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sábado, 29 de febrero de 2020

Arañas. Iconografía. Comentario inspirado por una interesante recopilación de Javier Fuentes.

Guido Mocafico

Volvemos a nuestras asociaciones entre arte y zoología, centrándonos en esta ocasión en la iconografía de la araña y el poder evocador y simbólico de estos artrópodos.
Nos aprovechamos oportuna y oportunistamente, para ello, de una recopilación de obras artísticas protagonizadas por arañas que nos ofrece Javier Fuentes desde El Hurgador (Arte en La Red), uno de nuestros clásicos sitios web de referencia al que ya hacía tiempo que no sustraíamos contenidos.

Guido Mocafico
Como introducción o comentario a lo expuesto por Fuentes, diremos que la araña es uno de los animales con más carga simbólica y arquetípica de la historia de la humanidad. Existen infinidad de estudios y trabajos teóricos al respecto, y sería muy arduo y extenso referirnos a ellos con propiedad, por lo que cualquier explicación sucinta al poder iconográfico de la araña o de su presencia en las artes plásticas sería claramente insuficiente. Si alguien quiere profundizar un poco más en la simbología de la araña a lo largo de la historia y las culturas, le podemos recomendar "Las arañas en la cultura y la Historia de Occidente", de Victor J.Montserrat y Antonio Melic, trabajo del que pueden disponer en forma de PDF publicado en Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa (S.E.A.),50 (30/06/2012): 631673.

No obstante, tal y como hicimos en alguna ocasión respecto a otras familias o especies animales de gran importancia icónica, como por ejemplo la serpiente, sí podemos ofrecer nuestro punto de vista y una somera explicación a la persistencia de la imagen de la araña y su protagonismo entre las principales filias y, sobre todo, fobias de carácter zoológico.

La araña comparte con la serpiente una aversión ancestral por parte de los seres humanos debida a su simplicidad gráfica y asu problemática identificación escópica.

Guido Mocafico
La serpiente es una línea cambiante y sinuosa, de ambigua identificación. No presenta un esquema orgánico con un tronco y unas extremidades, con una cabeza y una cola de inmediato reconocimiento. Plantea una duda visual y por ello es problemática. Necesitamos saber dónde está su cabeza para entender su delante y su detrás, su arriba y su abajo, tan importantes para situarnos ante una presa potencial o ante un potencial atacante. La memoria visual exige además un especial grado de atención para distinguir las especies venenosas o agresivas de las inofensivas, y, por extensión, todas ellas implican una potencial amenza mortal aunque sean inofensivas o no venenosas.
Es curioso que respecto a las arañas mucha gente piense que no todas son venenosas aunque todas lo sean en mayor o menor medida, y se establezcan categorías entre las inofensivas y las pocas especies europeas de ponzoña más preocupante (como las tarántulas, pequeñas en comparación con las migalas sudamericanas que extrañamente se han apropiado de su nombre) mientras que en países tropicales o en Australia, independientemente de su tamaño o aspecto amenazador, cualquier ejemplar puede ser considerado temible para el ser humano. Algunas, como la viuda negra, han adquirido fama de mortalmente venenosas aunque las estadísticas lo nieguen, pero son visualmente reconocibles por ciertos rasgos característicos y una imagen vale más que mil aclaraciones taxonómicas.

En todo caso, la araña presenta una cierta ambigüedad gráfica semejante a la de la serpiente aunque por motivos opuestos. Mientras la serpiente carece de extremidades, o constituye más bien una extremidad única y autónoma, la araña ofrece una forma esquemática radial, con múltiples extremidades que emergen de un centro dificultando la identificación inmediata de su posición, de su orientación. Parce poder moverse en cualquier dirección y esa simetría radial es la base, posiblemente, de la advertenciarquetípica y de la alerta irracional.

Al respecto de la serpiente, gran competidora de la araña en cuanto a miedos y fobias arquetípicos, decíamos con anterioridad:

 Es casi una norma la aversión, en la cultura occidental, por las serpientes (podría decirse que por los reptiles en general). Esta repulsa, combinación de asco y miedo, genera odio y repugnancia. Está tan arraigada que hace notorias sus manifestaciones contradictorias, como la impasividad o incluso el afecto de muchas personas frente a los reptiles. Los individuos que muestran este tipo de simpatía por estos animales, hasta el punto de cuidarlos y alimentarlos, domesticarlos, son tachados de extraños por el occidentalito de a pie.
Dentro de los primates, nuestros parientes biológicamente más próximos, gorilas y chimpancés, muestran la misma repulsión por las serpientes, repulsión que los progenitores se preocupan por reafirmar en sus vástagos.
Esta actitud basada en el aprendizaje podría indirectamente incluirse en el concepto de “fenotipo extendido” tal y como lo define el biólogo conductista Richard Dawkins. Sin embargo, habría que incidir en el hecho de que, instintivamente (o, tal vez con los inmediatos pensamientos conscientes por los que abogaría Griffin ("El pensamiento de los animales"), los pequeñuelos que en la naturaleza se encuentran con una serpiente sin la advertencia de sus padres, es fácil que se sobresalten ante el súbito movimiento o reacción agresiva de lo que parecía una forma vegetal inanimada. Por añadidura, entre las múltiples especies de ofidios, algunos son venenosos, incluso mortales.
La maldición que cae sobre las serpientes no requiere una explicación teológica o psicoanalítica que las convierta en símbolo demoníaco o fálico. Basta recurrir a lo que puede evidenciar la experiencia visual en variados biotopos.
En la naturaleza, entre la vegetación de los árboles primigenios, tal vez un fruto comestible llamase la atención por su volumen y su color conspicuos. O, quizás, por un leve movimiento que llamase la atención de la visión estereoscópica y sensible a los colores del primate, al que sin embargo no le fué traducido como un aparte del fondo natural el cuerpo mimético y antiguo, de probada eficacia superviviente, del reptil.
Otros animales muestran esquemas orgánicos conspicuos sobre ese telón de fondo variable que es la naturaleza, estructuras que muestran cabeza, tronco y extremidades identificables pese a posibles contorsiones anatómicas. La carencia de extremidades de la serpiente (en sí, no es sino una especie de extremidad móvil y exenta) la lleva a poseer una forma corporal fácilmente confundible con cualquier fragmento vegetal más o menos torcido y, dada su coloración (una gran variedad de estudiados diseños gráficos externos) es muy posible que entre la vegetación su continuidad orgánica, ópticamente, se rompa.
La serpiente conlleva implícita una sorpresa primitiva, que, aunque no siempre, puede ser fatal.
Muchos otros animales recurren a formas y colores miméticos, pero tienen una complejidad orgánica más abrupta (caso del uroplatus, el camaleón, la cigarra, el chotacabras, o los fásmidos).
La serpiente es una forma simple, una línea móvil, una curva variable que en algún caso puede ser mortal, o cuando menos muy dolorosa, por culpa de su inadvertencia (...)
En el paisaje perfecto, en el jardín idílico, no hay lugar para las alimañas, especialmente si su imagen se dibuja ajustándose sobre una antiquísima, ancestral, impronta que casi exclusivamente se conserva como señal de peligro mortal. Un animal que en su banco genético contuviese un gen que supusiese una atracción por los reptiles, sin estar capacitado para sobrevivir a su potencial ataque venenoso, sería víctima posible de un gen letal, en palabras de R. Dawkins ("El gen egoísta", "El fenotipo extendido").
Otros animales, no obstante, despiertan admiración y regocijo, bien porque aportan algún beneficio material o bien porque, aún entrañando potencial peligro o competencia por el sustento son envidiados por su efectividad, su poderío para conseguir comida o evitar ser comidos.
Por esta razón, la misma serpiente odiada en ciertas culturas, como lo es en la nuestra, es venerada en otras que comprenden de otro modo las capacidades de estas criaturas. En ciertos momentos de la historia del antiguo Egipto, serpientes y cocodrilos, así como otros animales, eran objeto de culto; un culto malentendido a través de las versiones de los historiadores griegos, como veremos más adelante.
El culto a grandes animales en culturas mucho más primitivas comparte con la nuestra el temor fascinante a algo sólo vencible a través de la ilusión de ser como ese algo, de entenderlo, de emularlo.


