés, Helena Luís: "Joyas de la Naturaleza"



A continuación, un pequeño recordatorio documental y gráfico de las "trampas fotográficas" realizadas en entornos naturales o en escenografías a escala protagonizadas por juguetes y reproducciones de las marcas Papo y Schleich.


Trampas Fotográficas:
































































http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/2017/03/el-animal-invisible-como-proyecto.html

http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/p/proyecto-animal-invisible-mafa-albores.html

















































Y, concretando un poco más, una de las posibilidades técnicas para traspasar los límites de la bidimensionalidad de la escena fotográfica es la fotografía esteroscópica y sus múltiples opciones de visionado en 3D, y ello es el motivo, por ejemplo, de que hayamos incluído en nuestras series anaglifos fotográficos, porque su visionado sin gafas adecuadas produce la ilusión de ver la foto de una escena real, natural, con el ruido añadido de un fallo de registro cromático que ayuda a disimular los indicios que evidenciarían el engaño, en contraste con su visionado con gafas anaglifas que nos ofrecen la posibilidad de ver nítidamente la tridimensionalidad natural de una puesta en escena artificial.

Al final de este post reproduzco los textos de entradas anteriores que explican de forma más específica algunas fases concretas del desarrollo de este proyecto personal, compuesto de reproducciones zoológicas con técnicas de joyería, recreaciones y volumetrías naturalistas, fotografías de este tipo de piezas y fotografías y fotomontajes realizados en dioramas, escanogramas y fotografíasde reproducciones de animales a escala, tanto en 3D como en 2D, y simulaciones de piezas criptozoológicas y de falsos fragmentos fósiles escultóricamente para su postrior registro fotográfico emulando los archivos museísticos.

Para empezar, os ofrezco una selección de las fotografías estereoscópicas, para las que necesitaréis el uso de gafas esteroscópicas anaglifas, filtradas en rojo/cyan.








Pau Luís, coautor e instigador del proyecto




























Referentes
Por descontado, los referentes indiscutibles de las series de imágenes con las que pretendo ilustrar el contexto de mis reflexiones son los libros de divulgación naturalista ilustrados, las piezas de arte encaminadas a ilustrar los contenidos expositivos de los museos de historia natural, los dibujantes, pintores, ilustradores, grabadores y modelistas que han reinterpretado la imagen de los seres vivos para medios específicos, los creadores de ficción, cineastas y científicos divulgadores pero, sobre todo, los artistas que han reflexionado de forma explícita sobre nuestra relación con los animales, nuestra imagen intelectual acerca de ellos y el modo en que las artes aplicadas han contribuido a conformarnos ideas acerca de sus características y potencialidades.

Durante la realización de trabajos para exposiciones zoológicas de diversa índole (ora itinerantes ora destinadas a espacios expositivos concretos, como el zoo de Barcelona o el Aquarium de Barcelona) mi propio registro gráfico de su desarrollo (a menudo descuidado o menos reflexivo de lo deseable) me hacía pensar en los parecidos y diferencias entre las imágenes registradas en la naturaleza y aquellas tomadas en recreaciones artificiales, propiciadas, por ejemplo, por nuestro desconocimiento de las especies vegetales precisas en ciertos entornos concretos, o de la orografía genuína de un biotopo.

 
A veces, incluso las representaciones simbólicas propias de las poblaciones humnas autóctonas son recreadas y nuevamente más o menos distorsionadas para dotar de una cierta credibilidad o cercanía las escenografías naturalistas anexas, como es el caso de los monumentos funerarios propios de Madagascar que aparecían junto al espacio expositivo (que contribuimos a construir con el Museo de Cera de Barcelona para el zoo de la ciudad condal) como prueba pionera en un cambio de paradigma expositivo de la entidad.


En los zoos, las jaulas han adoptado disfraces pseudonaturalistas con los que contentar al público sumiendo a los animales en un aparente estado natural, enmarcados por un fondo semejante a las ilustraciones que representaban la vegetación de sus biotopos de origen, aceptadas acríticamente y sin rechistar por la mayor parte de los espectadores.

