Moby Dick, representada de infinidad de formas gráficas, es uno de los animales literarios a los que hemos dedicado comentarios específicos |
Rocinante, como tantos caballos y monturas célebres ficticias o no |
Tomamos nota no sólo del contenido de dicho texto, del que ofrecemos una traducción a continuación de nuestra introducción, sino de su mera presencia en la red, harto significativa de la creciente relevancia adquirida por los estudios humano-animales y la iconografía animal, o lo que nosotros denominamos antrozoología artística.
Baloo, uno de los animales literarios más populares |
Y lo hacemos proponiéndolo como un espacio donde intentar dilucidar conceptos tales como Antrozoología, Antrozoología Artística, Antrozoología Cultural, Literatura, Literatura Zoológica, en relación a nuestras consideraciones sobre el ser humano como especie animal y sobre las demás especies animales.
Como ya sabéis nuestros seguidores habituales, lo hacemos especialmente a partir de las manifestaciones de las artes plásticas y audiovisuales al servicio de la divulgación científica, pero plenamente conscientes de que en ocasiones la complicidad con la narrativa de ficción, sea o no ciencia-ficción, es ineludible.
Hace un tiempo dedicábamos un comentario a la literatura de ficción protagonizada por animales, a prpósito de Félix Salten y otros autores predilectos de Walt Disney para adaptaciones cinematográficas. En aquella ocasión ya apuntábamos algunas de la consideraciones que creemos han de tenerse en cuenta al valorar la presencia de animales en la literatura y en general en la ficción:
La Historia de la Literatura está plagada de autores que han conectado con el público a través de historias protagonizadas por animales, pero lo cierto es que, pese a todo, constituyen un grupo minoritario entre los autores de obras ilustres, y lo cierto es que muchas de estas obras, por el simple hecho de contar con el protagonismo animal, han sido absurdamente relegadas al mundo de la literatura infantil y juvenil, o a la literatura de aventuras con la connotación implícita de "literatura no trascendente". No cabe duda de que se trata de una visión reductista y poco seria, y no se trata de reivindicar las fábulas de Esopo o de Lafontaine, o los cuentos populares recopilados por Perrault o los hermanos Grimm, en cuyas páginas los animales sirven de espejo ejemplar para los comportamientos humanos, dando lugar a la, a nuestro juicio, errónea expresión de "animales antropomorfos" (creemos que se trata, como en los personajes de dibujos animados clásicos, de todo lo contrario: humanos zoomorfos). Este uso de los animales en la narrativa ha constituído un peculiar atractivo para un cierto público lector que no ha se ha dejado seducir por los prejuicios adultos que podemos leer en el pórtico de José María Gironella a la edición española de "La leyenda del lobo cantor" de George Stone. Desde luego, el libro de Stone entraría en la digna categoría de libros protagonizados por animales que se comportan como tales sin perder un ápice de lirismo humanizante.
Hay cierto tipo de escritores de carácter comercial, como Geroge Stone (recordemos su novela "Ventisca") que en algún momento de sus vidas vuelcan grandes dosis de sensibilidad en un libro. Stone vertió sus conocimientos naturalistas y sus dotes líricas en una historia conmovedora, metáfora de la lucha por la vida y el disfrute de sus características especiales. En este caso, la especie lupina, caracterizada por su canto, evolutivamente desarrollado por motivos sociales, comunicativos, padece la abolición represiva de dicho canto. La metáfora es clara. Dirus, el opresor lobo rojo, el que no canta, reprime el canto en sus semejantes tildándolo de despreciable costumbre propia de coyotes (vistos como inferiores desde su perspectiva).
Lobo encarna el espíritu libre e independiente de líderes y manadas que lleva a cabo un viaje épico para dar cabida a su propia descendencia cantora en un mundo hostil, de lobos represores del canto.
Es indudable un cierto hippysmo naturalista, un regusto new-age en todo el libro, incluso en aspectos propios del diseño de edición, o de la elección de las ilustraciones en sobrio blanco y negro de Dick Kramer (una cierta reminiscencia de las fotos de Russel Munson para las ediciones del Juan Salvador Gaviota de Richard Bach).
De los muchos libros con protagonistas animales, "La Leyenda del Lobo Cantor" ofrece carcterísticas particulares. A diferencia de los relatos épico-naturalistas ("La llamada de la selva", "Nómadas del Norte", etc...) la presencia del hombre es nula en todo el relato, y las distintas especies animales relativizan el alcance de las ambiciones vitales de cualquier ser vivo, sin dejar por ello de evidenciar preferencias por unas u otras desde un punto de vista preferiblemente humano, más comprensivo con las estructuras sociales caninas, que evidencian a Lobo como solitario, que con los solitarios Osos que sentenciarán su destino.
