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domingo, 19 de abril de 2015

Animal Man: destilando la esencia del superhéroe de animalidad alternativa.







La presente entrada atiende a la demanda de algunos seguidores del blog y a una deuda que vuestro afable editor sentía tener consigo mismo. Los motivos son bien simples: en este blog observamos la presencia de la imagen gráfica de los animales en diversos medios de difusión cultural, ya sea literatura naturalista ilustrada, libros de aventuras, 
manuales de zoología o, cómo no, cómics. 
Los cómics, y de manera especial los cómics de superhéroes, han sido muy frecuentemente objeto de nuestras observaciones por razones diversas, aunque todas se podrían resumir en que consideramos a los superhéroes como una sublimación de los límites de la animalidad humana. De hecho, muchos de ellos reivindican ciertas cualidades emblemáticas de diferentes especies animales que, como una especie de espíritu totémico, les otorgan dichas cualidades junto con su nombre, generando un compuesto, un híbrido nominal, entre dichas especies y la especie humana: hombre hormiga, hombre mosca, hombre araña, hombre murciélago, mujer gato... o, directamente, han adoptado el nombre de la especie animal para ofrecer su verión antropomorfa afectada por sus cualidades físicas (pingüino, rino, buitre, escorpión, grizzlie...) simbólicas (medusa, camaleón, ángel, halcón, gata negra, bestia...) o incluso ambas con cierta carga sociopolítica, como es el caso de la Pantera Negra de Marvel Comics. Otros, aunque no llevan el nombre del animal, lo arrastran implícitamente por las características específicas de sus superpoderes. Si el batman de DC es un hombre murciélago por la estética de su traje y el oscuro simbolismo atemorizante del animal que representa la noche, el Dare Devil de Marvel es un hombre con capacidades sensoriales propias de un murciélago, ciego, como el falso tópico atribuído a los quirópteros, como la justicia que decide impartir desde su faceta superheróica, porque Matt Murdock, la identidad secreta de Dare Devil, además de ciego, es abogado de profesión, y ambas simbologías se encuentran en su identidad uniformada.
Superar las limitaciones impuestas por las capacidades físicas adquiridas por nuestro organismo de primate a lo largo de la evolución de forma brusca, fortuita o mágica, accidental o intencionada, para poder saltar o trepar como una araña, poseer la agilidad o la fuerza de un felino o la capacidad voladora de las aves es algo consustancial a la esencia de la mayoría de los superhéroes y por ello han tenido un puesto de privilegio entre los contenidos de nuestras páginas, por su interés iconográfico y por su carga antrozoológica resumidos en su condición de animales-hombres.
¿Cómo es, entonces, que hemos tardado tanto en dedicar un artículo a Animal Man? Al fin y al cabo, es el primero en asumir al cien por cien la condición de animalidad extendida de todo superhéroe, y sus poderes se basan en la adquisición de las facultades físicas y sensoriales de los animales que tiene más cerca, con lo que tendríamos un terreno bien abonado para observar cuáles son la cualidades tópicamente aceptadas de diversas especies zoológicas implicadas en los desarrollos argumentales de la serie.
La primera reflexión que podríamos hacer al respecto del personaje se referiría necesariamente al carácter tautológico, reiterativo, de su nombre, a no ser desde una perspectiva claramente segregacionista del hombre con respecto al reino animal: 
Si aceptamos que el humano es un animal, calificarlo como tal equivale al uso de un epíteto tautológico e inútil, pero bien sabemos que no es así. Lo que es evidente, ya a la vista de los recursos gráficos empleados en el diseño de su logotipo editorial, es que la animalidad adquirida por este hombre tiene que ver con la fuerza física y los mecanismos de ataque y defensa: uñas, dientes, zarpas, garras, cuernos...todas las armas blancas naturales que poseen los animales más temibles (y que solemos encontrar resumidas en las representaciones de criaturas diabólicas y atemorizantes: formas humanoides con rasgos armamentísticos zoológicos). La mano humana, su gran logro para sus habilidades técnicas e industriales, es un arma ofensiva hábil cuando la dotamos de fuertes uñas cortantes, así que la huella de unas uñas afiladas rasgando transversalmente la tipografía son un recurso claro para sugerir una expectativa compartida culturalmente con el lector.

Recientemente, en un estudio sobre la aceptación de nuestro propio físico, un cuestionario preguntaba a los participantes qué cambiaría de su cuerpo. El resultado mostraba claramente que los adultos se preocupaban por su ajuste a los criterios estéticos socialmente establecidos, con una notable tendencia a desear para sí mismos la hipertrofia o atrofia selectiva de diversas partes de sus cuerpos de acuerdo a las preferencias sexuales y sociales de su entorno: ojos, pechos, pómulos grandes; tobillos, cinturas cuellos esbeltos... en cambio, los niños preadolescentes, lejos de desear superestímulos sexuales o la "corrección" de rasgos físicos supuestamente no deseables, respondían que no cambiarían nada, con cierta perplejidad, o, ya puestos, les gustaría tener alas, branquias para respirar bajo el agua, pieles acorazadas o cosas por el estilo. La eterna conexión entre niños y animales tiene que ver con la empatía y con el deseo de romper con los límites físicos de nuestro cuerpo.



