Regresamos a nuestra sección dedicada al simulacro y a las escenografías naturalistas, pero también llenamos otro hueco de nuestra sección dedicada a la fotografía en complicidad con los dioramas. Por si fuera poco no abandonamos nuestro tema principal de la imagen animal y completamos un poco más nuestra sección bajo la etiqueta de Taxidermia. Todo ello se concentra en los trabajos de Adrien Broom, quien, desde la práctica de la fotografía, diseña escenografías fotogénicas tal y como ya había hecho en los años 90 del siglo pasado Sandy Skoglund, incluyendo arquitecturas simuladas y otros recursos escénicos tan fotográficos como teatrales o cinematográficos. Pero en los trabajos de la artista que os presento hoy no sólo encontramos semejanzas con las escenografías basadas en sets de habitaciones de interiores oníricos; también, como Skoglund en ciertas ocasiones, observamos una expresión casi compulsiva de la ausencia de la naturaleza benévola, idílica, conectada con los ancestrales espíritus del bosque y las fantasías infantiles, siempre cercanas a los animales y a los arquetipos paisajísticos tan acogedores como inquietantes.
Y, como podéis ver en las imágenes a la derecha,
además podemos aprovechar para mencionar que en su día sus fotografías y dioramas compartieron cartel en la misma galería de arte con Thomas Doyle, a quien admiramos y mencionamos en casi todas las entradas dedicadas a este tipo de recreaciones y con Patrick Jacobs, a quien aprovechamos para introducir ahora, antes de dedicar una entrada a sus propuestas basadas en la óptica fotográfica y el concepto de cámara oscura para deconstruirlo en forma de dioramas en miniatura.
Los diferentes distanciamientos de la escena provocados por las distintas ópticas y los cambios de escala, también han sido objeto de experimentación por parte de Broom a la manera de otros fotógrafos bien conocidos por sus dramatizaciones en miniatura con figuras y elementos rescatados del mundo de las maquetas y el modelismo (Slinkachu, Vincent Bousserez). Como veréis, su trabajo es muy completo, aunque no siempre consiga convencernos, pero resulta llamativo y en ocasiones realmente inspirado.
En cuanto a la simbología zoológica o el coprotagonismo de los animales diría que es improvisado a partir de la sugerente presencia de piezas de taxidermia que siempre son expresivamente aprovechables en foto fija. No creo que exista una premeditación precisa, pero es evidente por parte de quien prediseña las imágenes una clara inclinación por la presencia de animales en sus fotografías. Broom tiene en la fotografía un modo de recrear imágenes del subconsciente o del mundo de los cuentos tradicionales, que en su sutancia misma están impregnados por las sensaciones más atávicas y conectadas a la tierra y sus criaturas, por lo que, aunque la presencia de animales en sus fotos surja del casual hallazgo de tal o cual pieza de taxidermia, el uso de la imagen del animal disecado o vivo no es casual sino buscada, confirmando, una vez más, que los espectadores de sus obras se sentirán atraídos o turbados por la ausencia de fauna y contacto directo con la tierra en sus vidas.
Mafa Alborés
http://www.adrienbroom.com/
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