"Iceberg", la orca blanca. |
En días recientes se ha publicado en distintos medios la noticia referente al avistamiento en aguas rusas de una orca blanca, recalcando el hecho de que se trata de un macho adulto de gran tamaño. El cetáceo ya ha sido bautizado: "Iceberg", nombre bastante adecuado para una gran masa blanca que surge de la gélidas aguas.
Hace un tiempo una noticia similar daba cuenta de la presencia de una ballena (creo recordar que una yubarta) de gran tamaño, también blanca, que había sido detectada y fotografiada en otras latitudes.
Cualquiera con un mínimo de de back-ground literario percibirá ecos de Moby Dick en ambos acontecimientos. La diferencia sustancial de ambos acontecimientos es que "Iceberg" es una orca, una "ballena asesina", carnívora, con poderosos dientes, lo que le confiere un carácter más sugestivo y cercano al mito pendenciero de la creación de Herman Melville que, aunque también era un cetáceo odontoceto, se trataba de un cachalote, un animal mucho mayor y por tanto más digno de encarnar al mítico leviatán.
De hecho, la razón principal de la prosperidad de la pesca y la economía ballenera a la que se refiere la historia de Moby Dick, era la creciente demanda de aceite de ballena para engrasar la maquinaria de una naciente y creciente era industrial, y el cachalote ("sperm whale", en inglés) era la especie más rentable en este aspecto, dado que su característicamente voluminosa cabeza contiene un enorme depósito graso de una calidad muy apreciada por la industria. Esta sustancia cerosa, el espermaceti, le sirve al cachalote como órgano de flotación-inmersión, puesto que el animal puede variar su densidad y, por lo tanto su volumen, de modo que en un estado comprimido actúa como un lastre que le envía a las profundidades, a la caza de suculentos calamares gigantes del género architeutis, o como flotador que lo devuelve a la superficie a respirar.
El siglo XIX fué testigo de la creciente demanda de grasa de ballena como combustible y lubricante industrial, y los balleneros de todo el mundo, incluídos los famosos cuáqueros de Nantuket y otras poblaciones de la costa Este norteamericana, convirtieron al cachalote en su principal presa, aunque también la más temida, puesto que todas la grandes especies de ballenas, comedoras de krill o de pequeños peces, poseen bocas pobladas de barbas filtrantes en vez de temibles dientes carniceros, pero el cachalote tiene una mandíbula inferior prominente y armada de poderosos dientes. Un animal acostumbrado a lidiar con grandes presas y poderosos enemigos (orcas, tiburones, machos rivales) puede mostrar conductas mucho más violentas para defenderse que sus parientes recolectores de krill, de una actitud semejante a la de los pacíficos tiburones ballena o los tiburones peregrinos que eran perseguidos en el mar de Arán para la extracción del preciado aceite de sus hígados, tal y como podemos apreciar en el épico y pionero relato cinematográfico de Robert J. Flaherty.
De hecho, el relato de Herman Melville se inspira en hechos reales, dramatizados convenientemente, pero en realidad mucho más espeluznantes en sus consecuencias que la tragedia griega protagonizada por el capitán Achab. El propio Melville se embarcó en su juventud en un ballenero en busca de fortuna y experiencias aventureras llevando consigo ejemplares de los relatos del capitán y el segundo oficial del ballenero Essex que inspiraron su obra capital, tal y como nos explica magistralmente Nathaniel Philbrick.
Melville mitifica el carácter de Moby Dick con un demoníaco (o divino, según se mire) carácter astuto y vengativo al que han recurrido muchos otros monstruos de ficción desde entonces. No obstante, el monstruo que encarna al mal y a la naturaleza vengativa simultáneamente, debe ser reconocible, digno de ser mostrado (significado literal de "monstruo") y como cachalote ha de ser peculiar y diferente, así que, como tantos otros animales que han suscitado interpretaciones místicas, es BLANCO.
Llegados a este punto deberíamos matizar tres aspectos fundamentales de la cuestión:
1-La ballena blanca es peculiar por ser blanca como excepción, tal y como ocurre con todos los animales albinos, es decir, que excepcionalmente nacen sin pigmentación, diferenciándose de los de su propia especie. Es el caso antagónico del melanismo, al que hacíamos referencia al hablar de la iconografía del leopardo.
