La Historia de la Literatura está plagada de autores que han conectado con el público a través de historias protagonizadas por animales, pero lo cierto es que, pese a todo, constituyen un grupo minoritario entre los autores de obras ilustres, y lo cierto es que muchas de estas obras, por el simple hecho de contar con el protagonismo animal, han sido absurdamente relegadas al mundo de la literatura infantil y juvenil, o a la literatura de aventuras con la connotación implícita de "literatura no trascendente". No cabe duda de que se trata de una visión reductista y poco seria, y no se trata de reivindicar las fábulas de Esopo o de Lafontaine, o los cuentos populares recopilados por Perrault o los hermanos Grimm, en cuyas páginas los animales sirven de espejo ejemplar para los comportamientos humanos, dando lugar a la, a nuestro juicio, errónea expresión de "animales antropomorfos" (creemos que se trata, como en los personajes de dibujos animados clásicos, de todo lo contrario: humanos zoomorfos). Este uso de los animales en la narrativa ha constituído un peculiar atractivo para un cierto público lector que no ha se ha dejado seducir por los prejuicios adultos que podemos leer en el pórtico de José María Gironella a la edición española de "La leyenda del lobo cantor" de George Stone. Desde luego, el libro de Stone entraría en la digna categoría de libros protagonizados por animales que se comportan como tales sin perder un ápice de lirismo humanizante.
Hay cierto tipo de escritores de carácter comercial, como Geroge Stone (recordemos su novela "Ventisca") que en algún momento de sus vidas vuelcan grandes dosis de sensibilidad en un libro. Stone vertió sus conocimientos naturalistas y sus dotes líricas en una historia conmovedora, metáfora de la lucha por la vida y el disfrute de sus características especiales. En este caso, la especie lupina, caracterizada por su canto, evolutivamente desarrollado por motivos sociales, comunicativos, padece la abolición represiva de dicho canto. La metáfora es clara. Dirus, el opresor lobo rojo, el que no canta, reprime el canto en sus semejantes tildándolo de despreciable costumbre propia de coyotes (vistos como inferiores desde su perspectiva).
Lobo encarna el espíritu libre e independiente de líderes y manadas que lleva a cabo un viaje épico para dar cabida a su propia descendencia cantora en un mundo hostil, de lobos represores del canto.
Es indudable un cierto hippysmo naturalista, un regusto new-age en todo el libro, incluso en aspectos propios del diseño de edición, o de la elección de las ilustraciones en sobrio blanco y negro de Dick Kramer (una cierta reminiscencia de las fotos de Russel Munson para las ediciones del Juan Salvador Gaviota de Richard Bach).
De los muchos libros con protagonistas animales, "La Leyenda del Lobo Cantor" ofrece carcterísticas particulares. A diferencia de los relatos épico-naturalistas ("La llamada de la selva", "Nómadas del Norte", etc...) la presencia del hombre es nula en todo el relato, y las distintas especies animales relativizan el alcance de las ambiciones vitales de cualquier ser vivo, sin dejar por ello de evidenciar preferencias por unas u otras desde un punto de vista preferiblemente humano, más comprensivo con las estructuras sociales caninas, que evidencian a Lobo como solitario, que con los solitarios Osos que sentenciarán su destino.
No obstante, sería injusto no mencionar con más detalle las claras influencias de este producto literario tan de los años 70. El simbolismo espiritual de aires cristianos del Juan Salvador Gaviota de Richard Bach estaba, nunca mejor dicho, en el aire, el mismo aire que surcó de algún modo el también aviador Antoine de Saint-Exupéry (de hecho, ambas obras han compartido edición en más de una ocasión) con el que comparte un carácter iniciático, moralizante y didáctico para jóvenes lectores soñadores. De nuevo, las ilustraciones tienen una gran importancia en las ediciones originales, y vemos que, además de la presencia de animales fantásticos o no, constituyen el sello inequívoco de la literatura dedicada al público joven. ¿Arte y animales suponen síntomas de algún tipo de síndrome de inmadurez? El papel de las ilustraciones de John Tenniel para la popularidad de la Alicia de Lewis Carroll es innegable, pero podemos decir lo propio de los dibujos del propio Saint-Exupéry para su pequeño príncipe o las fotografías de Russell Munson para Juan Salvador Gaviota.