No obstante, sería injusto no mencionar con más detalle las claras influencias de este producto literario tan de los años 70. El simbolismo espiritual de aires cristianos del Juan Salvador Gaviota de Richard Bach estaba, nunca mejor dicho, en el aire, el mismo aire que surcó de algún modo el también aviador Antoine de Saint-Exupéry (de hecho, ambas obras han compartido edición en más de una ocasión) con el que comparte un carácter iniciático, moralizante y didáctico para jóvenes lectores soñadores. De nuevo, las ilustraciones tienen una gran importancia en las ediciones originales, y vemos que, además de la presencia de animales fantásticos o no, constituyen el sello inequívoco de la literatura dedicada al público joven. ¿Arte y animales suponen síntomas de algún tipo de síndrome de inmadurez? El papel de las ilustraciones de John Tenniel para la popularidad de la Alicia de Lewis Carroll es innegable, pero podemos decir lo propio de los dibujos del propio Saint-Exupéry para su pequeño príncipe o las fotografías de Russell Munson para Juan Salvador Gaviota.
Los elegantes y precisos dibujos, como de cuaderno de campo, de Dick Kramer, cumplen sin duda un papel similar con el relato del lobo cantor de Stone, depositario además de la era del cine western crepuscular que vuelve la mirada a los espacios abiertos desde una nueva perspectiva post-hippy, ecologista y reivindicativa de las culturas indígenas americanas (así en "Pequeño Gran Hombre", de Arthur Penn, o en el "Jeremiah Johnson" de Sidney Pollack).
Las reminiscencias de Jack London, tanto de "Colmillo Blanco" como de "La llamada de la selva", también están presentes, y ambas obras también han dado lugar a innumerables ediciones ilustradas y versiones cinematográficas.
Yo querría reivindicar, además de la crucial importancia del "Libro de la selva" y del "Segundo libro de la jungla" de Rudyard Kipling, pionero en la literatura contemporánea en devolver la voz a los animales, como predecesor, o de C. Bernard Rutley como continuador de toda esta tradición a mediados del siglo XX, de James Oliver Curwood, autor de "Nómadas del Norte" y "El rey Oso" (inequívocas fuentes del filme "El Oso" de Jean Jaques Annaud) cuyas obras inspiraron obras cinematográficas y gran parte de la producción de Disney para sus mundos de aventuras protagonizadas por animales (de hecho, considero que el filme "Nómadas del Norte" producido por Disney no deja prácticamente nada que aportar al de Annaud).
Si bien es cierto que la influencia de la obra de London (las similutudes con "La llamada de la selva" son innegables) sobrevuela las páginas de Curwood (y son de publicación anterior) el carácter aventurero de ambos hace que podamos perdonar al autor original de "El Oso" cualquier sospecha de plagio, del mismo modo que en su día recayeron sobre muchos pasajes del propio London.
Felix Salten |
Seudónimo de Sigmund Salzmann, escritor y periodista austriaco nacido en Budapest. Estudió en Viena, viviendo en sus comienzos principalmente de su trabajo como crítico teatral en la Wiener Allegemeine Zitung y después en la Neuen Frein Presse. Presidente del Club Penn de Austria desde 1925 a 1934, escribió numerosas novelas y piezas teatrales, aunque el renombre lo alcanzó con sus historias de animales, como Historia de quince liebres (1929), Buena compañía (1930), Novela de un parque zoológico (1931), Florián el caballo del emperador (1933) y Renni (1941). Entre todas ellas fue Bambi o Una vida en el bosque (1928) la que le dio fama universal, aunque ese éxito no llegaría hasta tres años antes de su muerte, cuando Walt Disney produjo una película sobre la novela. Félix Salten escribió además una de las novelas más eróticas, obscenas y contagiosas del siglo XX, Josephine Mutzenbacher. La entrada en Viena de los nazis en 1938, unida a la muerte de su hijo y su esposa, le llevaron a trasladarse a Estados Unidos y posteriormente a Suiza. Murió en Zurich en 1945.
Antrozoología, Antrozoología Artística, Antrozoología Cultural, Literatura, Literatura Zoológica,
Mafa Alborés
(Artículo de Animalia) Animalia, Vol 4, Número 1, 11 de abril de 20181
Antrozoología literaria: ¿la ficción y la literatura tienen un lugar en antrozoología?
Michelle Szydlowski:
La literatura ha estado estimulando las mentes durante siglos, al igual que la ciencia.
Este ensayo explora la necesidad de ambos en el campo emergente de la antrozoología. La antrozoología es única en su enfoque interdisciplinario de las ciencias. Mediante la integración de la zoología, la antropología, la psicología, la biología y otros, este nuevo campo de estudio está examinando la interconexión de maneras nuevas y emocionantes. La literatura y la ficción literaria juegan un papel importante en el desarrollo mental. La literatura a menudo es la primera introducción de un niño a los otros animales que comparten el planeta y puede actuar como un puente hacia las interacciones futuras de los animales.
Las personas que leen ficción literaria muestran mejores puntajes de teoría de la mente y empatía. Leer y escribir ficción literaria mejora el procesamiento mental. La literatura puede servir como una catarsis, un escape y un creador de la mente. Debido a esto, la literatura es una herramienta críticamente importante en la caja de herramientas de la antrozoología.
Palabras clave:
literatura, ficción literaria, antrozoología, teoría de la mente, estudios humano-animal
"La imaginación es más importante que el conocimiento".