En el caso de los animales expuestos al aire libre, la urbanizada vegetación de los parques que los acogen evocan la naturaleza que han dejado atrás, evidenciando el grado de ignorancia acerca de la totalidad de intengrantes vegetales o animales de determinados biotopos que se antojan lejanos y exóticos:

Mafa Alborés

Mafa Alborés

Mafa Alborés

Mafa Alborés



Mafa Alborés

Mafa Alborés



Pero si los lémures y reptiles malgaches fotografiados en el encierro de sus sofisticadas jaulas decoradas no fuese suficiente para incitar a la continuación de nuestro propio trabajo ilustrativo, fotográfico y, por tanto también (aunque dudosamente) documental, es lógico que observar el proceso inverso a cargo de ciertos artistas que fotografían animales falsificados en entornos reales aunque distópicos tuviese siempre un poder de sugestión sobre los recursos estéticos que en mi propio trabajo quisiese aportar.

Tal es el caso de los dinosaurios de plástico fotografiados como souvenir viajero por el argentino Jorge Saenz.
Como decíamos en el artículo que le dedicamos en su día, Para Saenz parece claro que cualquier personaje fotografiado en cualquier lugar desata en el espectador de la fotografía resultante un efecto dramático, escénico, inevitable, que apela a su propia predisposición a interpretar el significado de las imágenes.

"Quién", o "qué", y "dónde" se imponen a "cuándo" sin dejar por ello de sugerir diversos "porqués".

Cuando se trata de fotografías de reportaje acompañadas de un pie de foto, todo parece estar claro, pero también deberíamos preguntarnos sobre la necesidad de dicho pie de foto en el presente o en el futuro.
Cuando una fotografía juega intencionadamente a engañar a nuestra percepción sin ocultar sus trucos o, en definitiva, hasta qué extremo hemos entrenado culturalmente a nuestra percepción, podemos contar muchas cosas en una simple imagen fotográfica de sencilla factura.



Y este es el mundo en el que se mueven las fotografías de Saenz, un mundo que mezcla lo imaginario con lo real, pero que también juega con el carácter documental de la fotografía.
Es como si nos recordase que lo que muestran las fotografías ya no está, como ya no están los dinosaurios reproducidos en la figuras de coleccionismo y juguetería que utiliza, a la vez que a menudo los convierte en aparentes testigos de las escenas captadas por el fotógrafo.
De hecho, la mayor parte de sus "dinodinaseries", como él las llama, se corresponden con fotografías de viajes, en las que no se limita a registrar los paisajes visitados, sino que añade su firma fotográfica como alternativa a hacerse un "selfie".


Jorge Saenz

Recientemente hemos reconocido nuestro interés a la par que nuestro asombro falto de empatía por el trabajo de lo que hemos denominado artistas (mayormente fotógrafos) necroantrozoológicos, conmovidos por la belleza de los animales y la fascinación que ejercen incluso en la muerte.
Creemos que la merecedora del título de representante de dicha tendencia es Emma Kisiel, no por ser la primera o más influyente, sino por ser la que encara la actitud con más cosnciencia y espíritu crítico, por la calidad de su trabajo fotográfico y, sobre todo, por ser algo así como la portavoz y documentalista oficial de dicha tendencia a través de su excelente blog Muybridge's Horse, impresionante catálogo de trabajos artísticos, sobre todo fotográficos, volcados en los indicios y los despojos animales.


Emma Kisiel

La acumulación comprimida de información visual en los anaqueles expositivos de los museos de historia natural, salas anexas a exposiciones zoológicas y exposiciones temáticas itinerantes es la consigna de empresas especializadas como Grupo Atrox, con quien hemos colaborado en el pasado, y que desde los tiempos de la pionera gestión a cargo de Sandro Alviani, observamos un cierto paradigma de recursos escópicos de trasfondo zoológico y científico siempre supeditado a la espectacularidad y la forzosa economía de recursos.

Sandro Alviani
Los actuales responsables de la gestión de espacios como el Bosque Inundado de CosmoCaixa Barcelona (antiguamente Museo de la Ciencia) nos han procurado de forma bastante directa las exigencias técnicas, los requisitos específicos y los recursos plásticos para ajustarse a un determinado criterio con que exponer contenidos acerca de la divulgación zoológica y su carácter más llamativo, atávico o misterioso.