Los elegantes y precisos dibujos, como de cuaderno de campo, de Dick Kramer, cumplen sin duda un papel similar con el relato del lobo cantor de Stone, depositario además de la era del cine western crepuscular que vuelve la mirada a los espacios abiertos desde una nueva perspectiva post-hippy, ecologista y reivindicativa de las culturas indígenas americanas (así en "Pequeño Gran Hombre", de Arthur Penn, o en el "Jeremiah Johnson" de Sidney Pollack). Las reminiscencias de Jack London, tanto de "Colmillo Blanco" como de "La llamada de la selva", también están presentes, y ambas obras también han dado lugar a innumerables ediciones ilustradas y versiones cinematográficas.
Yo querría reivindicar, además de la crucial importancia del "Libro de la selva" y del "Segundo libro de la jungla" de Rudyard Kipling, pionero en la literatura contemporánea en devolver la voz a los animales, como predecesor, o de
C. Bernard Rutley como continuador de toda esta tradición a mediados del siglo XX, de James Oliver Curwood, autor de "Nómadas del Norte" y "El rey Oso" (inequívocas fuentes del filme "El Oso" de Jean Jaques Annaud) cuyas obras inspiraron obras cinematográficas y gran parte de la producción de Disney para sus mundos de aventuras protagonizadas por animales (de hecho, considero que el filme "Nómadas del Norte" producido por Disney no deja prácticamente nada que aportar al de Annaud).
Si bien es cierto que la influencia de la obra de London (las similutudes con "La llamada de la selva" son innegables) sobrevuela las páginas de Curwood (y son de publicación anterior) el carácter aventurero de ambos hace que podamos perdonar al autor original de "El Oso" cualquier sospecha de plagio, del mismo modo que en su día recayeron sobre muchos pasajes del propio London.
Pero quien realmente motiva que estemos redactando este post es Felix Salten, autor de "La novela de un parque zoológico" y de la mucho más conocida "Bambi", gracias a la adaptación cinematográfica de Walt Disney. Salten consigue lo que después Bach y Stone repiten: que los animales se comporten como corresponde a sus respectivas especies, desde un punto de vista estrictamente etológico, sin que suponga un problema para la humanización o la verbalización de sus acciones y discursos.
Seudónimo de Sigmund Salzmann, escritor y periodista austriaco nacido en Budapest. Estudió en Viena, viviendo en sus comienzos principalmente de su trabajo como crítico teatral en la Wiener Allegemeine Zitung y después en la Neuen Frein Presse. Presidente del Club Penn de Austria desde 1925 a 1934, escribió numerosas novelas y piezas teatrales, aunque el renombre lo alcanzó con sus historias de animales, como Historia de quince liebres (1929), Buena compañía (1930), Novela de un parque zoológico (1931), Florián el caballo del emperador (1933) y Renni (1941). Entre todas ellas fue Bambi o Una vida en el bosque (1928) la que le dio fama universal, aunque ese éxito no llegaría hasta tres años antes de su muerte, cuando Walt Disney produjo una película sobre la novela. Félix Salten escribió además una de las novelas más eróticas, obscenas y contagiosas del siglo XX, Josephine Mutzenbacher. La entrada en Viena de los nazis en 1938, unida a la muerte de su hijo y su esposa, le llevaron a trasladarse a Estados Unidos y posteriormente a Suiza. Murió en Zurich en 1945.
Gracias una vez más a COLOSSAL, os ofrecemos, como colofón de este post, su excelente entrada dedicada a Tyrus Wong, uno de los primeros intérpretes gráficos de la obra de Salten y cuyos bocetos y pasteles fueron utilizados como imágenes referenciales o "concept art" del Bambi de Walt Disney. y su magnífico blog
James Oliver Curwood (Owosso, Michigan, 1878-1927) fue un narrador estadounidense. Licenciado en Periodismo en la Universidad de Michigan. Curwood comenzó a trabajar como reportero para el Detroit News-Tribune. Publicó su primer relato en 1900 y pasaría a convertirse en uno de los escritores más populares de Estados Unidos de la década de 1920.