2-Los animales blancos (no albinos) no excepcionales, poseen igualmente un cierto aura de espiritualidad asociado a la luminosidad de su imagen. El caso intermedio lo constituirían aquellas especies animales que pueden presentar diferentes coloraciones (como el caballo) otorgando un especial aprecio a los ejemplares blancos, pero una beluga es estrictamente una ballena blanca, que fascina por su espiritual blancura (acentuada por ciertos rasgos humanizantes que ya comentaremos) aunque todas las belugas son blancas sin necesidad de padecer albinismo o falta de pigmentación genética.
3-Los animales armados con dientes, garras o cuernos, potencial y evidentemente agresivos, son admirados con fascinación, y el arma más poderosa es la masa, el tamaño. Un gran animal blanco armado, sea un búfalo, un león, un toro, tiene grandes opciones para adquirir un lugar preferente en la mitología zoológica, pero el medio acuático, origen biológico y simultáneamente espacio vetado a la supervivencia humana, otorga a cualquier gran criatura dentada acuática el título de quintaesencia de la monstruosidad temible. El cachalote blanco, Moby Dick, reúne todos los requisitos...o casi todos. Ya hemos hablado en otras entradas acerca de la problemática icónica que supone la estrechez de la boca del cachalote (son innumerables los ejemplos de ilustraciones en que la ballena adquiere aspecto de cachalote pero con boca ancha y dientes en ambos maxilares) y está claro que la Orca no es llamada ballena asesina porque sí, sino por su capacidad para abarcar un ser humano con su boca dentada, como un gran tiburón. Incluso anuncia su presencia en la superficie del agua con el superestímulo de su gran aleta dorsal de hasta dos metros de la que carecen los cachalotes y otras grandes ballenas.
El modelo que presentamos en estas imágenes señala la tendencia a imaginar la mandíbula inferior del cachalote tan ancha como su cabeza. La vista lateral podría sugerir dicha posibilidad, y de hecho suele forzarse esta preferencia por la boca ancha incluso en ilustraciones de carácter científico, que imitan inconscientemente al diseño del "Monstruo" de la película "Pinocho" de Walt Disney, un cachalote con boca de orca, ancha y con dientes en ambos maxilares. Los cachalotes reales poseen dientes sólo en la mandíbula inferior y ésta es además mucho más estrecha que el ancho total de su cabeza. Otro error gráfico frecuente, como vemos en la ilustración siguiente, consiste en reubicar sus ojos mucho más arriba de su posición natural, más baja y retrasada, prácticamente tras la comisura de la boca.
Si observan la ilustración anterior y la siguiente, ambas documentan el mismo hecho histórico: un cachalote varado en la costa holandesa en el siglo XVII. Es obvio que los dibujantes que tomaron apuntes directamente pudieron observar detalles anatómicos correctamente reproducidos (observamos una cierta insistencia en mostrar el pene del animal fuera de su habitáculo natural), pero en el grabado de Goltzius bajo estas líneas, la perspectiva de la boca busca intencionadamente dar una apariencia más ancha, como si se estrechara debido a una perspectiva oblicua. Los ojos también se desplazan respecto a su posición natural.
Es obvio que el cachalote representa la ensoñación de un gigante submarino, y así lo hacen constar múltiples representaciones del animal en libros de divulgación natrualista del siglo XIX. Por cierto: hasta que no se visualizaron públicamente los primeros acuarios transparentes, las ilustraciones de animales acuáticos y peces no mostraban a los animales vistos de perfil (como en un acuario) con la línea de la superficie del agua sobre ellos, sino vistos desde arriba, como los veríamos en un estanque. En esta ilustración se juega con ambos conceptos, y podemos intuir la figura del animal bajo las profundidades además de ver el aspecto que ofrece su lomo y su surtidor característico (el espiráculo del cachalote está descentrado y el "chorro" de condensación sale en un característico ángulo hacia adelante) como si lo viéramos desde la costa o desde un barco.