Grupo Atrox para Museu Blau de Barcelona
Nick Brandt

Nick Brandt
Ya comenté en su día (y más abajo reproduzco el texto correspondiente) la poderosa influencia de pioneros de la fotografía naturalista entendida como caza fotográfica de pioneros del medio como el gran George Shiras, así que no me extenderé más alla´de su momentánea mención, pero sí quiero recordar el poderoso impacto que nos produjeron ciertas series concretas de fotógrafos tan especializados como Nick Brandt, excelente profesional de la fotografía de naturaleza pero capaz de elaborar un discurso artístico sofisticado y simultáneamente rotundo, claro, preciso y comprometido.

 
Especialmente en su reciente serie "la herencia del polvo", ubicando ampliaciones de sus propias fotografías en los lugares en que fueron tomadas para ilustrar en un bucle fotográfico el pasado y el presente de los enornos naturales y su degradación a manos del hombre, por no mencionar sus series de trofeos de caza fotografiados en sus lugares de origen (en esta ocasión los fondos encuadrados contrastaban su  razonable estado de conservación con la artificiosa y violenta transformación del animal en objeto), o su inquietante reubiqación de cadáveres de animales intoxicados por las aguas de un emblemático lago africano.

Emma Kisiel
Mafa Alborés & Pau Luís: "Trampas Fotograficas en 3D"
El paradigma fotográfico de verosimilitud envuelve siempre el criterio de realismo que rige la realización de volumetrías y dioramas para museos y parques temáticos.
Y, como hemos constatado en muchos de nuestros contenidos, los fotógrafos que se han interesado por el paradójico realismo de las fotografías realizadas en este tipo de espacios nos ha influído también poderosamente, y no dejan de ser, tal vez, otra cosa que un subgénero del arte necroantrozoológico, practicado y documentado por Emma Kisiel en Muybridge's Horse, y que ella misma ha experimentado, dado que, como en el viejo dilema propuesto por los cuadros dentro de cuadros de Magritte, lo que aparece en la escena fotográfica asume el mismo papel representacional que en su visionado directo,
pero resguardado por el escudo impenetrable del plano fotográfico.

Las escenografías al servicio de las artes fotográficas y cinematográficas señalan un espacio crítico entre la realidad y la ficción que nos parece no sólo interesante o atractivo, sino indicativo del estado de nuestra capacidad de juicio crítico ante sus muestras.

Mafa Alborés/Alumnos EASD Serra i Abella
De hecho, en el ámbito de las enseñanzas artísticas, tanto de la técnica fotográfica como en la fotografía aplicada en estudios no específicos, he invitado reiteradamente a mis alumnos a recurrir a las simulaciones escénicas mediante dioramas.

Esto es útil no sólo desde un punto de vista creativo, sino como tubo de ensayo de esquemas de iluminación, pero siempre he procurado establecer parámetros previos a las tomas que las encaminasen a la consecución de escenas evocadoras, significativas y simbólicas de las relaciones humano-animal, y muy particularmente de las relaciones entre fotógrafo y naturaleza.

Mafa Alborés/Alumnos EASD Serra i Abella:










Escanogramas de reproducciones zoológicas industriales:





Escanogramas de piezas de fundición de joyería (reproducciones a partir de moldes de ejemplares preservados / proyecto Joyas de la Naturaleza):




























Esta reproducción en bronce de un camaleón neonato saliendo del huevo se realizó, en realidad, a partir de un nacimiento frustrado, fracasado antes de la ruptura del cascarón, que hubo de ser abierto manualmente para extraer parte del animal análogamente a como lo habría hecho en la vida real, tal y como hemos podido documentar gracias a imágenes obtenidas por criadores, en las que, además, podemos observar que el animal vuelve a adoptar frecuentemente la misma posición que adpataba en el interior del huevo adaptándose a su forma.