Albert Einstein (1931) ine comenzó con un Moomin. Para los lectores no de herencia escandinava, un Moomin es una criatura encantadora inventada por el novelista finlandés Tove Jansson. Con una apariencia de hipopótamo y un corazón aventurero, Moomintroll me llevó a aventuras por los mares, el teatro y las profundidades del bosque. En la década de 1970, mis padres me llevaron al zoológico por primera vez. Allí, en un magnífico Technicolor, lo vi ... mi primer hipopótamo. Por supuesto, pensé que era un Moomin, pero ese punto es discutible. Desde ese día en adelante, me enganché. No solo en la literatura que podría cobrar vida en mi mente y luego, de hecho, pasar en la realidad, pero en todos animales. Pasé años rogando, suplicando, prometiendo hacer cualquier cosa por mis padres si me llevaran a ver más animales.Los lectores pueden encontrarse preguntándose dónde, exactamente, este Moomin encaja en el campo de la antrozoología. Bueno, como participantes en una disciplina bastante joven, los antrozoólogos se encuentran en una posición envidiable. Sin cientos de años de tradición para prevenirlos, los antrozoólogos son libres de explorar y definir qué podría ser este campo. Definitivamente las definiciones de antrozoología faltan en la mayoría de los diccionarios, e incluso publicaciones como la Enciclopedia de Antropología Social y Cultural guardan un extraño silencio sobre qué implica exactamente este campo.
A medida que los estudiantes aprenden desde el principio en la preparación de informes para las clases de antrozoología, Microsoft Word no reconoce la palabra en su capacidad de revisión ortográfica. Hablando etimológicamente, la antrozoología es el estudio de humanos y animales a lo largo de su historia. Hurn argumenta que la antrozoología "es la etiqueta más apropiada para la investigación que considera las interacciones humanas con otros animales, pero que prioriza el ángulo humano y, a todos los efectos, objetiva a los animales involucrados" (Hurn, 2010, p.27).
Después de todo, la investigación actual está siendo escrita exclusivamente por seres humanos. Sin embargo, la antrozoología puede "actuar como un puente entre académicos de las ciencias naturales y sociales" (Hurn, 2010, p.27).
Este puente ayuda a crear un campo con opciones casi infinitas para incorporar la investigación de las ciencias sociales, la educación, la zoología y la biología. Usando las escrituras de muchos de estos campos muy diversos, este ensayo explicará cómo la literatura, y especialmente la ficción literaria, es una parte crítica de la antrozoología.
Como científicos, a menudo nos encargan la búsqueda de la verdad de las cosas. Las teorías se crean, las pruebas se diseñan y las hipótesis se prueban o se rechazan. La llamada "ciencia dura" se torna muy desordenada cuando viertes humanidad a la mezcla. El cerebro de cada humano potencialmente ve la 'verdad' de la realidad de una manera diferente, lo que hace que el acuerdo incluso entre los científicos sea algo raro. En Walking with Dragons, Tim Ingold (2011) pregunta si los científicos modernos no lo hacen. De alguna manera disminuye el campo de la ciencia (y de hecho la vida misma) al limitarse a la práctica de la "ciencia racional", separando sus sueños, arte y literatura de la búsqueda de la verdadera naturaleza de todo. Al limitarnos a la base bioquímica de nuestros cuerpos, destruimos la "maravilla y el asombro" que es la vida como ser humano (Ingold, 2011: np).
Depende de el/la antrozoólogo/a unir el arte, la humanidad, los animales, la cultura, la ficción y la realidad en un intento por encontrar la verdad de la naturaleza.
Parece, entonces, que un Moomin y un hipopótamo podrían tener un lugar juntos en este campo emergente. La literatura sobre literatura: La antropóloga Margaret Mead dijo una vez que la naturaleza humana es "casi increíblemente maleable" y responde a las condiciones culturales con una flexibilidad increíble (Mead, 1935: 280). Si bien su investigación tuvo lugar hace casi un siglo, su declaración sigue siendo muy aplicable. Como seres sociales maleables, cualquier entrada que recibamosa través de los medios, la literatura, las artes o cualquier otra actividad estimulante mental tendrá un impacto duradero en nuestras vidas.
Creo que la literatura, el arte y la imaginación tienen mucho que ver con la ciencia. Por literatura me refiero a todo, desde la ficción pulp y las verdaderas novelas policíacas hasta Shakespeare y Harry Potter. Incluyo "la literatura", que significa obras de no ficción y diálogo científico también, pero en menor grado. De hecho, planeo incorporar "la literatura" de psicólogos, antropólogos, profesores de inglés, zoólogos, filósofos, investigadores sociales, un fisiólogo, autores y un esclavo griego para demostrar por qué la "literatura" es tan importante para el estudio de humanos / no - Interacciones con animales humanos.
Este ensayo comenzó con una declaración: "El mío comenzó con un Moomin". Para mí, mi naturaleza maleable me hizo enamorarme de los libros y los animales que viven dentro de ellos. Viajar a través de estos libros me lleva a un amor por los animales en realidad, y a una carrera en educación ambiental y veterinaria. En mi caso, los animales ficticios ayudaron a los "reales", lo que me llevó a una carrera que cuida y educa a los demás sobre ellos. No podemos menospreciar el impacto que tienen los animales ficticios, representacionales o históricos en nuestra interacción con los vivos, o corremos el riesgo de perder el elemento fundamental que crea lo que hemos elegido estudiar, el vínculo entre humanos y animales no humanos.