Araña de Nazca
La araña comparte con la serpiente no sólo su asociación a miedos y fobias arraigados, sino también a al respeto y al culto ancestral que, como a los ofidios, la asocia frecuentemente a la sabiduría, y, por la capacidad de elaborar telas y redes, a la laboriosidad constructiva, de modo similar a como se suele hacer con las abejas, las hormigas y otras criaturas constructoras.

Joan Mirö: Cabeza y Araña
La estructura radial de la mayoría de las telarañas, evocadora de la estructura radial de la mayoría de arácnidos, no hace sino potenciar el poder gráfico de representaciones, y desde la antigüedad, demostrar la desambiguación de dicha estructura y representar gráficamente la direccionalidad de su marcha hacia alante, mostrando la diferencia entre su cabeza y su abdomen, demuestra una persistente observación de su anatomía, de sus hábitos y de sus costumbres, como evidencia, por ejemplo, la monumental obra paisajística del valle de Nazca.

Sin embargo, artistas mucho más cercanos en el tiempo, como Joan Miró, nos han recordado cuán fácil es evocar una araña, o más exactamente un opilion, sus parientes cercanos a menudo asimilados a su misma denominación, sencillamente cruzando por un mismo punto central varias rallas en disposición radial. Dicha disposición evoca asimismo la disposición estructural de la telaraña, pero la asociación de imágenes está servida.

De hecho, la semejanza estructural, o más bien gráfica, de opiliones y arañas favorece que la forma más simple de represenatrlos gráficamente consista en una pequeña mancha central rodeada de un número un tanto inconcreto de patas, tal y como ejemplifica la araña de Miró. Un cuerpo rodeado de patas es una imagen poderosa porque evoca a crustáceos y arácnidos de rumbo motriz incierto que nos han demostrado poder desplazarse con rapidez en direcciones imprevistas o en ocasiones saltar con inusitada potencia. Las extremidades que emergen radialmente de un cuerpo evocan en sí mismas la capacidad motriz y la feaciente prueba de vida de dicho cuerpo.

Odilon Redon: Araña Sonriente
Es algo tan básico y atávicamente inquietante que posiblemente sea el rasgo visual más potente para el reconocimiento de la araña y la duda razonable sobre su posible carácter ponzoñoso, a la vez que constituye la esencia de la percepción visual de cualquier insecto, arácnido o artrópodo en general, es decir, de aquello que entra en la categoría de "bicho" y que resulta inquietante en parte debido a su tamaño, funcionando a una escala que se antoja lejana, distante, que cabe en los recovecos de nuestro propio cuerpo, que puede transitar por él, que alerta con la sensación táctil asociada al movimiento de sus múltiples patas.

No son raros los casos de imágenes célebres de artistas que juegan no sólo con esta opción sino con la de otorgar cierta entidad al cuerpo central del animal, donde reside su individualidad, su voluntad y sus intenciones, como en la célebre araña sonriente de Odilon Redon, aunque sin olvidar su fascinante estructura radial, artistas contemporáneos como el fotógrafo Guido Mocafico, a quien ya habíamos dedicado un post y que nos sirve para ilustrar fragmentos de este texto, que observa con atención casi taxonómica diferentes especies de arañas jugando con un tipo de presentación que recuerda tanto a los anaqueles de los museos de historia natural, a la observación científica, como a los expositores de joyería, en un giro de observación decididamente esteticista.

Guido Mocafico
Resulta interesante en la obra de Mocafico su serie dedicada a serpientes que deposita en cajas cuadrangulares para tomas zenitales que consiguen crear la sensación de que los cuerpos de los ofidios se adaptan al formato del cuadro fotográfico. Es un claro ejemplo de los rasgos característicos de la esquematización gráfica tanto de serpientes como de arañas que resultan inquietantemente evidenciadoras de una alteridad que suscita los mecanismos más básicos de nuestra percepción influenciada por arquetipos zoológicos.

Louise Bourgeois
Sin embargo, si tuviésemos que saltarnos ejemplos de arañas de artistas célebres como Picasso o tantos otros, sería más bien por referirnos a artistas célebres por sus arañas, y entonces no se me ocurre ejemplo más evidente que el de Louise Bourgeois.

A finales de la década de los noventa, Bourgeois comenzó a utilizar la araña como imagen central de su arte. Maman, la cual mide más de nueve metros de alto, es una escultura de acero y mármol de la cual se produjeron subsecuentemente seis réplicas de bronce. 