En algún caso hemos probado a combinar la fotografía de dioramas y modelos a escala con el fotomontaje a partir de fotografías de entornos naturales reales para intentar simular tomas documentales auténticas que ofreciesen algo significativo. Reconozco que en algún caso hemos propiciado la confusión mediante una una deliberada distracción a través del texto que no implicase una mentira en forma de caligrama, haciendo honor a las enseñanzas de Magritte. En las imágenes que acompañan a este texto podemos apreciar las piezas con las que elaboramos un fotomontaje digital a partir de la reproducción en plástico de un gavial que escaneamos para su posterior edición.

La imagen resultante la compartimos posteriormente en redes sociales vinculadas a la antrozoología, el ecologismo y el naturalismo con el premeditado título "Un Río Limpio", y la respuesta del público fué un elogio generalizado a dicho título y a la asociación entre limpieza y conservación, entre pureza y vida, con una actitud esperanzada ante la posibilidad de fotografiar entornos todavía vírgenes, sin observar un poco más detenidamente los posibles indicios de falsificación de la escena.

A decir verdad, consideramos que el diorama debería ser un género independiente de la fotografía, y, en caso de ser concebido para ser fotografiado, no albergar la posibilidad de fomentar su credibilidad mediante trucajes fotográficos que no sean exclusivamente ópticos, como hace Michael Paul Smith, pero renunciar a la opción de acumular diferentes tipos de engaño visual en una sola imagen, como se ha hecho tradicionalmente en cine y fotografía publicitaria también nos pareció en su momento un tanto absurdo como para no dejarnos tentar:



Mafa Alborés: "Un río limpio"

Abelardo Morell: "Tent camera"
No cabe duda de que podríamos mencionar las obras de muchos otros artistas que nos han inspirado a la hora de abordar la relación entre observador humano y paisaje, especialmente desde una perspectiva estricta y razonadamente fotográfica, y las cámaras oscuras con periscopios instalados en tiendas de campaña por Abe Morell, lo que él mismo denominaba "tent cameras", para proyectar sobre el mismo terreno de asentamiento del paisaje y fotografiarlo sobre la textura de su propia orografía, un ejercicio intelectual simple pero indiscutiblemente contundente.


Jojakim Cortis y Adrian Sonderegger también nos han servido como fuente de inspiración.

En su caso, su maestría como maquetistas e iluminadores de precisos dioramas con recursos similares a los de Michael Paul Smith, se pone al servicio de un discurso que pone en tela de juicio la credibilidad histórica de la fotografía documental, al reproducir fotografías célebre en forma de diogramas fotografiados sin eliminar el delatador fuera de campo que deberíamos eliminar para emular el encuadre original:


 









Niepce: Primera fotografía de la historia




Otros referentes:

Jorge Mayet:


Patrick Jacobs:
Adrien Broom:

Recursos expositivos en colecciones museísticas:




Piezas inspiradas en ejemplares preservados para colecciones museísticas:

Ejemplar de Escorpión preservado en resina sintética para una colección por entregas





Decíamos en entradas anteriores:



Tras ser capaces de conectar la física con el origami, el origami con los animales y a los insectos con la fotografía y los sueños, no creo que resulte complicado hacer una pausa peculiar en la marcha del blog, una de esas pausas en que retuerces con fuerza el puño del acelerador con el motor desembragado, sólo para calentar, y es que con la entrada dedicada a la Entomología Onírica (y fotográfica) de Xènia Lau quiero iniciar una serie dedicada a los últimos proyectos finales, de acuerdo a la finiquitada LOGSE, antes de adaptarnos a la LOE, que los convierte en poco más que otro trabajo supervisado del ciclo formativo de grado superior de Fotografía Artística del que la Escola d'Art de l'Hospitalet fue pionera hace 25 años. A partir de ahora, los finales de curso estarán exentos de los descubrimientos ofrecidos por los alumnos que en solitario, y con dilatado tiempo de dedicación, se embarcan en un proyecto tan personal como competentemente profesional para demostrar su solvencia. Ya no seré testigo de sorprendentes presentaciones de interesantes trabajos suficiente y sobradamente desarrollados.
Así pues, en lo sucesivo os voy a presentar aquellos últimos proyectos finales de Fotografía de mayor calidad y con los que más empatizan los intereses de este blog, procurando incluir otros trabajos representativos de los autores correspondientes.