Después de una visita a Canadá, comenzó a escribir novelas y se convirtió en un ferviente conservacionista. La mayoría de sus obras son aventuras al aire libre y muchas de ellas best-sellers que dieron lugar a películas, por lo que Curwood se convirtió en un hombre rico. Construyó el Castillo Curwood en su ciudad natal, en el estilo de los chateaux franceses, que ahora es un museo local.
Curwood murió de peritonitis, que se cree pudo haber sido causada por una picadura de araña.
Entre sus obras más celebradas destacan El valor del Capitán Plum (1908), Los buscadores de oro (1909), El valle de los hombres silenciosos (1911), El final del río (1919), El bosque en llamas (1921) y El cazador negro (1926). Su novela El rey de los osos (1918) fue llevada al cine en 1988 por el director francés Jean-Jacques Annaud.
Hay cierto tipo de escritores de carácter comercial, como Geroge Stone (recordemos su novela "Ventisca") que en algún momento de sus vidas vuelcan grandes dosis de sensibilidad en un libro. Stone vertió sus conocimientos naturalistas y sus dotes líricas en una historia conmovedora, metáfora de la lucha por la vida y el disfrute de sus características especiales. En este caso, la especie lupina, caracterizada por su canto, evolutivamente desarrollado por motivos sociales, comunicativos, padece la abolición represiva de dicho canto. La metáfora es clara. Dirus, el opresor lobo rojo, el que no canta, reprime el canto en sus semejantes tildándolo de despreciable costumbre propia de coyotes (vistos como inferiores desde su perspectiva).
Lobo encarna el espíritu libre e independiente de líderes y manadas que lleva a cabo un viaje épico para dar cabida a su propia descendencia cantora en un mundo hostil, de lobos represores del canto.
Es indudable un cierto hippysmo naturalista, un regusto new-age en todo el libro, incluso en aspectos propios del diseño de edición, o de la elección de las ilustraciones en sobrio blanco y negro de Dick Kramer (una cierta reminiscencia de las fotos de Russel Munson para las ediciones del Juan Salvador Gaviota de Richard Bach).
De los muchos libros con protagonistas animales, "La Leyenda del Lobo Cantor" ofrece carcterísticas particulares. A diferencia de los relatos épico-naturalistas ("La llamada de la selva", "Nómadas del Norte", etc...) la presencia del hombre es nula en todo el relato, y las distintas especies animales relativizan el alcance de las ambiciones vitales de cualquier ser vivo, sin dejar por ello de evidenciar preferencias por unas u otras desde un punto de vista preferiblemente humano, más comprensivo con las estructuras sociales caninas, que evidencian a Lobo como solitario, que con los solitarios Osos que sentenciarán su destino.
No obstante, sería injusto no mencionar con más detalle las claras influencias de este producto literario tan de los años 70. El simbolismo espiritual de aires cristianos del Juan Salvador Gaviota de Richard Bach estaba, nunca mejor dicho, en el aire, el mismo aire que surcó de algún modo el también aviador Antoine de Saint-Exupéry (de hecho, ambas obras han compartido edición en más de una ocasión) con el que comparte un carácter iniciático, moralizante y didáctico para jóvenes lectores soñadores. De nuevo, las ilustraciones tienen una gran importancia en las ediciones originales, y vemos que, además de la presencia de animales fantásticos o no, constituyen el sello inequívoco de la literatura dedicada al público joven. ¿Arte y animales suponen síntomas de algún tipo de síndrome de inmadurez? El papel de las ilustraciones de John Tenniel para la popularidad de la Alicia de Lewis Carroll es innegable, pero podemos decir lo propio de los dibujos del propio Saint-Exupéry para su pequeño príncipe o las fotografías de Russell Munson para Juan Salvador Gaviota.
Los elegantes y precisos dibujos, como de cuaderno de campo, de Dick Kramer, cumplen sin duda un papel similar con el relato del lobo cantor de Stone, depositario además de la era del cine western crepuscular que vuelve la mirada a los espacios abiertos desde una nueva perspectiva post-hippy, ecologista y reivindicativa de las culturas indígenas americanas (así en "Pequeño Gran Hombre", de Arthur Penn, o en el "Jeremiah Johnson" de Sidney Pollack). Las reminiscencias de Jack London, tanto de "Colmillo Blanco" como de "La llamada de la selva", también están presentes, y ambas obras también han dado lugar a innumerables ediciones ilustradas y versiones cinematográficas.
