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domingo, 9 de agosto de 2020

Charlie Charmer desde Koprolitos observa la iconografía del dinosaurio en la cultura popular bajo la influencia del Crystal Palace. Benjamin Waterhouse Hawkins como precursor de las volumetrías antrozoológicas.


Enlazamos la fotografía de Lewis Carroll con un tema más directamente relacionado con la antrozoología artística que mejor nos define, y lo hacemos sin abandonar el contexto social e histórico del propio Carroll. 

Nos mantenemos en la era victoriana y reincidimos en recordar el estado de sorpresa constante por las maravillas que suponían los descubrimientos científicos, geográficos y tecnológicos. El final del siglo XIX está marcado por la llegada de la fotografía, del ferrocarril, de la maquinaria de vapor que aceleraría el tiempo en la revolución industrial, pero también contemplaría los cambios de paradigma en la historia natural gracias a la generosa aportación de Alfred Russell Wallace y los escritos de Charles Darwin. También, la Inglaterra finisecular será testigo de la llegada oficial de los dinosaurios a la cultura popular, del descubrimiento y manifestaciones públicas acerca del iguanodón y de la asimilación de sus primeras representaciones tridimensionales en los jardines alrededor del Cystal Palace.

Ya hemos dado cuenta de ello en entradas precedentes, pero hoy podemos añadir una valiosa aportación comentarista y recopilatoria de Charlie Charmer para Koprolitos, acerca precisamente de estas instalaciones paleoantrozoológicas pioneras en el Crystal Palace que anunciaban el advenimiento de los parques temáticos de nuestro presente. Recordemos un extracto de nuestras anteriores publicaciones antes de ofreceros los contenidos que nos facilita Charmer.


Ya en nuestros propios escritos preliminares a la existencia de El Animal Invisible como blog de divulgación de Antrozoología Artística, elaborados en un contexto académico serio, por así decirlo, remarcábamos el hecho de que si existe un caso claro en el que la asimilación de la imagen de un animal era vehiculizada por el trabajo de artistas y no por el de zoólogos es el de los dinosaurios y los animales prehistóricos en general. El tráfico de influencias entre todos ellos era muy abundante y acababa por dejar claro porqué los más admirados, los más ilustres y los mejores eran normalmente los más influyentes y, en definitiva, los creadores de la imagen colectiva de especies concretas, como el dibujo de Durero y el consecuente grabado de Gesner lo fueron en su momento de lo que en Europa se asimiló prácticamente como holotipo gráfico del rinoceronte. Eso es lo que nos recuerda Javi Godoy, también desde Koprolitos, con sus deliciosas entradas dedicadas a paleoilustradores ilustres y sus alargadas sombras, (como ya vimos respecto a Charles R. Knight)
Posiblemente, el ejemplo más paradigmático de lo que estamos diciendo sea el Iguanodon, cuyas primeras representaciones museísticas en los albores de la paleontología durante la época de la Inglaterra victoriana nada tienen que ver con las actuales. Y, casi con certeza, si tuviésemos que mencionar a un artista gráfico con sólidos conocimientos científicos que revolucionase la ilustración científica de los dinosaurios pasándolos de pesados y torpes animales de sangre fría a estilizados y rápidos animales homeotérmicos, tendríamos que referirnos, como hicimos entonces, a Gregory Scott Paul.

Si la película "Dinosaurio", de Disney, estaba protagonizada por Aladar, un ejemplar de iguanodón, está claro que su aspecto físico y su manera de moverse se ajusta a los cánones establecidos por los estudios gráficos de G. S. Paul, pionero en levantar las colas de los dinosaurios del suelo a modo de estabilizador (nunca más como mero apéndice arrastrado absurdamente por el suelo). Tal vez los primeros dinosaurios en movimiento naturalista sean los de "Jurassic Park" de Spielberg, pero tanto su película como la novela original de Crichton deben mucho a los artículos científicos y libros paleontológicos ilustrados por Gregory S. Paul, desmarcándose claramente de la influencia todavía persistente de otros grandes de la ilustración paleozoológica como Z. Burian

Desde las primeras esculturas e ilustraciones representando iguanodones (los primeros dinosaurios descritos por la naciente paleontología británica) hasta las volumetrías promocionales del iguanodón de Disney se ha producido una evolución en la que el trabajo gráfico de G. S. Paul es decisiva. Obsérvese la diferencia entre la especulación de los artistas victorianos, con sus consecuentes y famosas recreaciones escultóricas, y las más recientes reproducciones basadas en los concienzudos estudios anatómicos, mecánicos y motrices de Grgory Scott Paul y sus discípulos. 

Diríase que se trata de animales totalmente distintos, no sólo en su aspecto físico sino en el carácter y comportamiento que éste nos sugiere, lo cual nos recuerda que el grado de distanciamiento o capacidad de empatía y comprensión de otras especies es algo que también ha evolucionado, afectando a su representación gráfica tanto como tendríamos que considerar lo inverso: las representaciones gráficas influyen en las consideraciones que podamos tener de un animal concreto a la vez que indican en gran medida qué grado de conocimiento o comprensión tenemos de los demás miembros de la vida natural.