Louise Bourgeois
Al principio hizo una aparición como parte del comisionado de Bourgeois para la serie Unilever para el Turbine Hall del Tate Modern en el 2000. Recientemente la escultura estuvo instalada en el Centro Nacional de convenciones en Doha, Qatar. Es la escultura arácnida más grande construida por Bourgeois.
La escultura hace alusión a la fuerza de su madre, con metáforas de tejidos, nutrición y protección.

La Araña es una oda a mi madre. Ella era mi mejor amiga. Como una araña, mi madre era tejedora. Mi familia estaba en el negocio de restauración de tapices, y mi madre estaba a cargo del taller. Igual que las arañas, mi madre era muy astuta. Las arañas son presencias agradables que comen mosquitos. Sabemos que los mosquitos esparcen enfermedades y por lo tanto, no son bienvenidos. Entonces, las arañas son proactivas y de mucha ayuda, justo como lo era mi madre.
Louise Bourgeois*

Louise Bourgeois
Bourgeois indaga en aspectos íntimos, personales, de la interpretación simbólica de araña, pero no ignora el peso cultural de la tradición y el simbolismo acumulado en las culturas, por lo que no ignora el poder amenazador y simultáneamente protector de la imagen envolvente de sus patas, la ambigüedad de la simetría de sus ocho patas (las seis de un insecto remarcan la direccionalidad hacia alante o hacia atrás del movimiento del animal, mientras que dividir en dos partes las ocho patas de la araña dispuestas radialmente en círculo genera desconcierto perceptivo), y también, teniendo en cuenta la importancia que otorga a la sexualidad en el resto de su producción, es muy dudoso que ignore la carga simbólica de la raña, que aúna Eros y Tánatos, erotismo y muerte, tal y como han sugerido intelectuales como George Bataille o artistas como Aubrey Beardsley

Louise Bourgeois
La asociación entre seducción y depredación cobra un gran peso en la araña, a la que se atribuye el devorar al macho durante la cópula, cosa que no es infrecuente pero que parece constituir un hecho poderosamente atractivo para ser convertido en tópico desde la perspectiva humana, viendo colmados ciertos temores y deseos entremezclados. Dicha atribución, compartida con la mantis religiosa, se hace más marcada en algunas especies concretas, como la viuda negra, que de paso aumenta su fama de toxicidad mortal, aunque ambas aseveraciones sean menos ciertas de lo presumible. 


Esto es algo que ya comentamos en su momento al respecto de la dudosa fama de la viuda negra y su poder iconográfico y simbólico asociado al personaje de los cómics Marvel cuya imagen definitiva fue desarrollada por el gran John Romita. En ambos casos recurríamos a la mención de los estudios de K. Roeder en 1935, quien comprobó que las estadísticas de depredación del macho por parte de la hembra en la mantis religiosa indican que no debería considerarse como un comportamiento generalizado, pero pese a su excepcionalidad resulta demasiado atractivo narrativamente para no mencionarlo, y de recurso mnemotécnico de entomólogos ha pasado a tópico generalizado. Algo similar ocurre con las arañas, incluída la viuda negra, quien además es muy reconocible por su coloración negra brillante y su emblemática mancha roja en forma de reloj de arena rectilíneo y sintético. La venenosidad provervial de las arañas alcanza por ello su zénit en la viuda negra y se falsea su carácter mortal que las estadísticas negarían, pero la tendencia humana a asociar Eros y Tánatos encuentra su encarnación en una criatura ejemplar:

Es clásica la disertación de Roger Caillois sobre la fascinación cultural ejercida por la imagen de la mantis en su libro "Medusa & Cía". Caillois señala la importancia del giro de cabeza del animal, ya que pocos insectos pueden seguirnos con la mirada, pero escoge a la mantis por su comportamiento sexual, clásicamente tildado de caníbal.
El canibalismo sexual de la mantis religiosa es tan infrecuente que no debería nombrarse como un rasgo distintivo de la especie, y sin embargo es difícil encontrar un texto sobre ella que no lo mencione.
Que una hembra, receptora del material fecundo del macho, tome no sólo dicho material sino todo su ser, es algo con un poder tan fascinador que su confirmación es buscada incluso donde no se produce, o se produce anecdóticamente y, además, casi siempre es presentado como ejemplar sacrificio del macho por cumplir la heróica misión de perpetuar su descendencia.
K. Roeder, en 1935, escribe un tratado que esclarece este aspecto del comportamiento de la mantis y su explicación científica para encontrar un sentido que encaje con la teoría evolucionista: ¿cómo opera la selección natural para favorecer el sacrificio del macho?.
A Roeder le preocupa la tendenciosidad de las narraciones científicas del acto sexual de estos insectos, que recurren siempre a una antropomorfización del animal para luego "bestializarlo" por su ferocidad incontenible, sirviendo más a criterios dramáticos que estrictamente científicos. Roeder señala:


"Todas las narraciones coinciden en cuanto a la ferocidad de la hembra, y a su tendencia a capturar y devorar al macho durante la copulación [...] La hembra puede atrapar y devorar al macho como lo haría con cualquier otro insecto".