Yo querría reivindicar, además de la crucial importancia del "Libro de la selva" y del "Segundo libro de la jungla" de Rudyard Kipling, pionero en la literatura contemporánea en devolver la voz a los animales, como predecesor, o de
C. Bernard Rutley como continuador de toda esta tradición a mediados del siglo XX, de James Oliver Curwood, autor de "Nómadas del Norte" y "El rey Oso" (inequívocas fuentes del filme "El Oso" de Jean Jaques Annaud) cuyas obras inspiraron obras cinematográficas y gran parte de la producción de Disney para sus mundos de aventuras protagonizadas por animales (de hecho, considero que el filme "Nómadas del Norte" producido por Disney no deja prácticamente nada que aportar al de Annaud).
Si bien es cierto que la influencia de la obra de London (las similutudes con "La llamada de la selva" son innegables) sobrevuela las páginas de Curwood (y son de publicación anterior) el carácter aventurero de ambos hace que podamos perdonar al autor original de "El Oso" cualquier sospecha de plagio, del mismo modo que en su día recayeron sobre muchos pasajes del propio London.
Felix Salten |
Seudónimo de Sigmund Salzmann, escritor y periodista austriaco nacido en Budapest. Estudió en Viena, viviendo en sus comienzos principalmente de su trabajo como crítico teatral en la Wiener Allegemeine Zitung y después en la Neuen Frein Presse. Presidente del Club Penn de Austria desde 1925 a 1934, escribió numerosas novelas y piezas teatrales, aunque el renombre lo alcanzó con sus historias de animales, como Historia de quince liebres (1929), Buena compañía (1930), Novela de un parque zoológico (1931), Florián el caballo del emperador (1933) y Renni (1941). Entre todas ellas fue Bambi o Una vida en el bosque (1928) la que le dio fama universal, aunque ese éxito no llegaría hasta tres años antes de su muerte, cuando Walt Disney produjo una película sobre la novela. Félix Salten escribió además una de las novelas más eróticas, obscenas y contagiosas del siglo XX, Josephine Mutzenbacher. La entrada en Viena de los nazis en 1938, unida a la muerte de su hijo y su esposa, le llevaron a trasladarse a Estados Unidos y posteriormente a Suiza. Murió en Zurich en 1945.
Gracias una vez más a COLOSSAL, os ofrecemos, como colofón de este post, su excelente entrada dedicada a Tyrus Wong, uno de los primeros intérpretes gráficos de la obra de Salten y cuyos bocetos y pasteles fueron utilizados como imágenes referenciales o "concept art" del Bambi de Walt Disney. y su magnífico blog
Tyrus Wong |
James Oliver Curwood (Owosso, Michigan, 1878-1927) fue un narrador estadounidense. Licenciado en Periodismo en la Universidad de Michigan. Curwood comenzó a trabajar como reportero para el Detroit News-Tribune. Publicó su primer relato en 1900 y pasaría a convertirse en uno de los escritores más populares de Estados Unidos de la década de 1920.
James Oliver Curwood |
Después de una visita a Canadá, comenzó a escribir novelas y se convirtió en un ferviente conservacionista. La mayoría de sus obras son aventuras al aire libre y muchas de ellas best-sellers que dieron lugar a películas, por lo que Curwood se convirtió en un hombre rico. Construyó el Castillo Curwood en su ciudad natal, en el estilo de los chateaux franceses, que ahora es un museo local.
Curwood murió de peritonitis, que se cree pudo haber sido causada por una picadura de araña.
Entre sus obras más celebradas destacan El valor del Capitán Plum (1908), Los buscadores de oro (1909), El valle de los hombres silenciosos (1911), El final del río (1919), El bosque en llamas (1921) y El cazador negro (1926). Su novela El rey de los osos (1918) fue llevada al cine en 1988 por el director francés Jean-Jacques Annaud.
Felix Salten (Pest, 6 de septiembre de 1869 – Zúrich, 8 de octubre de 1945)
fue un escritor austriaco, nacido como Siegmund Salzmann en Budapest, (capital de Hungría, entonces parte del Imperio austrohúngaro).