Moby Dick era un cachalote blanco porque había de espiritualizarse. Su condición de fantasma lo demoniza, su condición de espíritu lo redime condenando a Achab. Blanca como la espuma que esconde todos los peligros del mar.
Las ilustraciones de los libros naturalistas debían mucho a la navegación, y la aventura siempre acompañó de un modo u otro a los relatos naturalistas de expediciones auspiciadas con afán expansionista. John Houston se sumergía con deleite en estas aguas para llevar su historia a las pantallas.
Pensaba ilustrar estas líneas con algún fotograma de la película, pero la red me ha obsequiado con algo mejor:
¡¡ Silencio, se rueda !!. Foto histórica: Moby
Dick “atracado” en el Puerto de la Luz.
Lo cierto es que una enorme ballena blanca venía al mundo en los varaderos de Blandy Brothers, junto al Mercado del Puerto. Un espectacular animal que se convertiría en el primer canario en saltar al estrellato hollywoodiense.
A las órdenes del afamado director John Huston, y compartiendo cartel con Gregory Peck - con un caché por las nubes acabadito de estrenar "Vacaciones en Roma" con Audrey Hepburn-, nuestro cetáceo Moby Dick a poco estuvo de llevarse el Oscar a la mejor producción en cartonpiedra y madera. Varias semanas de rodaje en nuestra Playa de Las Canteras que llenó de novelería el entorno playero y la ciudad.
Otros actores canarios en esta superproducción: las gaviotas de El Confital...
... ¡¡SILENCIO, SE RUEDA!!
Víctor Valdivielso Sánchez.
** Foto de Dimas Valdivielso Torrent , Moby Dick en el Puerto de La Luz, 1954
Sigamos con los cetáceos blancos.
Delfín albino |
Este canguro no es blanco, sino albino, carente de pigmentación, como delata su morro rosado y el interior de sus orejas. Es llamativo porque los canguros no son blancos y su falta de pigmentación lo convierte en una presencia chocante y poco probable en los parajes tórridos que suelen habitar estos marsupiales, y además nos hace pensar en un gran ratón blanco.
Los animales que acostumbran a mostrar coloraciones variables, entre ellas blanco o negro, son los que, sin crear sorpresa, generan atractivo o rechazo según preferencias subjetivas o culturales. Los gatos, los perros, los caballos, fauna doméstica, pueden presentar diferentes colores, pero el negro intenso y el blanco extremo los hacen pasar de lo imponente a lo intimidatorio. En cuanto al contexto cultural o social, conocemos aversiones tan tópicas como las que afectan a los gatos negros, pero cabría matizar qué interpretar en diversos contextos por perro blanco, como muy bien especificó de manera fílmica Sam Fuller.
Este lobo es blanco, dentro de las múltiples posibilidades cromáticas del pelaje de estos animales, pero no padece albinismo, como demuestra la pigmentación oscura de sus párpados y su morro. A los ejemplares blancos, frecuentes en climas fríos por el oportuno mimetismo que el color ofrece en un paisaje nevado, se les otorga culturalmente una cierta espiritualidad asociada a la luz representada por el color blanco, asociado frecuentemente al alma y al espíritu.
Los alces no son blancos, aunque esta norma general puede mostrar excepciones como las que mostramos en las fotos que acompañan a este texto, lo cual los convierte en ejemplares dotados con una cualidad excepcional en su especie.
Alce albino |
Alce albino |
Bisonte blanco |
The White Buffalo |
|
AÑO | 1977 |
---|---|
DURACIÓN | 97 min. |
PAÍS | |
DIRECTOR | J. Lee Thompson |
GUIÓN | Richard Sale (Novela: Richard Sale) |
MÚSICA | John Barry |
FOTOGRAFÍA | Paul Lohmann |
REPARTO | Charles Bronson, Jack Warden, Kim Novak, Will Sampson, Clint Walker, Stuart Whitman, Slim Pickens, Ed Lauter, John Carradine |
PRODUCTORA | Dino De Laurentiis Company |
GÉNERO | Western |
SINOPSIS | 1874. Un gigantesco búfalo blanco siembra el terror, la muerte y la destrucción en Dakota. Tres hombres intentan darle caza, pero sus motivos son muy distintos. Wild Bill Hickok, un famoso pistolero que ha vuelto al Oeste, lo hace para poner fin a sus pesadillas. Crazy Horse, un jefe sioux, porque el alma de su hija, víctima de la fiera, sólo hallará la paz cuando su cadáver sea cubierto con la piel del búfalo. Zane, por su parte, sólo busca el beneficio económico que le reportaría la venta de la piel de animal. (FILMAFFINITY) |
Nueva especie descubierta: Grizzly-Polar
¿Cómo sería posible si el hábitat de estas especies es completamente opuesto? Resulta que el calentamiento global
que sufrimos desde hace años ha provocado un deshielo de los polos. De
esta manera ha puesto en contacto a especies que normalmente no
deberían compartir el mismo entorno.