Para añadir truculencia al hecho, se suele señalar que el macho empieza a ser devorado por la cabeza y que, incluso estando decapitado, vive lo suficiente para terminar la faena.
¿Cómo se explican todas estas dificultades en un sistema selectivo? ¿porqué la naturaleza no ha seleccionado machos mayores que sometan a las hembras a su antojo en vez de un diformismo sexual tan desventajoso?. El hecho de que se manifieste de este modo es más por insistencia en los textos que por verdadera generalización en la naturaleza.
K. Roeder consigue señalar que el canibalismo sexual de la mantis dista de ser una pauta normal de su comportamiento, y que lo que se ha señalado como característico no es sino una aberración lo suficientemente alegórica de la "femme fatale" como para que se siga repitiendo con errónea insistencia.
A Roeder, una vez comprobado el bajísimo indice de manifestaciones del hecho en cuestión, le queda sin embargo una pregunta que contestar: ¿porqué se siguen dando casos esporádicos de canibalismo si la selección natural debería haber favorecido la supervivencia del macho y por ende de su prole?.
Si tenemos en cuenta cuánto nos cuesta hablar de los procesos evolutivos como no universales dentro de la propia especie, y que también tendemos a olvidar que se trata de un proceso paulatino que no siempre conocemos consumado -si es que se puede hablar de consumación en términos evolutivos- lo único que nos queda es una respuesta, si existe, para el hecho concreto de la efectividad sexual de un macho decapitado. Pues bien: esa respuesta existe.
La hembra de la mantis es mayor que el macho (como en casi todos los insectos y otros artrópodos) y ataca y devora cualquier cosa móvil que no la supere en tamaño.
El macho, para aparearse, se ve obligado a no moverse mientras esté en el campo visual de la hembra. Unos centros inhibidores de los movimientos copulatorios (situados en el ganglio subesofágico, debajo de la cabeza) impiden que el macho ejecute dichos movimientos cuando no sólo no es necesario sino arriesgado, y así puede producirse el acercamiento a la hembra sin sufrir daño.
Los machos de la mantis no se dejan atrapar fácilmente y huyen o luchan cuando son asumidos por las hembras como alimento, por lo que , en caso de ser comidos o heridos, se perdería una posibilidad de descendencia tanto de machos como de hembras. Está claro el porqué de la selección de los machos hábiles para vencer el marcaje de la hembra y capaces de copular y salir ilesos. ¿Cómo es que los machos suicidas siguen teniendo descendencia?
Sencillamente porque, al perder la cabeza, una vez iniciada la cópula, pierden la inhibición de los movimientos automáticos de copulación, y son sementales más eficaces que aquellos que logran esquivar los ataques pero no se pueden entretener en otra cosa, por culpa de poseer todavía intacto su ganglio subesofágico. Un macho decapitado no se preocupa por su piel, sino sólamente por copular.
El antropocentrismo del mito sexual de la mantis no sólo se refleja en pretender hacer pasar por habitual un suceso raro en la especie, sino también en el hecho de que sea la hembra devoradora el mito, y no el macho, convertido en máquina bukowskyana de follar, en cuanto pierde la cabeza.
También la araña conocida como viuda negra, es descrita con esta característica pauta de comportamiento, aunque no sea del todo cierto, por el mismo atractivo morboso, por la curiosidad que suscita, aunque la mayoría de los machos ejecute la cópula sin problemas.
Esta tergiversación de los hechos, aunque poco científica, ha viajado fundamentalmente en los textos científicos que, para popularizarse, han de servirse de una amenidad que, más o menos extremadamente, se vuelve amarillista.
Las cualidades obliterativas de la mantis son relativamente poco destacadas en las ilustraciones de los libros; es inevitable la visión antropomorfizada del insecto que mira (cercanía al mamífero) y "manipula" (cercanía al primate). Y es que la divulgación de todo conocimiento pasa de un modo u otro por los filtros de la memoria a la que, de hecho, está destinada.

 

Pero la mantis es un insecto peculiar porque alcanza un tamaño considerable, que permite apreciar sus rasgos sin necesidad de excesiva proximidad, y estos rasgos visuales incluyen una cierta antropomorfia, un caminar erguido, giro de cabeza, ojos de mirada direccional con apariencia de incluir pupilas...mientras que las arañas, en su clásica disposición radial, no destacan su alteridad por semejanza y contraste, sino por conspicuidad de sus rasgos entomológicos, y pesa excesivamente la alerta sobre su toxicidad y su laborioidad, su carácter anticipatorio que exige planificación, astucia, sabiduría. Decíamos al respecto de la viuda negra: 

La fama terrible de la viuda negra, devoradora ocasional del macho durante la cópula, se tiñe además de su carácter venenoso de arácnido convirtiendo su toxicidad en mortal para el hombre.
Parece ser que este hecho es más accesible de contrastar estadísticamente, y resulta que, según el Instituto de Investigaciones Científicas de Arizona, de cada 3000 picaduras de viuda negra a seres humanos sólo se registra una mortal, y resulta muy difícil que el animal reaccione de forma agresiva, ya que su carácter pacífico le hace usar su veneno sólo para cazar, y no basta con intimidar, sino que hay que acorralar o capturar al animal para que intente morder a cualquier agresor que lo supere en tamaño.
Esto parece estar bastante claro para los responsables del documental sobre arácnidos producido y realizado por Stephen Ellis para KEG-Ellis Productions. En el más puro estilo canadiense, el filme expone de forma estudiadamente desapasionada la injustificada mala fama de la especie, basándose en el estudio estadístico anteriormente mencionado, y escogiendo cuidadosamente la gravedad y serenidad de la voz del narrador, para más señas Neil Diamond.
Sin embargo, a la hora de tocar el tema del apareamiento se omite el hecho de que casi nunca sea fatal ya que en todo caso siempre es un tanto problemático para el macho evitar los impulsos y órganos agresivos de la hembra.
Lo curioso es que se insiste en el hecho aún cuando se muestra al macho repetir la operación dos veces: "...esta separación pacífica es infrecuente en una especie que acostumbra a reciclar al macho". El uso del término "reciclar" es un intencionado distanciamiento de la realidad del macho, y por tanto una forma conscientemente "cruda" de mostrar la redundante crudeza de la vida salvaje, en definitiva la vida más real, dando por sentada nuestra afortunada posición como miembros de una sociedad civilizada. 

Una pose, en todo caso, que favorece la justificación de cualquier defecto del estado organizado, o de sus abusos. La fórmula, en realidad, es simple: la encarnizada competitividad de la sociedad capitalista no es más que un reflejo de lo que sucede en la naturaleza, aunque lo que se intenta es crear un recelo hacia la vida natural, que se nos presenta como como una amenaza indiscriminada, aleatoria, carente de favoritismos.
"Reciclar" al macho es una actitud deshumanizada, propia de la peor fantasía apocalíptica de Orwell o Huxley. 

La mecanización de los actos vitales y su reducción a términos de rentabilidad para la especie estaría asociado a un subliminal terror a un estado drásticamente comunista, y, por si fuera poco, machista, temblorosamente machista.
Para los que crean que estas lucubraciones van demasiado lejos, les diré que como mínimo hay un aspecto de esta imagen artificial interesado en el maniqueísmo descriptivo, y se trata de su revalorización.
La revalorización de las imágenes depende de la revalorización de su contenido. Un alto dirigente fotografiado junto a un desconocido carece de interés, a no ser que la vinculación con el desconocido tenga algo de escandaloso o cuando menos raro o llamativo.
La paradoja de documentales como el de Stephen Ellis es que se alimentan de imágenes lo más infrecuentes que sea posible, y sin embargo casi todos ellos caen en un océano de tópicos reconocibles.
Se conjura un acto terrible, llamativo, mortalmente peligroso y vitalmente necesario, que se supone frecuente, y se nos muestra uno aparentemente normal aún cuando parece ser que su inapreciable rareza reside precisamente en su aparente normalidad.