Cuando tenía tres años su familia se emigró a Viena (Austria). Muchos judíos emigraban a esta ciudad a finales
del siglo XIX porque Viena finalmente había reconocido la ciudadaníacompleta a los judíos en 1867.
Cuando su
padre entró en quiebra, él tuvo que dejar
la escuela y empezar a trabajar en una agencia de seguros. También empezó a
enviar poemas y revisiones de libros a varias
publicaciones. Fue parte del movimiento "Joven Viena" (Jung Wien)
y pronto fue contratado a tiempo completo como crítico de arte y teatro para la
prensa de Viena. En 1900 publicó su primera colección de historias cortas. En
1901 fundó el primer cabaret literario de Viena, aunque duró poco tiempo. Y muy
pronto empezó a publicar, como media, un libro por año de guiones, historias
cortas, novelas, libros de viajes y colecciones de ensayos. También escribió
para casi todos los periódicos más importantes de Viena. Escribió guiones de
cine y librettos para operetas. En 1927 fue presidente del club
austríaco P.E.N.
Su obra más
famosa es Bambi, una
vida en el bosque, escrita en 1923.
Se tradujo al inglés en 1928 y en 1933 vendió
los derechos de la película a los estudios Walt
Disney por la modesta suma de 5.000 dólares. Disney
estrenó su película basada en Bambi en 1942.
La vida en
Austria se hizo peligrosa para los judíos prominentes en la década de
1930. Adolf Hitler prohibió
los libros de Salten en 1936. Tres años más tarde (1939),
después de que Austria se incorporase a Alemania, Salten emigró a Zúrich (Suiza),
donde vivió hasta su muerte.
Estuvo
casado con la actriz Ottilie Metzl, y tuvo dos hijos, Paul y Anna-Katherina.
Escribió otro libro basado en el personaje de Bambi titulado Los hijos de Bambi en 1939.
Sus novelas Perri y El perro de Florencia inspiraron
las películas de Disney Perri y The Shaggy Dog (2006).
A Salten se
le considera el autor de la novela erótica Josefine
Mutzenbacher, la autobiografía ficticia de una prostituta
vienesa, publicada en 1906.
Bambi: una
vida en el bosque, o Bambi:
historia de una vida en el bosque (título original: Bambi.
Eine Lebensgeschichte aus dem Walde) es una novela publicada en 1923 escrita por el
austriacoFelix
Salten que trata sobre la vida de un corzo. Se caracteriza porque, en lugar de
utilizar a los animales como
excusa para meditar sobre el ser humano,
realmente intenta plantearse lo que piensan los animales salvajes,
especialmente sobre el ser humano, al cual consideran casi un ser divino.
Inspiró la película de la compañía Walt Disney Bambi. El libro contó con una secuela publicada
en1939, Los
hijos de Bambi.
Interpretaciones de la novela[editar]
Debido a
que Felix
Salten, era judío,
muchas personas han querido ver en este libro una alegoría al trato que tenían
los judíos en aquella época. Nada más lejos de la realidad. La única influencia
delJudaísmo en la
novela sea probablemente el nombre de Él que utilizan los
animales en la novela para llamar a los humanos (se cree que es posible que los
judíos antiguos llamaran así a Yahvé). En realidad,
el autor quería mostrar cómo era, a su parecer, el pensamiento de los animales.
Curiosidades del método empleado[editar]
Lo más
interesante que tiene la novela es la forma en la que el autor trata el
comportamiento animal:
- En el capítulo I, el autor demuestra su conocimiento de lo hábitos animales mediante una explicación que da la urraca sobre el cuidado de las crías.
- A pesar de que los animales rara vez se comportan por instinto en la novela, su comportamiento coincide con el real de las especies, y, además, decide hacer que Bambi ya sea capaz de razonar y hablar al poco de nacer, cosa bastante lógica debido a que los animales desarrollan más rápido su inteligencia que los humanos. Además se da la ironía de que, al ser los corzos una especie solitaria, Bambi no sepa que existen más corzos a parte de él y su madre.