En abril de 2006, un cazador abatía de un disparo a lo que él pensaba que era un oso polar en la isla de Banks, al norte del Círculo Polar Ártico canadiense. Sin embargo, su aspecto no era el que esperaban ni el cazador ni su guía inuit.
La piel alrededor de sus ojos era más oscura y sus garras eran mucho más grandes de lo normal. Pero la prueba definitiva la aportó un análisis de ADN que determinó que se trataba de la descendencia de un macho de grizzly y una hembra de oso polar.
Hace pocos meses otro híbrido era abatido al oeste del Ártico canadiense, pero esta vez se trataba de un ejemplar de segunda generación. Los híbridos entre grizzly y oso polar pueden tener descendencia fértil. Un estudio publicado en la revista Nature por especialistas en fauna del Ártico desvela que la hibridación no es un fenómeno exclusivo de los osos.
En abril de 2006, un cazador abatía de un disparo a lo que él pensaba que era un oso polar en la isla de Banks, al norte del Círculo Polar Ártico canadiense. Sin embargo, su aspecto no era el que esperaban ni el cazador ni su guía inuit.
La piel alrededor de sus ojos era más oscura y sus garras eran mucho más grandes de lo normal. Pero la prueba definitiva la aportó un análisis de ADN que determinó que se trataba de la descendencia de un macho de grizzly y una hembra de oso polar.
Hace pocos meses otro híbrido era abatido al oeste del Ártico canadiense, pero esta vez se trataba de un ejemplar de segunda generación. Los híbridos entre grizzly y oso polar pueden tener descendencia fértil. Un estudio publicado en la revista Nature por especialistas en fauna del Ártico desvela que la hibridación no es un fenómeno exclusivo de los osos.
Lo que nosotros llamamos rebeco o gamuza en Europa, tiene una versión blanca en las montañas rocosas conocida como cabra blanca americana o cabra salvaje de las rocosas, un caso de coloración especializada, y no de albinismo. Es llamativa como especie por su blancura, pero la blancura de sus ejemplares no es por tanto excepcional.
Los biólogos, genetistas y criadores, no obstante, nos podrían explicar la diferencia selectiva que provoca que una determinada pigmentación desaparezca (como en un lobo blanco, un caballo blanco, un tigre blanco -que conserva sus rayas negras- etc.) o que cualquier posible pigmentación melánica sea inexistente (auténtico albinismo, síndrome genético que desprotege de pigmentación alguna al animal, viéndose su salud afectada por efectos de la radiación solar, por ejemplo -los especialistas dudan que "Copito de nieve", el famoso gorila blanco que habitó el zoo de Barcelona, hubiera sido capaz de sobrevivir en la vida salvaje-).
Así pues, aunque se parezcan en su blancura, un tigre blanco y un tigre albino no son lo mismo. Muchas personas interesadas por la fauna piensan que los tigres blancos son únicamente fruto de la cría selectiva en cautividad y que no pueden prosperar en la vida salvaje, pero lo cierto es que existen poblaciones de tigres blancos en la naturaleza, no albinos, que conservan sus rayas negras pese a no poseer el fondo característicamente anaranjado de su piel.