Louise Bourgeois
¿Porqué no se nos muestra un ejemplo de apareamiento "normal" con la "natural" captura e ingestión del macho? ¿Es que se filmó este fenómeno "a la primera" y casualmente? ¿O es que se han seleccionado hembras menos agresivas en el terrario que sirve de decorado de apariencia natural a la película?.
Es curioso que sin embargo se llame la atención sobre la subjetividad de nuestra conmoción al ver un anolis (un reptil) devorado por un ciempiés gigante, una muerte que "impresiona más porque somos vertebrados, como el anolis". El criterio de cercanía como móvil de simpatía, que se torna más evidente cuando el que cae bajo el poder de un artrópodo es un ratón (no sólo vertebrado sino también mamífero, "subiendo" en la escala subjetivamente ascendente que va hasta el primate humano).
Lo que nos tiene que llamar la atención es, en realidad, que un acercamiento supuestamente imparcial, científico, que nos recuerda que mamíferos y artrópodos son iguales ante la fatalidad de la naturaleza, nos describa la "parada nupcial" de la viuda negra como una "mezcla de sexo y peligro", o, incluso, "como una película de James Bond".

Lo que sí está claro es que la araña sigue poseyendo un gran vigor desde el punto de vista simbólico e iconográfico, pero la lejanía de sus rasgos por cuestiones de escala son salvados en el caso de las especies de gran tamaño o en la observación minuciosa de las láminas elaboradas por artistas naturalistas. Uno de los mayores atractivos de las primeras enciclopedis ilustradas era precisamente el poder magnificar en tamaño criaturas pequeñas para observarlas de cerca y entender con cierta precisión sus rasgos anatómicos, antaño vedados y dejados en manos de la imaginación.

Los artistas científicos colaboraron a una mayor riqueza y detalle en la producción gráfica de todos los artistas, incluídos aquellos que realizasen imágenes de arañas, por ejemplo, para darles un significado exclusivamente artístico, evocador o simbólico, en sus obras, y no exclusivamente descriptivo. Con todo y eso, al observar las imágenes seleccionadas por Javier Fuentes en el Hurgador, nos damos cuenta de que es imposible no dejarse seducir por la carga simbólica de las ilustraciones naturalistas o por la curiosidad taxonómica en los cuadros de talante más artístico.

Mafa Alborés.

Os dejo con la selección de Fuentes:

martes, 18 de febrero de 2020


Recolección / Compilation (CXLI-1) - Arañas / Spiders

Selección de pinturas e ilustraciones científicas de arañas.
He limpiado un poco los fondos en algunas ilustraciones antiguas para destacar los diseños. /
Selection of paintings and scientific illustrations of spiders.
I've cleaned up the backgrounds on some old illustrations to make the designs stand out.
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Cesare Vignato
(Italia / Italy, 1959-)
"Universo parallelo 2 / Universo paralelo 2 / Parallel Universe 2"
Óleo sobre lienzo / oil on canvas, 100 x 100 cm., 2012
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Georges Cuvier
Le Règne Animal / El reino animal / The Animal Kingdom
Arachnides, Lámina / Plate 18
"Dolomedes limbatus. Hahn, Dolomedes mirabilis. Walck, Dolomedes marginatus. Walck". BHL

Arachnides, Lámina / Plate 2
"Mygale Cancerides", Walck, macho / male. BHL
Le Règne animal distribué d'après son organisation, pour servir de base à l'histoire naturelle des animaux et d'introduction à l'anatomie comparée. Vol. 3, Les mollusques, Les annélides, Les crustacés, Les arachnides et Les insectes
El reino animal, dispuesto según su organización, sirviendo como base para la historia natural de los animales, y una introducción a la anatomía comparada. Vol. 3, Moluscos, Anélidos, Crustáceos, Arácnidos e Insectos
The animal kingdom, arranged according to its organization, serving as a foundation for the natural history of animals : and an introduction to comparative anatomy. Vol. 3, Mollusca, Annelides, Crustacea, Arachnides and Insecta.

Londres / London: G. Henderson, 1834. (1ª ed./ 1st ed., 1816). BHL, Wikipedia (English)
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La revista de bolsillo del naturalista / The Naturalist's Pocket Magazine
"Gran araña de Surinam / Great Surinam Spider" (Aranea avicularia. Linn)
La revista de bolsillo del naturalista, o completo gabinete de curiosidades y bellezas de la naturaleza
The Naturalist's Pocket Magazine or compleat cabinet of the curiosities and beauties of nature. Vol VI
Londres / London, Harrison, Cluse & Co., 1801?. BHL
En el texto que acompaña a la imagen podemos leer:
"Esta Araña, que parece ser la más grande del género, es la Aranea Avicularia de Linneus: así llamada, por el gran naturalista, de que se supone que depreda a los pequeños pájaros de Surinam, así como a los insectos. En las Planchas Iluminadas, se da una figura de esta misma Araña, allí llamada la Gran Araña de Surinam, en el acto de devorar un Colibrí de Colibrí".
Supongo que se refiere a la plancha de Merian cuyos detalles pueden verse aquí.
Maria Sybilla (Sibylla) Merian
(Fráncfort, Alemania / Frankfurt, Germany, 1647 -
Ámsterdam, Holanda / Netherlands, 1717)
Lámina / Plate 18 (detalle / detail). Tarantula: Avicularia avicularia
Lámina / Plate 18
"Arañas, hormigas y un colibrí en una rama de guayabo / Spiders, ants and hummingbird on a branch of a guava"
Grabado coloreado a mano/ hand-colored engraving
"Metamorphosis insectorum Surinamensium / Metamorfosis de los insectos del Surinam /
Metamorphosis of Insects of Surinam", 1705Göttinger Digitalizierungzentrum
In the text following the image, we can read:
"This Spider, shich appears to be the largest of the genus, is the Aranea Avicularia of Linneus: so called, by the great naturalist, from it's being supposed to prey on the small birds of Surinam, as well as on insects. In the Planches Enluminées, a figure is given of this same Spider, there called the Great Spider of Surinam, in the act of devouring a Colibri of Humming Bird."
I suppose the reference to the plate of Merian whose details you can see here.
Lámina / Plate 18 (detalle / detail)
Maria Sibylla Merian en "El Hurgador" / in this blog[Merian, Ott, Palmer]
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Jan Augustin van der Goes
(Activo / Active 1690 - 1700)
"Araña / Spider", pergamino / parchment, 4,1 x 5,1 cm.
Rijksmuseum (Ámsterdam, Holanda / Netherlands)