Recordemos que cuando se especulaba que los dinosaurios serían lentos y pesados, casi incapaces los de mayor tamaño de moverse fuera del agua, estos eran representados junto a ella o sumergidos en ella, y, en cambio ahora, cuando las más recientes teorías apuntan hacia criaturas homeotérmicas, de mayor rapidez de acción, y capacitadas para utilizar sus colas como contrapeso, y no como un apéndice reptante, las ilustraciones de los libros divulgativos sacan a los dinosaurios del agua y los muestran moviéndose por tierra firme. 
Cuando se invoca a un animal, se invoca a sus caracteres físicos, y también a los de comportamiento. 
 
El tricerátops, por ejemplo, siempre asociado a una versión antediluviana del rinoceronte, ha sido tradicionalmente dibujado con apariencia pesada. Pero también, como el rinoceronte se ha visto relacionado con la velocidad propia de un ariete capaz de agredir al temible tyranosaurio. Sin embargo, nos han pintado al tricerátops como un obeso y pacífico animal que sólo decargaba su furia en casos extremos, como si la potencia del impacto de su triple cornamenta dependiese sólamente de la inercia de su sobrepeso. La nueva concepción de los dinosaurios, alejada filogenéticamente de los reptiles, cercana a las aves, agilizada por su nueva sangre caliente tenía forzosamente que reflejarse de algún modo en las imágenes de todos sus representantes más populares.
El tricerátops no podía ser menos, como atestigua cierto dibujo de Gregory S. Paul, en el que tres tricerátops, significativamente estilizados, corren hacia nosotros recordándonos un travelling frontal cinematográfico. La sensación de gran angular imprime mayor velocidad a la escena, que muestra oportunamente una vista totalmente frontal del ejemplar que corre a la derecha de la imagen, un medio perfil izquierdo del que ocupa el centro y el flanco izquierdo del tercero, que parece que va a abandonar el margen izquierdo de la ilustración a toda velocidad, sensación acentuada por la polvareda levantada por la estampida (este y otros ejemplos de Gregory S. Paul están reproducidos en las páginas 223, 224, y 230 de Gould, S. J.: "El pulgar del panda"). 





Gregory S. Paul: "Tricerátops"
(reproducido de Gould, S.J.: "El pulgar del panda", p. 223, 224 o 230).

 

Según nos indica Joe Cain, (Por qué Benjamin Waterhouse Hawkins creó los dinosaurios de Crystal Palace) el escultor Benjamin Waterhouse, autor de las célebres piezas, tuvo mucho que ver con la promoción de la instalación y con su popularización, más allá de su mera ejecución:


Ilustración de la conferencia pública de Benjamin Waterhouse Hawkins (1854) sobre la creación de dinosaurios de Crystal Palace


Ilustración de la conferencia pública de Benjamin Waterhouse Hawkins (1854) sobre la creación de dinosaurios de Crystal Palace

Benjamin Waterhouse Hawkins (FGS, FLS) fue el escultor que creó los dinosaurios de Crystal Palace. Específicamente, creó más de treinta estatuas de animales prehistóricos para el Crystal Palace and Park (Sydenham), que se inauguró en junio de 1854. Las estatuas incluían dinosaurios (Iguanodon, Megalosaurus e Hylaeosaurus), reptiles marinos mesozoicos (Plesiosaurus, Ichthyosaurus y Mosasaurus) , otros reptiles extintos (Dicynodon y Labyrinthdon), y mamíferos del Período Terciario (Anoplotherium y Palaeotherium) y del Período Cuaternario (Megaloceros y Glyptodont). Otros fueron planeados pero no construidos.

Hawkins fue un hábil promotor de sus obras. Él diseñó el famoso evento mediático "Cena en el Iguanodon" para la víspera de Año Nuevo, el 31 de diciembre de 1853.

Hawkins habló sobre la fabricación de sus famosas estatuas y sus ambiciones subyacentes para la exposición en su conjunto, en una conferencia nocturna en la Royal Society of Arts el miércoles 17 de mayo de 1854. El Crystal Palace and Park en Sydenham estaba a punto de inaugurar, y la publicidad de ese evento estaba en marcha.


Hay más que publicidad en la conferencia de Hawkins. Las estatuas ofrecían "educación visual", explica. Esto se puede resumir como, "una imagen vale más que mil palabras". Los niños recordarán lo que ven mucho más tiempo que cualquier cosa que puedan leer, argumentó. La educación necesitaba hacer un mayor uso de los materiales visuales, dijo, y los educadores debían trabajar más duro para crear materiales visualmente útiles para el aula.