Tigre albino |
Ibis o leopardo de las nieves |
Así pues, un tigre blanco es una posibilidad más en la coloración del tigre, pero su rareza, su excepcionalidad, hace que lo contemplemos con especial preferencia, y a esto habría que añadir que la ausencia de amarillo anaranjado en su piel le hace entrar en una categoría que comentaremos más tarde: los animales en blanco y negro, fascinantes precisamente por ser susceptibles de ser reproducidos fielmente a una sola tinta (sea negro sobre blanco o blanco sobre negro)
Pavo real blanco |
Caimán albino |
En la mayoría de los animales, la coloración del iris del ojo es casi inexistente, así que si no se presenta azul, como en la mayor parte de mamíferos, trasluce el torrente sanguíneo del ojo y vemos una pupila llamativamente roja. Tal es el caso de las ratas blancas de laboratorio o el que muestra la cría de erizo de la imagen adjunta, un caso de albinismo evidente precisamente por mostrar este signo.
Erizo albino |
Búho blanco |
Nutria marina albina |
"León blanco" (subespecie sudafricana) |
León albino |
La vistosidad de la mayoría de las aves, voladoras o no, es normalmente exclusiva de los machos. Las especies de llamativos plumajes a menudo reservan para las hembras una coloración mucho más discreta con fines miméticos (tanto para mamá como para sus pollos e incluso sus huevos), y los faisanes, los pavos reales y los avestruces dan buena cuenta de ello.
Avestruz blanca |
Orca albina |
Armiño con coloración invernal |
Armiño con coloración estival |
Armiño con pelaje estival |
Mapache albino |
"Copito de nieve", gorila de costa albino. |
Cebra, posiblemente el animal blanquinegro por excelencia. |
De entrada deberíamos decir que un gran número de especies zoológicas no percibe los colores y precisan del reconocimiento de formas y contornos por contraste, así que una pauta en blanco y negro actúa como patrón disruptivo, es decir: resulta muy difícil descubrirlos especialmente entre el follaje o bajo las sombras que este proyecta en el suelo.
Cría de tapir malayo |
Tapir malayo |
Tigre blanco |
Entre los tigres normales y los blancos sólo hay un gen de diferencia
Por José de Toledo – mié, 12 jun 2013
Grupo de tigres blancos en el zoo de Singapur. Por Eustaquio Santimano, via Wikimedia …En
la mayoría de zoológicos del mundo podemos encontrar ejemplares de
tigres blancos, miembros de esta especie de felinos que carecen de las
características rayas naranjas. No se pueden considerar albinos, ya que
mantienen el patrón de color negro. Y lo más curioso, no se los encuentra fuera de los zoológicos. Entonces, ¿qué son estos animales, individuos con algún síndrome o una variedad?
Recientemente se ha publicado un artículo
donde se explican todos estos factores. Y resulta que es mucho más
simple de lo que se pensaba. Los tigres blancos son exáctamente iguales
que el resto de sus congéneres, salvo por tener un gen inactivo.Este gen, denominado SLC45A2, es el responsable de producir los pigmentos para el rojo y el amarillo. Sobre el negro no tiene apenas efecto. De esta manera un sólo gen cambia de manera tan llamativa el color de un animal. El gen en cuestión no sólo está presente en tigres. Ni siquiera en felinos. Es la misma región del ADN que produce coloraciones más claras en caballos, gallinas o incluso en humanos.
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El hecho de que se trate de una característica genética no explica por qué no se encuentra esta variedad en la naturaleza. Y tampoco hay razones ecológicas. Las principales presas de las que se alimentan estos felinos, que son distintas especies de ciervos, no tienen capacidad para percibir el color. Así que ser blancos no supone una desventaja a la hora de cazar.
Y tampoco para ser cazados. Existen pocas especies de depredadores que ataquen a los tigres, que cumplen un papel ecológico de depredadores terminales, en la parte superior de las redes tróficas.
La única excepción en este caso es el hombre. Desde hace mucho tiempo, los seres humanos se han dedicado a cazar tigres. Por una parte para evitar su competencia, en gran medida también por deporte, y en las últimas décadas para llevarlos a zoológicos y circos. Y ahí está el factor negativo para los individuos de esta variedad.
Los tigres blancos resultan más fáciles de detectar, ya que su color destaca más. Pero ese no es el principal factor. En tiempos antiguos se pensaba que, al ser ejemplares tan raros, tenían poderes mágicos. Cazar a uno de estos animales era augurio de buenos tiempos.