"Araña / Spider" (detalle / detail)
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Biologia Centrali-Americana

Arachnida, Araneida, Lámina / Plate 4. BHL

Arachnida, Araneida, Lámina / Plate 4 (detalle / detail)
4. Cyrtarachne Tuberculata, 6. Argiope Trivittata, 9. Carepalxis Tuberculifera
11. Turckheimia Nodosa. BHL

Arachnida, Araneida, Lámina / Plate 30. BHL

Arachnida, Araneida, Lámina / Plate 30 (detalle / detail)
1. Triclaria Connexa, 2. Enna Velox. BHL

Arachnida, Araneida, Lámina / Plate 11 (detalle / detail)
5. Diaea Puta, 8. Eurypelma Mesomelas, 11. Bucranium Spinigerum. BHL
Biología Centroamericana: zoología, botánica y arqueología
Biologia Centrali-Americana: zoology, botany and archaeology 
Londres, publicado para los editores por / London, Published for the editors by R. H. Porter, 1879-1915.
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Carteles de insectos / Insect Wall Charts
Araneina epeira
"Araneus" es un género de arañas que tejen telas radiales. Este género se conocía antiguamente como Epeira, y permanece como seudónimo /
Araneus^ is a genus of common orb-weaving spiders. Araneus was formerly called epeira and it remains a pseudonym.
Carteles de insectos / Insect Wall Charts
Sitio de entomología histórica en la Universidad de Wageningen /
Historic Entomology site at Wageningen UR. En BibliOdyssey
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Leah Williams
(Ontario, Canadá)
"Tarántula / Tarantula", óleo sobre lienzo / oil on canvas, 18" x 16", 2014 © Leah Williams
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Dictionnaire classique des sciences naturelles
1. Mygale fasciéo, 2. Cténize Chasseur, 3. Epéire Militaire, 4. Lycose Xyline, 5. Erése rouge

Erése rouge
Dictionnaire classique des sciences naturelles : présentant la définition, l'analyse et l'histoire de tous les êtres qui composent les trois règnes, leurs application générale aux arts, à l'agriculture, à la médicine, à l'économie domestique, etc.
Diccionario clásico de ciencias naturales, presentando la definición, el análisis y la historia de todos los seres que componen los tres reinos, sus aplicaciones generales a las artes, a la agricultura, a la medicina, a la economía doméstica, etc.
Classic dictionary of natural sciences: presenting the definition, analysis and history of all the beings that make up the three kingdoms, their general application to the arts, agriculture, medicine, home economics, etc.
Drapiez, Pierre Auguste Joseph, 1778-1856, Bory de Saint-Vincent, M. (Jean Baptiste Geneviève Marcellin), 1778-1846
Bruselas / Brussels: Meline, Cans et Ce., 1853. BHL
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Journal of a voyage to New South Wales
"Araña de articulación blanca / White-Jointed Spider"
Diario de un viaje a Nueva Gales del Sur, con sesenta y cinco láminas de animales no descritos, aves, lagartijas, serpientes, curiosos conos de árboles y otros productos naturales.
Journal of a voyage to New South Wales : with sixty-five plates of nondescript animals, birds, lizards, serpents, curious cones of trees and other natural productions.
Londres, impreso para / London, printed for J. Debrett, 1790. BHL
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Jagannath Panda
(Bhubaneshwar, Orissa, India, 1970-)
"In-Spider", acrílico sobre lienzo con tela /
acrylic on canvas with fabric, 152,4 x 182,9 cm., 2004. Sotheby's

"Generation-I", acrílico sobre lienzo / acrylic on canvas, 108 x 102,9 cm., 2004. Saffron Art

"Sin título / Untitled", acrílico y tela sobre lienzo / acrylic and fabric on canvas, 91,5 x 122 cm. Sotheby's
Jagannath Panda en "El Hurgador" / in this blog[Recolección (LXXVII)], [Rinocerontes (LXXXIV)]

martes, 25 de febrero de 2020

Animales en el arte de Utagawa Kuniyoshi y la predilección por los gatos.

Las 53 estaciones de la Tokaido, por Utagawa Kuniyoshi

Ya constituye casi un tópico para los estudiosos de la iconografía animal constatar que a día de hoy las imágenes que más proliferan en interenet son las de gatos.
Tal vez habría que comprobar el dato y cerciorarnos de hasta qué punto es cierto o no, pero el hecho de que a nadie parezca sorprenderle posiblemente sea suficientemente sintomático. Los gatos proliferan en internet en fotos, en vídeos, en memes, en dibujos y en manifestaciones gráficas de todo tipo, ya sean humorísticas, de talante animalista, tiernas, mordaces, sentimentales...
Posiblemente la explicación radique en que los cachorros de los mamíferos peludos, incluyendo a los de loa gatos, siguen constituyendo un reclamo escópico sencillo basándose en la eficacia de sus rasgos neoténicos y en la suave blandura y calidez de sus cuerpos, pero también es cierto que los gatos ganan con creces a las demás especies porque son el animal doméstico por excelencia y paradójicamente también el animal indómito por antonomasia. La conexión entre los instintos salvajes, de fácil asilvestramiento, y las preferencias acomodaticias de la vida doméstica son bien conocidas en los gatos. Constituyen un puente entre la vida doméstica y la vida salvaje, pero además los felinos, salvo escasas excepciones como los leones, no son gregarios, sino solitarios e independientes, algo que nos sugiere una especie de envidiable autosuficiencia.
Además de lo expuesto, los gatos son ataractivos plásticamente por su sinuosidad anatómica, por su agilidad que percibimos como elegante, eficaz y precisa. Por su carácter intrépido y curioso, por su versatilidad y por su estatus depredador.

No tenemos espacio ni ganas para extendernos sobre las múltiples atribuciones simbólicas del gato y su persistencia iconográfica en la cultura y en la historia del arte, pero queremos hoy destacar la preferencia por estos animales demostrada por uno de los grandes representantes del arte gráfico japonés del siglo XIX, Utagawa Kuniyoshi, comocido por sus representaciones heróicas y por la presencia casi constante de animales y criaturas fantásticas en sus composiciones.