Junto a su conferencia esa noche, Waterhouse Hawkins también exhibió modelos y dibujos de sus esculturas, así como sesenta fotografías de Philip H. De la Motte (vean algunas de estas fotografías a través de English Heritage o en forma de libro a través de Crystal Palace Foundation). Waterhouse Hawkins pronunció esta charla en otros lugares de Inglaterra durante 1854.
Ilustración de la conferencia pública de Benjamin Waterhouse Hawkins (1854) sobre la creación de dinosaurios de Crystal Palace 












 

The Morning Post (Londres) calificó su charla de “muy interesante y muy capaz” (19 de mayo). The Standard (Londres) también informó sobre la conferencia (19 de mayo). El mismo día, la sociedad publicó la conferencia de Waterhouse Hawkins en su totalidad:

    Waterhouse Hawkins, Benjamin. 1854. Sobre la educación visual aplicada a la geología, ilustrada por diagramas y modelos de las restauraciones geológicas del Crystal Palace. Journal of the Society of Arts 2 (78): 443-449 (vea el original a continuación o mediante Google Books).

El texto de la conferencia de Hawkins se ha reimpreso varias veces. Lo emocionante de leer el original a través de Google Libros es un vistazo al debate posterior a la conferencia. Está claro que su audiencia quedó asombrada por la calidad de su trabajo. También retomaron su punto sobre la educación, sugiriendo que los modelos que había hecho Waterhouse Hawkins podrían copiarse y distribuirse en las escuelas de todo el país.

Hawkins también jugó un papel importante, pero no reconocido, en la creación de la guía para visitantes de las estatuas:

    Owen, Richard. 1854. Geology and Inhabitants of the Ancient World (Londres: Crystal Palace Company), 48 páginas. Edición facsímil de 2013 por Euston Grove Press. ISBN 978-1-906267-36-0.












A continuación, os ofrecemos el extracto del artículo de Charlie Charmer en Koprolitos:

jueves, 9 de julio de 2020


Los dinosaurios de Crystal Palace en la cultura popular

"Prehistoric World" (1962)

Desde que H.G. Wells los incluyera en su novela Kipps (1905), han sido varios los escritores que han tomado la exposición de dinosaurios de Crystal Palace como parte del decorado de sus obras, como Have his Carcase (1932, Dorothy L.Sayers), My Secret History (1989, Paul Theroux), Fanny and the Monsters (1991, Penelope Lively) o End of an Era (1994), donde Robert J.Sawyer menciona la famosa cena de inauguración dentro del iguanodón, y los libros infantiles donde los dinosaurios cobran vida El castillo encantado (1907, E.Nesbit) o Dinosaurs don’t Die (1970, Ann Coates).

Fotograma de In those all Good Days (1922)

También el cine ha tomado la muestra como localización de cintas como la reciente London Fields (2018, Martin Amis), donde sirve de telón de fondo para la conversación de dos personajes. Y por supuesto, ha sido objeto de numerosos documentales, como los de la British Pathé In those all Good Days (1922), Crystal Palace Monsters (1950), Palace Monsters (1954), Restoring Monsters (1959) o Crystal Palace (1967). Entre los más recientes, destaca Back to Life – Crystal Palace Dinosaurs (2018, Tal Amiran) que recoge los trabajos de conservación realizados el invierno de 2016-17 en ocho de las esculturas.

Cartel informando de la reparación de Iggy (foto propia)

El iguanodón, visto por Angelo Torres

Pero ya sabéis que nuestra debilidad es el cómic. La entrega #167A de la serie Classics Illustrated de Gilberton (el cómic más vendido de la historia) se tituló Prehistoric World (1962) y fue dedicado a la evolución de la vida en el planeta. Incluía la historieta de Angelo Torres “In search of the past”, donde se daba cuenta, entre otros eventos, de la expo de Crystal Palace.

Don Glut (1944) creó al detective de lo oculto Dr. Spektor (1972, Mystery Comics Digest #5), desarrollado en su propia cabecera por Jesse Santos (1928-2013). En “Dr. Spektor & Mr.Hyde” (1973, The occult Files of Dr. Spektor #5) tiene lugar una persecución entre las esculturas de dinosaurios de Crystal Palace, si bien muchas de ellas inventadas ya que se trata de especies aún no descubiertas cuando se inauguró la exposición.

"Living in the Past" (1990)
"Living in the Past" (1990)

En la década de los 70, la actriz Carol Ann Ford, que interpretaba a Susan, nieta del primer Doctor Who, se vistió con pieles en el parque, con dinosaurios al fondo, para celebrar el décimo aniversario del Doctor Who. Otra actriz, Sophie Aldred (Ace), volvería a posar con los dinosaurios de Crystal Palace para la portada de la revista Doctor Who Magazine  #162 (1990), que incluía el relato de Andy Lane "Viviendo en el pasado", acompañado con ilustraciones de Cam Smith como ésta en la que Ace monta sobre un dinosaurio. En el cómic “The Crystal Palace” (2009, Doctor Who Adventures #112), de Christopher Cooper/John Ross, el Décimo Doctor intenta llevar a Heather Mc Crimmon a Crystal Palace el 10 de junio de 1854, pero encuentra complicaciones.

Doctor Who Adventures #112 (2009)
Doctor Who Adventures #112 (2009)

La colección Science Comics de First Second Books (2006) incluye Dinosaurs: fossils & feathers (2016, MK Reed/Joe Flood) en la que los autores reproducen la inauguración de la exposición de los dinosaurios de Crystal Palace.

Dinosaurs: fossils & feathers (2016)

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