Literatura y Antrozoología:
"Uno podría pensar que la literatura codifica tanto nuestra herencia cultural como genética. Cada uno de estos dos elementos, genes y cultura, ha tenido un efecto de configuración recíproco, ya que como primates somos criaturas intensamente sociales, y nuestro entorno social ha ejercido con el tiempo una poderosa presión de adaptación ". (McEwan, 2005: 11)
Como McEwan declaró en la cita anterior, somos más que nuestros genes. Nuestra cultura tiene tanto que ver con quiénes somos como nuestro código genético. Comprender nuestros propios cerebros es esencial antes de intentar comprender el cerebro de otra especie. Existe un campo completo dedicado a los estudios literarios, con la misión de nada menos que comprender la mente humana. Una tarea desalentadora, pero también importante para nuestro campo. Un concepto importante dentro de los estudios literarios es el de "teoría-de-la-mente" o TOM (Theory Of Mind).
TOM es el reconocimiento aprendido o natural de que dentro del cerebro físico de otro existe una mente activa y pensante. Sin TOM no habría capacidad para atribuir la condición de persona a otro ser, y por lo tanto, no se entenderían mutuamente (y no existirían campos de antrozoología). En The Literary Animal Biologist EO Wilson describe la mente humana como impulsada "ni por los genes ni por la cultura" sino por una amalgama de comportamiento precableado presionado por factores ambientales en la intrincada red que llamamos comportamiento humano (Wilson, 2005: viii-x ) Esta capacidad de tomar nuestro cerebro biológico y convertirlo en una mente a través de la interacción con nuestro entorno es lo que von Uexkull podría llamar nuestro "umwelt" (1934: 320). Umwelt implica "todo lo que un sujeto percibe" y lo que ocupa nuestro tiempo y espacio. También existe un umwelt interno que existe dentro de nuestras mentes. "Todo lo que percibimos" incluye aportes del medio ambiente, así como de nuestros sueños y fantasías.
Para la mayoría de las culturas occidentalizadas, la literatura es parte de actividades educativas y de entretenimiento. Se sigue entonces que la literatura da forma a nuestro umwelt tanto como a otros factores ambientales en nuestro "mundo de la vivienda" (von Uexkull, 2010: 150). Las historias han estado dando forma a la relación de la humanidad con los animales no humanos y viceversa durante miles de años. Debido a que las palabras dan forma a nuestras relaciones con el mundo, se debe tener consideración con respecto al uso de estas palabras. ¿Somos suficientemente inteligentes para saber cuán inteligentes son los animales? Frans de Waal hace que su desagrado por el uso del "animal no humano" como una categoría descriptiva clara. Al nombrar a los animales con respecto a lo que les falta (humanidad), de Waal argumenta que los disminuimos y los reducimos a objetos para la piedad (de Waal, 2016: 27-28). Las palabras tienen el poder de dar forma a nuestro mundo y a los seres que lo componen. David Weiss explica que, "... incluso en el Paraíso, el nombre de Adán de las criaturas está conectado con su derecho de nacimiento de dominio sobre ellas" y "el peligro es este: el nombre es enjaular; preservar es matar "(Weiss, 1990: 233).
Cómo clasificar a los animales con los que compartimos una gran cantidad de ADN y nuestro mundo entero sigue siendo un rompecabezas. Como este no es un acertijo que probablemente se resuelva en el futuro cercano, en este ensayo me referiré a aquellas criaturas que comparten nuestro lugar en el reino animal simplemente como animales, y les pido perdón. Aesopo usó animales para enseñar moral a las generaciones de humanos como: haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti (El Zorro y la Grulla), ten cuidado con tu propio negocio (La Gaviota y el Milano), la vanidad te destruirá (La Tortuga y el Águila) (Fábulas de Esopo , 2016: np). Estas fábulas crearon no solo una forma de entender comportamientos aceptables la nuestra, pero inadvertidamente creó la creencia de que los zorros son astutos, los monos codiciosos y las hormigas sabios y ahorrativos. Las palabras que Aesopo usó dieron forma a la percepción humana de estas criaturas, y cuando empezaron a escribirse, las percepciones se extendieron por todo el mundo. Más de un milenio después todavía estamos usando estas historias en las escuelas primarias, y todavía están dando forma a nuestra visión de los animales.
Por supuesto, muchas de las historias ahora atribuidas a Aesop probablemente fueron compuestas por muchos autores. Para los propósitos de este ensayo, he incluido los que tradicionalmente se le atribuyen (Fábulas de Esopo, 2016: Universidad de Massachusetts, 2016: np). Varios siglos después, la tradición oral cedía lentamente a la literatura escrita. En Walking with Dragons, Tim Ingold nos recuerda que los primeros eruditos, que no tenían espacios entre las letras de una página para permitirles dividir mentalmente las líneas en palabras, se vieron obligados a leer en voz alta (2011: np).
Esto, combinado con la falta de puntuación y, a menudo, la ortografía incorrecta, hizo que sea imposible escanear una página en silencio y obtener ningún significado de ella. El texto era esencialmente ininteligible hasta que se leyó en voz alta. Los lectores fueron forzados a tomar un rol activo, buscando significado mientras leían (Saenger, 1982: 371). Leer fue una actividad física. La biblioteca era un lugar donde las palabras flotaban en el aire sobre los lectores; eran seres vivos, y su uso no se tomó a la ligera. Las palabras no tenían sentido hasta que alguien "insufló vida en ellas" (Ingold, 2011: np).