Además de la información extraída de wikipedia y otras fuentes, queremos ofreceros una selección de imágenes correspondientes a obras del artista protagonizadas de un modo u otro por animales, pero, sobre todo, queremos hacer hincapié en la gran cantidad de apuntes y observaciones sobre gatos en su comportamiento doméstico tanto como su uso de gatos con comportamientos antropomorfizados.

En todos los casos queda patente el carácter observador y concienzudo de Kuniyoshi, su meticulosa observación anatómica para conseguir verosimilitud en las criaturas representadas, pero también es patente el esfuerzo por adaptar a la composición la armonía de líneas y colores propias de la estampa japonesa y de su búsqueda de un mundo antural ideal y armónico, más presente en una idealización espiritual que en la realidad que el arte aspira a transformar.

En el caso de su obsesiva preferencia por los gatos como modelo de observación, hemos encontrado un excelente artículo en Gatos y Respeto que reproducimos a continuación de la selección de obras del autor protagonizadas por animales reales, animales reales tratados de forma idealizada o fantástica o directamente por animales fantásticos o mitológicos. Hemos eludido aquí sus múltiples imágenes constumbristas, humorísticas, históricas y antropológicas, a excepción de aquellas que muestran animales que adquieren un cierto protagonismo temático o compositivo.

Mafa Alborés


Utagawa Kuniyoshi (歌川国芳?) (Edo, 1 de enero de 1798 – Ibidem, 14 de abril de 1861) fue uno de los últimos maestros japoneses de la técnica del ukiyo-e en la impresión xilográfica y pertenecía a la escuela Utagawa

Kuniyoshi nació en 1798, siendo hijo de un tintorero de seda y con el nombre original de Yoshisaburō. Al parecer ayudó a su padre en su negocio y se sugiere que esta experiencia influyó en sus diseños textiles y en el uso del color en sus impresiones. Se dice que a la edad de siete u ocho años Kuniyoshi quedó impresionado por la vista de impresos sobre guerreros y los artesanos y plebeyos, lo que marcó su evolución posterior.
Oniwakamaru mata a una carpa gigante.
Yoshisaburō demostró sus habilidades en el dibujo a la edad de doce años, atrayendo la atención del impresor Utagawa Toyokuni. Entró oficialmente en el estudio de Toyokuni en 1811 y se convirtió en uno de sus pupilos principales. Permaneció como aprendiz hasta 1814, cuando cambia su nombre por el nombre de Kuniyoshi y pasa a ser artista independiente. Durante ese año realizó su primera obra, las ilustraciones para kusazoshi gōkan Gobuji Chūshingura, una parodia de la historia original de Chūshingura. En 1815, Kuniyoshi creó ilustraciones para libros para yomihon, kokkeibon, gokan y hanashibon, e imprimió de forma independiente sus dibujos sobre actores y guerreros.
A pesar de su comienzo prometedor, Kuniyoshi fue incapaz de crear muchas obras entre 1818 y 1827, debido probablemente a la falta de encargos de los editores y la competencia dentro de la escuela Utagawa. Sin embargo, durante ese periodo, realizó impresiones de mujeres bijinga y experimentó con patrones textiles y efectos de luz y sombra del arte occidental, aunque sus intentos mostraban más imitación que compresión real de esos principios.
Su situación económica se volvió insostenible y tuvo que empezar a vender tatamis usados. Durante los años 1820, Kuniyoshi realizó trípticos heroicos donde se mostraban las primeras señales de un estilo propio. En 1827, recibió su primer encargo importante para la serie Tūszoku Suikoden gōketsu hyakuhachinin no hitori, que estaba basada en un cuento popular chino, el Shuihu zhuan. En esta serie, Kuniyoshi dibujó héroes en solitario en hojas individuales, ilustrando los tatuajes de sus personajes, una novedad que influenciaría la moda de Edo. La serie Suikoden llegó a ser muy popular en Edo y se incrementó la demanda de impresiones de guerreros de Kuniyoshi, consiguiendo entrar en círculos literarios y de ukiyo-e.


Kuniyoshi continuó con sus impresiones de guerreros, dibujando sus personajes en cuentos de guerra como Heikei monogatari y Genpei seisuki. Sus dibujos eran únicos donde añadía, además de la figura del héroe, sueños, apariciones de fantasmas, presagios y habilidades sobrehumanas. Este tema está incluido en sus trabajos Taira Tomomori borei no zu y el tríptico Gōjō no bashi no zu de 1839.
Durante las reformas Tempō de 1841 a 1843, se prohibieron oficialmente la ilustraciones de cortesanas y actores en el ukiyo-e y ello pudo haber influido en la producción de caricaturas (giga-e) de Kuniyoshi, que se utilizaban para disfrazar a actores y cortesanas reales. También servían como críticas simbólicas y humorísticas al Shogunato y se convirtieron en populares entre el público insatisfecho por la política. 


Durante la década que siguió a las reformas, Kuniyoshi creó impresiones de paisajes (fūkeiga), que estaban fuera de la censura y satisfacían el aumento de popularidad en el viaje personal. Entre sus obras destacan Sankai meisan zukushi, que incorporaba el uso de sombra y perspectiva occidentales y Tôto meisho que influenciaron al Fujaku sanjurokkei de Hokusai. También durante esa época, creó obras sobre la naturaleza, como animales, aves y peces, en que mimetizaba la tradición japonesa y la pintura china.
A finales de los años 1840, Kuniyoshi comenzó de nuevo la ilustración de actores, evitando la censura a través de retratos infantiles o caricaturas de actores de kabuki famosos, como el Nitakaragura kabe no mudagaki. En 1856, Kuniyoshi sufrió una parálisis que le impedía mover sus miembros con facilidad. Sus trabajos a partir de ese momento eran más débiles en el uso de la línea y menos vitales. Antes de su muerte en 1861, Kuniyoshi pudo presenciar la apertura del puerto de Yokohama a los extranjeros y en 1860 realizó dos obras representando occidentales en la ciudad. Kuniyoshi murió en marzo de 1861 en su casa de Genyadana.

Kuniyoshi fue maestro y tuvo numerosos pupilos que continuaron su rama de la escuela Utagawa. Entre los pupilos más notables se encontraban a Yoshitoshi, Yoshitora, Yoshiiku, Yoshikazu y Yoshifuji. Sus estudiantes comenzaban un aprendizaje en los que trabajaban en el estilo musha-e, similar al de su maestro. Cuando se convertían en artistas independientes desarrollaban sus estilos propios. Su estudiante más importante fue Yoshitoshi, considerado como el último maestro de la impresión xilográfica.  