Mientras tanto, os ofrezco una primicia de mi propio trabajo, todavía en fase de desarrollo, que sirve para ilustrar el mundo crítico de la imagen de la naturaleza, el mismo en el que nos sumergimos a través de los contenidos habituales de este blog, y al que he decidido jugar como una propuesta creativa y crítica a la vez. He pensado que estaría bien no hacerlo con mis competentes alumnos habituales, sino con alguien mucho más crítico con mi trabajo: Pau, mi hijo de ocho años. Y es que, por algún misterioso motivo, como yo a su edad, es un apasionado de todo lo relacionado con los animales reales o fantásticos, y con la zoología, y hace años, cuando apenas tenía cinco, me dijo que lo que sabemos de los seres prehistóricos es a través de los fósiles, y lo que sabrán los futuros habitantes del planeta de nuestra existencia y de la de los actuales animales será a través de restos de juguetes y fotografías. No consigo expresarlo tan bien como él lo hizo en su momento, pero he seguido dándole vueltas en mi cabeza y me he puesto a jugar con él para demostrar juntos cuánta razón tiene, y lo confuso que resulta el exceso de información visual.

Pau F. Luís: escanograma
Para ello hemos fotografiado, escaneado, construido dioramas, modelado pseudofósiles con improntas de ejemplares zoológicos reproducidos por Papo y Schleich, elaborado iluminaciones de pequeños decorados, observado el aspecto de las imágenes de las cámaras espía de la fauna salvaje, reproducido detalles de reproducciones zoológicas de todo tipo, en una especie de distorsión intencionada del concepto de vestigio como algo directo, ya que la era de la reproductibilidad y transformación de las imágenes nos lleva a interpretarlas de modo cada vez más ambiguo, como ya ha demostrado repetidamente Joan Fontcuberta. Es sólo un pasatiempo, pero ofrece resultados como mínimo curiosos.
Una manera divertida de pasar el rato mientras un crío aprende fotografía divirtiéndose y jugando, y el crío soy yo.

Para que os hagáis una idea de los procesos a los que hemos recurrido, y adivinéis qué pretendemos mostrar o poner en duda, dejaremos claro que el proyecto pretende elaborar imágenes que remitan a referentes de la divulgación científica, ya sean dioramas, fotografías o ilustraciones sean manuales o digitales.

Mafa Alborés, Pau F. Luís
Nos interesan especialmente las huellas, los vestigios. La fotografía es una forma peculiar de "petrificar" un registro de la presencia de la escena captada por su objetivo. A menudo se ha utilizado la analogía en la que se compara a los restos fósiles con una fotografía del pasado. La estampación de una silueta animal o de huesos animales o restos vegetales sobre un material terroso endurecido nos remite inevitablemente al recuerdo icónico de ejemplares minerales con registro fósil, en los que raramente se conserva piel, relieve muscular, pelo o plumas, sino huesos petrificados más o menos dispersos o más o menos en el lugar correspondiente a una larguísima distorsión postmortem de la posición original de los miembros del cuerpo. Normalmente el proceso de fosilización se ve influido por la presión ejercida por las masas tectónicas, así que, en realidad, la mayoría de los fósiles presentan un aspecto bastante plano. No obstante, en ocasiones, el relieve de la piedra que antaño fue hueso, se hace conspicua sobre el material que la envuelve, y en otras, al contrario, donde estuvo el hueso queda un vaciado en negativo.

La imagen que abre esta entrada resume diversos niveles de percepción a los que queremos invocar:

1-En primer lugar atañe a nuestra capacidad visual para reconocer formas animales arquetípicas.

2-En segundo lugar busca conexiones con las connotaciones culturales que se suman a la percepción de un objeto: primero reconocemos una forma animal sobre una superficie pétrea, después reconocemos o interpretamos un fósil, un concepto adquirido por acumulación de conocimiento.

3-En otro orden de cosas, la imagen nos engaña por su apariencia de relieve convexo, una preferencia de nuestra percepción visual a la que nos cuesta sustraernos, ya que en realidad se trata de una huella cóncava, en hueco, que no ha sido modificada.