Finalmente llegaron los siglos XII y XIII, y junto con ellas llegó el advenimiento de espacios entre las palabras. Esto hizo posible leer en silencio y por lo tanto; desgarradoramente, "las voces de las páginas fueron efectivamente silenciadas" (Saenger, 1982: 384). Unos siglos más tarde, Martín Lutero dio un golpe masivo a la vida de las palabras cuando le dijo a la gente que abandonara sus sueños y las fantasías de las voces en las páginas y "trazara una línea en la arena" entre lo que significan las palabras y su interpretación. De esta manera, perdimos la comprensión por el bien de la información (Ingold, 2011: np).
Michel Foucault describió esta pérdida maravillosamente: el profundo parentesco del lenguaje con el mundo se disolvió así. La primacía de la palabra escrita quedó en suspenso. Y esa capa uniforme, en la que lo visto y lo leído, lo visible y lo expresable, se entrelazaban interminablemente, también se desvanecía. Las cosas y las palabras debían separarse unas de otras (1966: 47). Hoy tenemos la suerte de poder elegir no solo qué sino cómo leemos. Podemos elegir historias que nos hablen y permitir que las palabras vivan una vez más en nuestras mentes.
Miles de años de historias y literatura están disponibles para nosotros, y ahora entendemos que la literatura impacta la forma en que nuestro cerebro realmente funciona. La teoría de la mente es la comprensión de que otros seres poseen una conciencia, un estado emocional o una serie de creencias. Un estudio de Mar, et al. descubrió que los niños que leen historias ficticias tienen puntajes de teoría de la mente un 26% más altos que otros niños.
Además, las historias en forma de películas tuvieron un efecto similar en los puntajes de la teoría de la mente, pero la televisión no lo hizo. Hay algo sobre el tiempo involucrado en formar parte del libro y comprender a los personajes que un programa de televisión no puede lograr (Mar, 2010: 73-75). Un estudio relacionado en 2003 descubrió que los niños que fueron expuestos a historias con personajes que cambian o se comportan de manera diferente a lo esperado aumentaron significativamente sus puntajes de teoría de la mente. Los caracteres que son "planos" no tienen el mismo efecto (Hale y Tager-Flusberg, 2003: 8-9). La exposición a personajes que se comportan en contra de nuestras expectativas podría prepararnos para los seres humanos que encontramos en nuestra vida cotidiana.
Si la literatura aumenta nuestro funcionamiento de la teoría de la mente, entonces es crucial para nuestro estudio de las interacciones humano / no humano y la antrozoología como un todo. Las fábulas de Esopo inspiraron una generación entera de series de libros de moralidad como The Berenstain Bears de Stan Berenstain y Janice Grant, la serie The Sweet Pickles de Richard Hefter y Janice Reinach, y la serie Arthur de Marc Brown. Todos estos libros están dirigidos a niños que usan animales para enseñar un comportamiento y una moral aceptables. Estos libros logran un objetivo importante más allá de la enseñanza de los modales sociales. Le dan a los niños la oportunidad de imaginar que los no humanos tienen una vida mental interna. Mientras que los osos generalmente no usan ropa, y los cerdos hormigueros no son propensos a asistir a la escuela, al menos estos libros ofrecen a los niños la oportunidad de imaginar que otras especies también tienen habilidades cognitivas y estructuras sociales similares a las nuestras. Reconociendo que los demás realmente piensan y sienten es un primer paso crítico Pero la literatura va más allá y realmente nos permite ubicarnos dentro de la mente de otro ser.
El filósofo Mark Johnson introdujo una idea que llamó "imaginación moral" en 1993. Él propone que necesitamos másEs más que solo comprender que hay otras mentes trabajando en el mundo. Realmente debemos habitar su mundo en "imaginación, sentimiento y expresión" (1993: 200-201). Johnson continúa explicando que debemos experimentar una 'realidad imaginativa' empática para comprendernos realmente. Esta imaginación moral debe ser una experiencia pública y compartida si queremos alcanzar y cuidar a los demás (1993: 200-201). Los libros para niños son solo el comienzo. La literatura ficticia para adultos es la clave para expandirse más allá del conocimiento de que hay otros cerebros allá afuera, y en una verdadera "antropología más allá de lo humano", para usar el término de Kohn (Kohn, 2013: 7).