Diferencias respecto a la película[editar]
A pesar de
estar basada en el libro,
la película de Walt Disney no
tiene demasiado parecido con ésta. Para empezar, la película no trata sobre un
corzo en los bosques europeos, si no de la vida de un ciervo en Norteamérica. Muchos
personajes de la historia del libro, como Rono, Kaurus, Netla, o Gobo, ni
siquiera aparecen. La Señora Liebre y el Mochuelo son sustituidos por el conejo
Tambor y la mofeta Flor. Así, también la trama de la película está bastante
modificada:
- En la película, ni siquiera se llegan a ver a los humanos, y los perros de caza ni siquiera hablan, en cambio, en el libro Bambi ve muchos humanos, e incluso llega a ver uno muerto, y un perro habla en el que se puede considerar uno de los diálogos más filosóficos y llenos de resentimiento de la novela.
- En el libro, el padre de Bambi es llamado el Viejo, por ser el corzo que ha vivido más tiempo, pero no es así en la película, al padre le llaman Príncipe del Bosque.
- En la película, tras la muerte de la madre de Bambi, a éste le cuida su padre, y tras ello vive un tiempo sólo hasta que se empareja con Falina, sin embargo, no es así en el libro: a Bambi y Falina les cuida Netla hasta que ambos se hacen adultos y se van por su cuenta. Tras eso, Bambi se empareja con Falina, pero después de aparearse con ella y dejarla preñada se acaba yendo a vivir con su padre.
Los hijos de Bambi (título
original: Bambis Kinder, eine Familie im Walde) es una novela
infantil suiza escrita por Felix Salten y
publicada originalmente en 1939.
Es la secuela del libro Bambi, una vida en el bosque, novela que tuvo una
adaptación al cine en 1942,
de la mano de Walt
Disney, titulada Bambi.
La historia de Los hijos de Bambi narra la niñez de los hijos
gemelos de Bambi y como llegan a la adultez. Salten escribió la novela mientras
vivía exiliado en Suiza después
de ser forzado a dejar Austria tras
la ocupación nazi, dada su
herencia judía.1 Originalmente
el libro fue escrito en alemán, pero la
primera publicación fue en inglés en Estados Unidos en 1939 por Bobbs-Merrill.2 No fue
publicado en alemán hasta varios años después. El lenguaje es más suave que el
deBambi, una vida en el bosque.3
Argumento[editar]
Los cervatos gemelos (que aparecieron al final de la primera novela), Geno
y Gurri, aprenden tanto los placeres como las desventajas de la naturaleza y de
su hogar en el bosque, mientras su madre Faline los ayuda a crecer y
convertirse en adultos. Su padre, Bambi, vela por ellos y los cuida cuando su
madre se encuentra ocupada. Durante sus vidas, interactúan con Lana y Boso,
cervatos gemelos de su Tía Rolla. Un día, Gurri es atacado por un zorro, pero
sobrevive. Ella es rescatada por un guardabosque (pero es mejor conocido como
"Él marrón" por algunos animales, debido al abrigo marrón que lleva).
Cuando es llevada a la casa del "Él marrón" conoce a su perro,
Hector, y un búho que Él encontró un rato atrás. El búho está encadenado a un
poste, y le cuenta a Gurri acerca de cuando las aves pequeñas (de las que se
alimentaba) fueron a atacarlo. Luego Bambi llega, y le dice a Gurri que irá en
cualquier momento a enseñarle cómo saltar sobre la entrada. Cuando "Él
marrón" llega, Bambi corre de vuelta al bosque, y cuando hace eso,
"Él marrón" abre la entrada y sale. Entonces Gurri toma la oportunidad
para irse.
Cuando ella vuelve, empieza a surgir tensión entre su familia y la familia
de Rolla. Primero, Rolla le pregunta a Gurri qué fue lo que sucedió, pero ella
no puede hablar de eso. Al día siguiente, Rolla vuelve a pedirle a Gurri que le
cuente, pero ella justo quería jugar con Lana y Boso. Entonces un día, un
perro-lobo ataca a Rolla. Y mientras intentaba escapar de él, accidentalmente
lo lleva donde Faline y los otros se esconden. El perro-lobo inmediatamente
dirige su atención a Geno, y lo persigue. Cuando Faline se entera de la
desaparición de su hijo, culpa a Rolla por "sacrificar" a su hijo.