4-El tratamiento estereoscópico de la imagen nos muestra un espacio y un relieve que se producen en el interior de nuestro cerebro al ofrecerle dos imágenes simultáneas con diferente ángulo óptico, emulando la visión binocular. Este nivel de percepción es tan básico y ancestral como el de reconocimiento de formas orgánicas.

5-Quienes identifican claramente la imagen como un simulacro acceden a otro nivel de percepción que atañe a cómo dialogamos estética y analíticamente con las convenciones del arte.

6-Las propias piezas son vestigios de vestigios de vestigios en mayor o menos medida. Un camaleón que pudo ser visto prosperar en cautividad, y que sólo sugería un vestigio de un ejemplar salvaje, al morir de forma natural, si es que es natural morir en cautividad, es conservado y clasificado bajo criterios científicos. Se ha convertido en vestigio de un ser vivo, y ha pasado a ser otro tipo de objeto de observación específica de los rasgos físicos que lo caracterizan como orden, como clase, como especie o como espécimen.
De esta huella tridimensional de la presencia del ser vivo, tras un proceso de optimización y naturalización del ejemplar, se obtiene un molde en silicona en negativo, otro nivel de huella de huella, del que se consigue un positivo en cera, siguiente nivel de copia de copia de copia, que generará un nuevo vaciado en hueco de escayola, copiada de la copia anterior, que dará lugar a una nueva copia positiva en bronce. Esta copia producirá la copia en negativo sobre la arcilla y ésta será copiada fotográficamente. Las copias sucesivas de esta copia se multiplicarán en el mundo digital virtual o en copias en papel hasta que los espectadores eventuales las copien en/de su archivo de imágenes personal.

"Huellas, señales y vestigios" (pseudofósiles):






















De momento no pongo más especificaciones de algunas de las piezas mostradas, ya que se han aplicado diversas técnicas aliteradas para reproducir reproducciones de reproducciones de formas animales.

Ah, en algunos casos hemos realizado secuencias de tomas con leves cambios de angulación en el eje óptico para ofrecer imágenes tridimensionales (en forma de anaglifo, así que necesitaréis gafas filtradas en rojo/azul) que al verlas sin gafas disimulan su falsedad por el aparente error de registro del canal rojo, pero que viéndolas en 3D evidencian el artificio.








Seguimos la estela de anteriores entradas dedicadas a nuestras particulares reflexiones sobre la particular estética de las trampas fotográficas o trap cameras ("El Animal Invisible: huellas, indicios y vestigios", un proyecto de Mafa Alborés (II) http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/2015/07/el-animal-invisible-huellas-indicios-y_6.html)

En esta ocasión os ofrezco un nuevo aperitivo de mi proyecto personal al respecto, que forma parte de otros trabajos propios inspirados por determinadas formas de representación y reproducción de formas zoológicas en ámbitos expositivos científicos y museísticos que van desde la taxidermia hasta los moldes escultóricos, desde los fósiles hasta los recipientes de preservación de ejemplares biológicos. 