Maurice Hamington se refiere a esto como "imaginación moral" cuando discute cómo podemos aprender la ética de los animales (2008: 182). Sugiere que la imaginación moral de uno mejora con cada uso. Imagino la imaginación moral como un músculo que necesita estirarse y usarse con regularidad para funcionar correctamente y crecer. Si se deja inactivo, se marchitará y se encogerá. La literatura proporciona el "gimnasio" para esta construcción muscular. Cada vez que estamos tan absortos en una novela que realmente nos quedamos boquiabiertos cuando el protagonista se enfrenta a una manada de lobos gruñendo y chasqueando (pero luego piensan que quizás ella estaba en su territorio); cada vez que nos vemos en la peligrosa situación de enfrentar al tigre devorador de hombres (que en realidad puede estar simplemente hambriento por la falta de ciervos en el bosque); cada vez que tenemos una lágrima en nuestros ojos cuando el elefante finalmente llega al pozo de agua justo a tiempo para rescatar a su bebé de los cazadores furtivos (que quizás no pueden alimentar a sus hijos y están desesperados) asumimos una nueva capa de comprensión. Moverse de un lado a otro con empatía entre las motivaciones de los personajes es un gran entrenamiento. Sin músculos de empatía desarrollados, no podemos esperar comprender completamente a nuestros compañeros animales de todas las especies. Es similar a ponerse gafas para leer; podemos ver sin ellos, pero los detalles son incompletos.
Uno podría suponer que la lectura en general expone a las personas a una amplia variedad de personajes, comportamientos y situaciones que expandirán la empatía por otros. Si bien esto puede ser cierto, una nueva investigación realizada por Kidd & Castaño parece indicar que no es la obra de moralidad pasada de moda lo que nos permite ver mejor el mundo desde el punto de vista de otro. De hecho, es el área de la escritura referida como ficción literaria la que tuvo el mayor impacto en los puntajes de la teoría de la mente y la identificación de las emociones en la expresión facial. Además; la edad, el género, el nivel educativo o el área de estudio de pregrado de los sujetos de prueba no tuvieron ningún efecto en los resultados (2016: 10-11).
Según Kidd y Castaño, la ficción literaria puede definirse como ficción con psicológicamente complejo, bien- personajes redondeados que pueden comportarse fuera de su rutina normal y bella escritura. Este escrito a menudo es aclamado por la crítica, tiene comentarios políticos o sociales, o se ocupa de cuestiones actuales. El problema con esta categoría es que a menudo se define por la cultura occidental y los propios estudios se han centrado en las sociedades occidentales. En otras palabras, lo que crea puntajes más altos de teoría-de-la-mente y empatía en el mundo occidentalizado podría no tener impacto en las personas en otras áreas del mundo (2016: 11).
Este tipo de ficción es diferente de la ficción de género (ficción popular, de entretenimiento o comercial), donde la trama más formula y el tema específico son claves. Los personajes de género tienden a comportarse de manera predecible y siguen las fórmulas del género (por ejemplo, los vampiros tienen atractivo sexual y siempre pueden sacrificarse con una estaca de madera, las brujas necesitan un aquelarre para funcionar, y los hombres lobo aman una buena pelea). Se puede decir que la ficción de género entretiene al lector, mientras que la ficción literaria hace que el lector interactúe y considere los motivos de los personajes. Las novelas románticas, la ciencia ficción y las novelas policiales están incluidas en la categoría de género. Esto no quiere decir que todos los autores caigan en una u otra categoría, o que la ficción de género no tenga ningún efecto en el lector. El impacto es simplemente mayor con la ficción literaria (2016: 10-11). Además, los autores señalan que en su estudio de 2013 que incluso la lectura de ficción literaria breve temporalmente eleva los puntajes de la teoría del pensamiento del sujeto (Kidd & Castano, 2013: 377).
Otra consideración debe ser hecho al pensar en esta información. Quizás las personas que muestran una mejoría en los puntajes de la teoría de la mente después de la exposición a la ficción literaria son las mismas personas que, debido a su preocupación por los pensamientos y comportamientos de otros, buscan ficción literaria.
Sería bastante interesante (y complejo) encontrar un sujeto que nunca haya leído ficción y probado sus puntajes de teoría del pensamiento antes y después de administrar una saludable dosis de ficción literaria. Intercultural en lugar de otro: como la mayoría de las personas en la sociedad occidentalizada, Una vez fui un alumno Aquí en los Estados Unidos nos vimos obligados a participar en aspectos superficiales de la cultura (comoLos favoritos "The Mexican Hat Dance" y dreidel making) que se les dijo a los estudiantes nos ayudaría a estar en contacto con otras culturas. Las ferias de alimentos con platos "tradicionales" tenían la intención de darnos un vistazo de la vida en otros países, y nos hicieron vestir como nativos americanos o peregrinos para el Día de Acción de Gracias. Después de muchos años de estas "celebraciones culturales" en toda la escuela, descubrí que no tenía más conocimiento de estas culturas que cuando comencé la escuela primaria. Ilustrada por estas mismas tradiciones educativas, la maestra Kathy Short decidió que había una mejor manera. Se dio cuenta de que hasta que los niños entendieran su propia cultura, no podían comprender otra cultura. Necesitaban examinar su propia historia personal y social para comprender por qué creían o interactuaban con el mundo de una determinada manera (Short, 2009: 2). Necesitaban saber quiénes eran antes de poder conocer a alguien más. Para construir su propia identidad cultural e histórica, Short les pidió a sus alumnos que leyeran.
Utilizando la literatura para mostrarles a sus estudiantes que eran, en realidad, "seres culturales", Short examinó con los estudiantes cómo se sentían, qué creían, y las influencias que actuaron sobre ellos. Los estudiantes pronto se dieron cuenta de que sus creencias y acciones se basaban en sus interacciones con sus familias y la comunidad. Entonces, Short agregó literatura de otras áreas geográficas fuera de la ciudad de origen de los estudiantes para ayudar a ampliar su identidad. Finalmente, presentó literatura internacional y libros sobre temas globales, sociales y políticos. Por lo tanto, la fundación se completó por lo que a corto plazo se convirtió en humanos "interculturales" (Short, 2009: 7-8).