Después de que Bambi salvara a Geno del perro-lobo, Geno encontró a Rolla, y
luego se reúne con su hermana y su madre. Cuando ellos van a ver a Rolla, Lana
les da una calurosa bienvenida, mientras Boso comienza a odiarlos. Empieza a
antagonizar un poco a Geno, y luego regaña a Faline por no enviar un mensajero
cuando su madre fue herida. Cuando Faline y sus hijos se van, se pone en marcha
una disputa entre las familias. Cuando a Geno comienza a crecerle la
cornamenta, Gurri y él encuentran a dos cervatos machos huérfanos llamados
Nello y Membo. Faline decide adoptarlos como nuevos amigos de sus hijos, para
que puedan olvidarse de sus nuevos enemigos. Cuando Geno crece, vuelve a
encontrarse con Lana, y empieza a tener sentimientos por ella. Pero Boso
aparece y lo reta a pelear, pero Geno se rehúsa. Boso inicia el rumor por todo
el bosque de que Geno es un cobarde, y cuando Geno no lo soporta más, pelea contra
Boso y lo derrota, ofreciéndole una tregua, pero Boso se aleja. Geno trata de
disculparse con Lana, pero ella se niega a hablar con él después de eso.
Entonces un día, un joven cazador dispara a Boso, pero antes de que pueda
matarlo consigue escapar. Corre junto a Bambi, y Bambi le enseña las mismas
técnicas que recibió de su propio padre, el Gran Príncipe, que le enseñó cuando
le dispararon. El chico regresa e intenta matar a Geno, pero justo cuando va a
hacerlo, Bambi salta sobre él y lo mata. En el final, Lana perdona a Geno por
lo que le hizo a Boso, y las familias terminan la disputa y vuelven a ser
amigos. Cuando todos se fueron, Faline nota una "sombra muy amada" en
los arbustos (Bambi, obviamente) y se dirige hacia la misma.
Adaptación[editar]
Walt
Disney Studios estrenó en 2006 la película Bambi II, que no
guarda ninguna relación con la novela Los hijos de Bambi. Este
libro nunca tuvo una adaptación cinematográfica, aunque Dell Comics publicó
una historia de Walt Disney Productions en 1943.4
Tyrus Wong |
El trabajo de Wong apareció por última vez en "Round the Clock: Artistas chino-americanos que trabajan en Los Ángeles" en el Vincent Price Art Museum en 2012. Puedes ver más de sus ilustraciones en colores pastel. (via Magic Forces)
ACTUALIZACIÓN: También se ha traído a mi atención que la Fundación de la Familia Walt Disney en San Francisco en realidad sólo celebró una exposición retrospectiva de Wong llamada "del agua al papel, de la pintura al Cielo : El arte de Tyrus Wong". Si estás interesado , el catálogo de la exposición que está disponible aquí.
The Pastel Illustrations of Tyrus Wong That Would Inspire the Movie ‘Bambi’March 12, 2014
Painter, muralist, ceramicist, lithographer, designer and kite maker Tyrus Wong was born in China in 1910 and emigrated to the United States with his father at the age of 9. As a child his teachers noticed he possessed exceptional artistic skills which would land him a scholarship at the Otis Art Institute in Los Angeles. By 1930 he was working in Hollywood for Warner Bros. and from 1938 to 1941 he became a “Disney inspirational sketch artist” where his lush pastel drawings of forests and deer would serve as inspiration for the movie Bambi where he served as lead artist on the film. Wong retired in 1968 and began a second career of making kites which he would fly on the Santa Monica Pier. He is now 103 years old.
Wong’s work was most recently featured in “Round the Clock: Chinese American Artists Working in Los Angeles” at the Vincent Price Art Museum in 2012. You can see more of his pastel illustrations over on Magic Forces. (via Magic Forces)
UPDATE: It’s also been brought to my attention that the Walt Disney Family Foundation in San Francisco actually just held a retrospective exhibition for Wong called Water to Paper, Paint to Sky: The Art of Tyrus Wong. If you’re interested, the catalog for that exhibition is available here. (thnx, Kelly!)
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