George Shiras
El referente por excelencia de las trampas fotográficas es George Shiras, ya que es considerado el pionero de esta técnica, y hemos de reconocer que dejó el listón muy alto tanto desde el punto de vista técnico como artístico (ya no digamos estrictamente naturalista). Como ya constatamos en un artículo anterior, su más digno seguidor es casi sin lugar a dudas Steve Winter, que va más allá de la iluminación dura y frontal de los flashes vinculados a esta tipología de equipos automatizados con sensores de infrarrojos. Winter coloca sus luminarias de forma estudiada para lograr un efecto más artístico y simultáneamente más preciso y detallado. Es una especia de Caravaggio de la fotografía naturalista, sea ejecutando él mismo el disparo o confiándolo a equipos dotados de sensores de movimiento y seleccionando sabiamente el material obtenido, en color incluso para las tomas nocturnas, arrancándole secretos a la oscuridad de la noche con resultados impactantes, muy vistosos y de alta calidad. 
Como ya he explicado con anterioridad, la toma de conciencia acerca del hecho de que nuestro conocimiento del mundo natural ha estado vehiculizado por el medio fotográfico y sus derivados cinemaográficos y videográficos durante el siglo pasado hasta hoy en día me ha servido de argumento para inspirar estética de mis propias trampas fotográficas.
Steve Winter
Me gusta el doble sentido que adquiere la expresión "trampa fotográfica". Estrictamente se trata de una trampa que roba una imagen al animal que pasa ante la cámara-trampa, recordándonos la analogía entre captura cinegética y captura fotográfica, entre disparo de obturador y disparo de arma de fuego. El alcance de la luz del flash, duro y frontal cuando se trata de equipos estándar, otorga un fondo oscuro a las capturas nocturnas, y una peculiar y misteriosa estética condicionada también por el característico brillo sobreexpuesto de los ojos del animal (en el caso de las fotos de Winter, por ejemplo, este rasgo queda eliminado por la elección de ángulos alternativos de iluminación). Otra peculiaridad de estas fotografías trampa es que suelen ser en blanco y negro para economizar recursos de memoria digital y porque no buscan resultados estéticos, sino estrictamente documentales para trabajos de campo, aunque incluso entre este tipo de imágenes se dan casos muy llamativos e icónicamente potentes. Imitar en estudio la estética característica de este tipo de fotografías es una falsificación en toda regla, y hacerlas pasar por auténticas sería hacer trampa. Constituirían una trampa fotográfica, así que conceptualmente se produce una especie de paradoja o verbigracia que no querría dejar escapar.
También expliqué en su día que fueron ciertas palabras de mi hijo lo que me encendió un deseo de jugar con diversos recursos plásticos inspirados en los modos expositivos y divulgativos de los museos de historia natural. Efectivamente, Pau, con apenas ocho años, me planteó que, al igual que nosotros sabemos de especies extintas a través de restos arqueológicos, fósiles, pinturas rupestres etc., las generaciones venideras se encontrarán con infinidad de reproducciones de plástico de juguetería y coleccionismo, con fotografías en libros impresos de los que no resultará fácil distinguir las especulaciones digitales de los auténticos registros fotográficos, y que todo ello será mucho más abundante que los ejemplares vivos o muertos de las escasas especies que sobrevivan al impacto humano. Evidentemente, Pau no lo expresó de forma tan sesuda, sino mucho más espontánea y, sin duda, más clara y precisa de lo que yo pueda resumir.
Así pues, tal y como mostré hace un tiempo, iniciamos una serie de trabajos plásticos y fotográficos encaminados a imitar o cuando menos evocar piezas documentales propias de un museo o de una publicación de carácter naturalista. Seguimos en ello, por pura diversión, y Pau ya ha reclamado su propia mesa de bodegón de estudio para recrear mediante dioramas escenas con animales de su colección. Además, en esta ocasión, se ha estrenado con el uso del flash de cámara, liberándose de mi supervisión como iluminador y limitándose a encuadrar y enfocar como a él le ha dado la gana y así, cerca ya de cumplir los diez, y sin grandes conocimientos de metodología fotográfica, ha hecho su propia serie que despuésyo edité ligeramente con Photoshop para potenciar ciertos aspectos característicos de este tipo de imágenes, como los fondos subexpuestos y los ojos reflectantes. Hemos empleado figuras de las empresas Papo y Schleich, principalmente, por su fidelidad naturalista, y ya que se trataba de realizar un trabajo asequible para un niño, me he distanciado del intento por alcanzar el hiperrealismo. Creo que está bien que se note que se trata de montajes, de trampas fotográficas, algo que se disimula en el caso de las versiones estereoscópicas anaglifas al verlas sin gafas adecuadas, pero que en cambio se evidencia mucho más al emplearlas.






















Los autores del proyecto



http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/2016/07/trampas-fotograficas-por-mafa-albores-y.html

http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/2014/09/escenografias-naturalistas-revision-de.html

http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/2015/04/naturaleza-y-artificio-dioramas-de.html

http://animalinvisible.blogspot.com.es/2016/06/dioramas-y-escenografias-como-practica.html

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