Los estudiantes fueron cambiados por esta literatura. En lugar de permanecer callados cuando se les hacía preguntas sobre asuntos sociales, los estudiantes participaban en conversaciones sobre el cambio social. En lugar de simplemente afirmar que ciertos problemas (como el racismo y la pobreza) son "injustos", los estudiantes aprendieron a hacer preguntas y formular estrategias para enfrentarlos. Estos estudiantes habían formado una identidad cultural personal, y ahora se sentían cómodos explorando la identidad de los demás (Short, 2009: 8-9). Estos estudiantes habían aprendido a ser seres reflexivos e interculturales.
El término "intercultural" se puede aplicar fácilmente para incluir a todas las criaturas: primates, avispas, aves o humanos. Aplicar una buena dosis de ficción literaria puede ser la clave para una verdadera "antropología más allá de lo humano" (Kohn, 2013: 7). "A través de la literatura, el ser del lenguaje brilla una vez más en las fronteras de la cultura occidental -y en su centro- porque es lo que ha sido más extraño a esa cultura desde el siglo XVI "(Foucault, 1966: 49) Semiótica, semántica y pragmática: Haciendo las palabras reales Al caminar con dragones, Ingold nos recuerda al monje de San Benito y su encuentro inusual con un dragón San Benito estaba supervisando a un monje que estaba cansado de estar en el monasterio. Le dijeron que fuera al mundo y que si podía encontrar lo que estaba buscando, el monje se dirigió a la puerta. Cuando intentó irse, un gran dragón le bloqueó el camino. Él estaba mortificado y le gritó a sus compañeros monjes que lo ayudaran. Cuando lo devolvieron a salvo dentro, les contó sobre el dragón. Ellos, por supuesto, no lo habían visto, pero supusieron que realmente había visto algo porque parecía tan asustado (2011: np).
Si esto sucediese hoy, es probable que al monje le quedasen 72 horas de salud mental. Sin embargo, en la sexta edición, todos los monjes habían sido entrenados para imaginar las emociones, el mal y lo divino como objetos tales como dragones y ángeles a través de su literatura. El propósito de esto era permitirles a los monjes reconocer sus sentimientos y trabajar a través de ellos de una manera segura. Dando forma al miedo a través de la lectura, fueron capaces de hacer frente a sus miedos en la realidad (Ingold, 2011: np). Ingold hipotetizó que la aparición del dragón tuvo lugar debido a una "delgadez" entre las paredes de lo real y lo que se imagina El dragón era una personificación del miedo del monje, y su miedo era tan real como cualquier animal vivo. Ninguno de su cohorte dudaba de su vista, simplemente asumieron que su miedo había tomado una forma física (Ingold, 2011: np).
Las historias nos ayudan a lidiar con nuestro miedo. Sabemos que no existe un vampiro, sin embargo, todos pueden describir cómo se ve en detalle. Su piel pálida, su capacidad de "glamour" y su incapacidad para enfrentar la luz del sol son de conocimiento común. Sabemos que los hombres lobo son afectados por la luna, tienden a correr tibios y son luchadores fantásticos. El Chupacabra corre a través de granjas en el área sur de mi estado de forma regular. "Sabemos" que estas cosas no son reales y, sin embargo, cuando nos asustamos, inmediatamente pensamos que están detrás de nosotros. El miedo hace que el velo delgado que separa nuestras emociones de nuestra realidad sea aún más delgado.
Phillips Stevens, Jr. explica: Debemos entender que no es con los ojos, sino con el cerebro / mente lo que "vemos"; y que la gente a veces real"Veo cosas", y esas cosas son reales, y la gente sabe que las vio, y dice la verdad cuando las informa (Stevens, Jr., 1990: 125). Estos informes "verdaderos" a menudo implican una homínido masivo que se ha visto en los bosques de Estados Unidos durante años. El Sasquatch o "hombre-mono" de la temprana historia oral de nativos norteamericanos encontró su camino en relatos escritos por colonos europeos que se remontan a por lo menos 1850 (Sax, 2013: 27). The Traverse City Herald informó en 1858 que una criatura parecida a un mono salvaje "tan grande como un oso" había estado comiendo las vacas locales (Weird US, 2016: np). Cuando se descubrieron grandes huellas en zonas de construcción en California, Humbolt Times recogió la historia del "hombre mono". Eventualmente, Associated Press se hizo con el artículo y nombró a la criatura "Bigfoot" (2016: np). Según Stevens, Bigfoot tiene que ser humanoide en forma y comportamiento para cumplir su propósito. Este propósito es proporcionar una manera para que los humanos manejen emociones como la falta de confianza en los demás, sentimientos de aislamiento o confusión en un mundo cambiante (Stevens, Jr., 1990: 127). El homínido grande y desgarbado que se aventura desde el bosque seguro al dominio del "hombre" crea una sensación de comprensión en los humanos.