Gato casero

















Los muchos gatos de Utagawa Kuniyoshi

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Tres gatos de fiesta
Utagawa Kuniyoshi, nacido el 1 de enero de 1797, fue uno de los últimos grandes maestros de impresión mediante planchas xilográficas y pintura en el estilo ukiyo-e, además de miembro de la Escuela Utagawa, encabezada por Utagawa Toyokuni, donde ingresó en 1811. Al cabo de tres años de aprendizaje, su maestro le dio el nombre de Kuniyoshi y empezó a trabajar como artista independiente. A pesar de sus brillantes comienzos, no realizó muchos grabados entre los años 1814 y 1825, quizá por no ser conocido y por la gran competencia. En 1828 recibió su primer encargo de importancia, una serie sobre las vidas de los héroes del Suikoden que le hizo muy popular en Edo (Tokio en la época), abriéndole la puerta de los círculos literarios y de ukiyo-e más importantes.
Diversión, la primera nevada


La época correspondía al final del famoso periodo edo (1603-1868), durante el que el shogunato Tokugawa consiguió unificar Japón, dando pie a un largo y próspero periodo de paz con un gran desarrollo social y cultural. La nueva burguesía, formada sobre todo por mercaderes, estaba deseosa de gastar dinero en las artes. Una de las formas más populares fue los ukiyo-e, impresiones a partir de planchas de madera o xilográficas en las que se representaba a héroes legendarios, paisajes, escenas de la vida cotidiana y estrellas del teatro kabuki.
Dos gatos como luchadores de sumo


A principios de la década de 1840, convencido el shogunato de que estaba perdiendo el control del ejército, la economía, las finanzas y la religión, impuso las reformas Tenpo, destinadas a calmar el desasosiego social. Además de encarcelar a importantes políticos y escritores, se empezó a ejercer una férrea censura sobre la literatura y representaciones artísticas en general. Entre otras cosas, se prohibió realizar dibujos de los actores de teatro kabuki, cortesanas y geishas porque incitaban al pueblo a lujos demasiado costosos.


Para superar la censura, a Utagawa Kuniyoshi se le ocurrió representar a los actores más famosos con rasgos de gatos, añadiendo pequeños detalles que permitieran identificarles. Sus impresiones se hicieron muy populares y los amantes del teatro kabuki disfrutaban buscando las pistas que les permitieran reconocer a los actores que aparecían en cada dibujo.
Siete de Las Cien Fisionomías


Se cree que los dos años en que la censura fue más estricta empujaron no solo a Utagawa Kuniyoshi, sino a muchos artistas japoneses, a hacer uso de la imaginación, llegando a crear una nueva tendencia dentro del ukiyo-e.



Gatos músicos
Sin embargo, el artista había empezado a dibujar gatos mucho antes de las reformas Tenpo y se sabe que, cuando alcanzó la talla de maestro y abrió un estudio, además de alumnos también había muchos gatos. 

Se cree que los primeros gatos domésticos llegaron a Japón a mediados del siglo VI al mismo tiempo que los textos budistas, para protegerlos contra los ratones. 

La primera mención del gato doméstico aparece en el diario del emperador Uda (867-921), donde habla de un gato negro que llegó de China en 884. 

El primer nombre conocido de una gata en Japón es Myobu no Otodo, que significa Primera Dama del Palacio Interior. La aristocrática felina pertenecía al emperador Ichijo (980-1011), tenía un rango en la corte y llevaba un collar rojo. El dibujo más antiguo de un gato en Japón se debe a Toba no Sojo (1053-1140) y forma parte de un pergamino narrativo. A partir de esa época parece que el gato empezó a ser habitual en los hogares japoneses.
Chojugiga, de Toba no Sojo (s. XII)



Gatos y cerezo en flor
Utagawa Kuniyoshi hizo cientos de dibujos de gatos y los presentó de todas las formas posibles. Creó la serie “Neko no ateji” con gatos adoptando formas para reproducir nombres de peces mediante el carácter kana, así como una serie en que los gatos ilustran proverbios. En otras ocasiones pintó gatos antropomorfos vestidos con suntuosos trajes y comportándose como seres humanos.



Gato ladrón
Uno de nuestros grabados favoritos es el del gato ladrón. Cuentan que a menudo se pasaba el día trabajando con un gato metido en su kimono y que alentaba a sus alumnos a pintar gatos.




Uno de sus dibujos más famosos es un tríptico titulado “Gatos sugeridos como las 53 estaciones de la Tokaido”, donde cada gato representa una etapa de la carretera que une Tokio con Kioto. Diez años antes, entre 1833 y 1834, el famoso artista Hirogishe realizó una serie de 53 impresiones titulada “Las cincuenta y tres estaciones de la Tokaido”, que tuvo un enorme éxito. Utagawa Kuniyoshi decidió sustituir los paisajes por gatos a modo de broma.
Las 53 estaciones de la Tokaido


Gatos formando el carácter “pez gato”
Por ejemplo, la estación 41 se llama Miya, cuya pronunciación recuerda a la palabra “padres” en japonés. El artista describió la estación con una gata y dos gatitos (arriba a la izquierda en la reproducción). Por cierto, todos los gatos del tríptico son rabicortos, una peculiaridad de los gatos japoneses. También incluyó a un bakeneko o gato cambiante (a la derecha, a media altura, con la cabeza tapada con un pañuelo), https://gatosyrespeto.org/2016/02/04/los-gatos-cambiantes-o-bakeneko-de-japon/



Niño con gato
Proverbios 


 
Tuvo muchos alumnos notables durante sus años de maestro. Todos empezaban como aprendices y seguían el estilo del profesor. Luego, cuando ya eran independientes, desarrollaban estilos propios, como ocurrió con Yoshitoshi, considerado el último maestro del arte de la plancha xilográfica en Japón.



Utagawa Kuniyoshi, un gran artista con mucho sentido del humor, falleció en abril de 1861 a los 65 años.

Utagawa Kuniyoshi.

https://es.wikipedia.org/wiki/Utagawa_Kuniyoshi


https://gatosyrespeto.org/2017/08/10/los-muchos-gatos-de-utagawa-kuniyoshi/

https://gatosyrespeto.org/2016/02/04/los-gatos-cambiantes-o-bakeneko-de-japon/





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