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Ya en épocas más modernas, la caza selectiva de los tigres blancos se llevó a cabo por una visión comercial. Destacan mucho más en zoológicos y atraen más público a los circos. Y por ello han sido cazados con mayor intensidad.
La propuesta que hacen los investigadores es muy sencilla. Una manera de mantener la viabilidad de los tigres como especie, de mejorar sus posibilidades de supervivencia, es criar no sólo a los individuos “normales”, también a las variedades más comunes que aportan diversidad genética. Es decir, liberar en la naturaleza también a tigres blancos.
Animales blanquinegros: orca |
Urraca |
Tejones |
lemur vari |
Lemur cata, maki o mokoko |
Piel de perro dálmata |
Raza canina dálmata |
Búho nival |
El pingüíno de Humboldt es una de las especies auténticamente blanquinegras de estas aves |
Tigre blanco |
Otras especies de pingüínos no son estrictamente en blanco y negro, pues presentan picos rojos, como en este caso, u otras pautas o manchas de color. |
Tamandúa u oso hormiguero arborícola. Pasa por ser un animal blanco con chaleco negro, aunque en realidad presenta tonalidades doradas o amarillentas. |
Oso panda gigante, el animal blanquinegro por excelencia |
Oso panda gigante con su cría. |
Por último podemos mencionar aquellas especies que nominalmente tienen denominaciones diferenciadas en blanco, en negro o en ambos. Ya hemos comentado la redundancia del leopardo negro como pantera negra (al igual que en jaguares y pumas) y simplemente designa los casos de melanismo. En el caso del rinoceronte también hemos dedicado entradas específicas a esta y otras cuestiones referentes a su iconografía, pero no está de más recordar que el rinoceronte negro y el rinoceronte blanco sí que son dos especies diferenciadas, pero, en realidad, no por su color, sino por un equívoco lingüístico auspiciado por representaciones y reproducciones un tanto maniqueas: ambas especies africanas poseen hábitats y hábitos alimenticios diferentes. El blanco busca llanuras y pastos, y arranca los brotes vegetales del suelo con su furte labio superior, recto y ancho. mientras el negro prefiere las frondas y los matorrales, de los que consume grandes cantidades de brotes y hojas con un labio superior característicamente picudo y prensil. Aparte de esta diferencia anatómica decisiva para una rápida diferenciación visual de ambas especies, podemos mencionar que el rinoceronte blanco presenta unas proporciones de tòrax más ancho en relación a la grupa y cuartos traseros. Ambos animales son igualmente grises. ¿Porqué se diferencian como Blanco o Negro? Muchos ilustradores han oscurecido o aclarado intencionadamente sus trabajos para facilitar su contraste en láminas conjuntas, e incluso hemos visto muchas fotografías en las que parecía constatarse que como mínimo el rinoceronte blanco es de un gris ceniza muy claro mientras el rino negro se ve gris muy oscuro. Esto se debe a que ambos, aunque de dura y gruesa piel, son de cutis delicado y padecen de parásitos tanto como del sol extremo, y se han de proteger con polvo, con agua, o, mejor aún, con barro, la mezcla de ambos. En su biotopo natural el rinoceronte blanco encuentra más baños de polvo que de barro o agua, así que su primo suele salir más oscuro en las fotos al habitar frondas más sombrías y húmedas, aunque no siempre se dé estrictamente así. La voluntad de los artistas gráficos hace el resto.
Vemos pues, cómo los artistas gráficos, incluso los fotógrafos, son responsables de la perpetuación de rasgos a menudo inexistentes, pero en su defensa diremos que sólo han intentado ser cómplices de las aseveraciones científicas, y lo primero para los seres humanos suele pasar por la identificación verbal, la especificación nominal de las cosas.
Ava Gardner ofrece algo de merienda a un rinoceronte negro. |
Nuestra percepción, y, subsidiariamente, nuestra cultura y nuestro lenguaje, nos comunica un mundo de cosas diferenciadas por contraste. Contraste de tamaño, de contornos, de oscuridades y claridades:
Reyes y plebeyos, ricos y pobres, blancos y negros, bellas y bestias. Bellas blancas y bestias negras.
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