Todos nos hemos sentido fuera de lugar, feos y solos. Nuestros sentimientos se manifiestan; nuestras manifestaciones se convierten en literatura. La gente consume historias sobre bigfoot, y en respuesta cientos de personas informan haber visto bigfoot cada año. (Sax, 2013: 27). Aparentemente, disfrutamos la confusión y el miedo que la literatura induce. Los estadounidenses y los europeos leen cuentos de terror, misterios de asesinatos y verdaderas novelas policíacas en camiones. Los libros de misterio, crimen y suspenso superaron las ventas en todos los grupos de edad para adultos en los EE. UU. El año pasado, representando hasta un 66% de las ventas en algunos casos (Statisica en línea, 2016: np).
Asustarnos a nosotros mismos a través de la literatura se ha convertido en un mecanismo de afrontamiento universal. Curiosamente, estos géneros perdieron el romance y el erotismo en las ventas mundiales, por lo que quizás los humanos estén trabajando más que sus miedos leyendo (2016: np). No solo es bueno para comer o pensar, sino bueno para leer y escribir: no el artículo antropológico está completo sin una bastardización de esta cita de Lévi-Strauss, por supuesto. Comemos ciertos animales y pensamos en los demás, pero ¿qué nos sucede cuando escribimos sobre animales? Aquí me gustaría volver a "la literatura" en lugar de literatura.
Leer sobre animales no humanos y aprender a ponernos en su cultura para comprenderlos es fantástico, como espero haber demostrado anteriormente. Pero cuando nosotros, como antrozoólogos, escribimos sobre los animales que observamos, ¿qué nos sucede a nosotros? A un profesor de educación de mi universidad de pregrado le gustaba decir que si querías ver si realmente sabías algo, intenta enseñárselo a otra persona. Probablemente su versión de lo que se le atribuye comúnmente a Yogi Bahjan como: "Si quieres entender algo, enséñalo".
Para relacionarnos plenamente con nuestros sujetos de todas las especies, necesitamos escribe sobre nuestras experiencias. Necesitamos tener en cuenta nuestras interacciones y sentimientos sobre ellos, y tenemos que tratar de explicar estas interacciones de manera que otros lo entiendan. Este proceso involucra a nuestro cerebro de una manera ligeramente diferente a la lectura. Erhard et al. completó un estudio de resonancia magnética de escritores y no escritores en 2014.
Descubrió que durante el proceso de creación de trabajo (no solo copiando palabras) las áreas del cerebro responsables de almacenar varios bits de información a la vez se activaban durante el proceso de escritura. Las áreas del cerebro responsables de la experiencia se iluminaron cuando los escritores experimentados hicieron una lluvia de ideas. El área no hizo nada en escritores con poca experiencia. Esta es la misma parte del cerebro responsable de cualquier habilidad ganada con esfuerzo, como el dominio del ajedrez o el canto de la ópera. La misma parte del cerebro se ilumina cuando un pianista maestro toca, o cuando un patinador sobre hielo aterriza un triple axel. A medida que los escritores adquieren más experiencia en la escritura, estas diferentes áreas del cerebro funcionan más eficientemente. Esto le permite al escritor "pensar mejor" (Erhard, et al., 2014: np).
El maestro James Marshall les dio a los estudiantes diferentes tareas de escritura en relación con las obras literarias que necesitaban comprender. Fue solo en las difíciles tareas de escritura extendida que los estudiantes comenzaron a entender la literatura en un nivel más profundo. Si la escritura era de naturaleza más formal o personal, la tarea de la escritura extendida requería enmarcar un argumento y usar un lenguaje que creara una comprensión más profunda del texto. La escritura liviana o la redacción de respuestas cortas en las pruebas no tuvieron el mismo efecto (Marshall, 1987: 58-60). Es el proceso de tratar de explicar a otra persona las motivaciones de un personaje en el que se produce el crecimiento y la comprensión. Debido a esto, nuestra tarea como seres humanos es seguir leyendo y escribiendo. Nosotros, como antrozoólogos, tenemos que emplear todas las herramientas a nuestra disposición, y esto significa recoger un buen libro siempre que sea posible. Exponernos a los personajes complejos de las novelas, así como a los personajes complejos en etnografías o etografías, nos hará mejores científicos.
Conclusión: Este ensayo termina con un Moomin. Usar "personajes" para entendernos a nosotros mismos no es un concepto nuevo. Los griegos usaban obras de teatro como catarsis, Aesop usaba animales para enseñar moral, el dragón del monje lo llevaba de vuelta a la vida monástica, y un Moomin me mostró que los animales eran personas con emociones y personalidades. El Moomin me enseñó a explorar más allá de mi puerta principal y a buscar nuevas experiencias con diferentes criaturas donde pudiera. También creó un lector de toda la vida con un apetito voraz por la ficción. Con los millones de títulos disponibles para personas de todas las edades, expandir nuestra función de teoría de la mente y cerebro es tan fácil como elegir un best-seller o leer un libro de cuentos para un niño. La lectura continua y la escritura tanto de ficción como de no ficción es esencial para nuestro estudio de antrozoología. Sea cual sea tu Moomin, si te lleva a un deseo de estudiar las interacciones de todos los animales y te lleva a ver la gran interconexión del mundo, abrázalo.
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