El merchandising generado por los cómics, el cine y los videojuegos, en su vertiente de volumetrías y reproducciones tridimensionales, tal vez sólo es parangonable al dedicado a las reproducciones naturalistas de especies animales. En un claro eco a las figuras aladas, sean sirenas, esfinges o ángeles, muchos personajes voladores del mundo del cómic han mostrado la presencia de alas directamente surgidas de sus escápulas, como miembros extra que no sustituyen a brazos y manos, sino que los complementan extraordinariamente. En el ejemplo de la foto, la figura de Animal Man podría ser confundida con la de Ángel, de X Men, pero la blancura de sus alas no está, conectándonos no con el mundo de la simbología mitológica y religiosa, sino con la puramente ornitológica, por la coloración más naturalista de su plumaje en marrón. Además, la presencia de una mano transformada en garra nos avisa de la animalidad híbrida y cambiante que caracteriza Animal Man, frente a la estable estampa angelical del mutante Warren Worthington III (el álter ego de Ángel en los cómics originales), por lo que sabemos que estamos ante una reproducción del personaje de Buddy Baker creado en su día por Dave Wood y Carmine Infantino.


Tal vez por la capacidad de percibir las cosas desde diferentes capacidades físicas o animalidades, la realidad misma se convierte en algo tan relativo que sus límites suelen ser diseccionados en la serie, algo muy al gusto del ilustre guionista a quien debemos los mayores éxitos de la serie y sus méritos más carismáticos: Grant Morrison, quien siempre quiso emular estos guiños metarreales al lector ya utilizados por el maestro Eysner o Al Capp, pero que al guionista escocés le  venían muy especialmente de los momentos más inspirados de su admirado dibujante Neal Adams, quien había llamado poderosamente la atención del entonces lector Morrison con una portada en la que Flash pedía ayuda al lector desde el interior de su mundo dibujado. El mundo es del color del cristal con que se mira, o dicho de otro modo, la realidad depende de la animalidad desde la que se percibe.





Es bien posible que más adelante ampliemos información o reflexiones más o menos oportunas sobre Animal Man, pero, de momento, baste con compartir con vosotros parte de las muestras gráficas de mi archivo y de la información obtenida en distintas fuentes on line, bastante completa en wikipedia, como podréis observar más abajo o en el enlace, y especialmente notable en un comentario a un post oficial de DC comics que reproducimos a continuación del extracto de wikipedia.

(Mafa Alborés)



Galería de imágenes:


















http://es.wikipedia.org/wiki/Animal_Man


Animal Man (Bernhard 'Buddy' Baker) es un personaje ficticio de DC Comics. Su primera aparición fue en Strange Adventures Nº180 (septiembre de 1965) y fue creado por Dave Wood y Carmine Infantino.
Su serie propia, que se planteó en 1988 como un arco argumental sencillo compuesto por cuatro aventuras, fue de un éxito tal que se prolongaría en el tiempo durante 89 números y siete años convirtiendo a Animal Man en una pequeña celebridad. Su "principal mérito reside en ser una colección de guionista" (Grant Morrison, Jaime Delano), "dado que los dibujantes han sido bastantes tristes (con la posible excepción de Steve Dillon)."1 Cabe destacar que la colorista en todo momento de la serie fue Tatjana Wood que ha participado en otras producciones notables como Camelot 3000.

Índice

Trayectoria editorial

Orígenes

Animal Man nació de la mano del dibujante Carmine Infantino (co-creador de Flash, Deadman o Bat Girl) y el guionista Dave Wood en el seno de la famosa editorial de cómics Detective Comics (DC). Su debut fue en una historia titulada "Yo fui el hombre con poderes de animal", incluida en el número 180 de la revista Strange Adventures, donde también se han dado cita otros personajes menores de DC como Deadman o Adam Strange.
La primera historia que protagonizó era de ciencia ficción, siendo en la tercera en la que adoptaría su caracter superheroico y su característico traje naranja con una gran "A" azul. Después de sus apariciones, como personaje secundario que era, no gozó de nuevas oportunidades y no se le rescató para ninguna colección particular ni para formar parte de algunos de los supergrupos de la editorial (como la JLA o la JSA), suerte que no corrieron otros personajes de la misma colección (Deadman y sobre todo Adam Strange si que gozaron de cierta repercusión).
El personaje protagonizó aventuras de argumentos típicos, deteniendo a gangsters, grandes animales o incluso alienígenas. El personaje en este punto de su trayectoria es todo un estereotipo de los superhéroes de la vieja escuela; rubio, atlético, vestido en un traje vistoso y con un origen que mezclaba elementos pintorescos como extraterrestres y exposiciones a radiaciones. Gozó de cuatro apariciones en portada y varias apariciones de forma semirregular en esa colección.
El personaje, tras sus dos años de recorrido entre 1965 y 1967, cayó en el olvido junto a otros como él (Inmortal Man, Split Man) y no sería hasta varios años después que decidieran rescatarle. Solo hubo un pequeño inciso, en 1972, en el que el personaje apareciera en nuevas aventuras. Esto sucedió en los números 414, 415 y 420 de la revista Adventure comics.

Miembro de un grupo

Tras su aparición en la colección de la super-heroína más importante (Wonder Woman)en 1980, en dos historietas (números 267 y 268), parecía que editores y lectores se volvían a acordar de Buddy Baker, aquel que luchaba contra gorilas superinteligentes valiéndose de las habilidades que tomaba prestadas de los animales que se hallaban cerca (normalmente, algún zoológico se situaba oportunamente próximo a la escena del crimen).
Este recuerdo fue acompañado por el de otros personajes menores de DC, (en concreto Inmortal Man, Cave Carson, Rip Hunter, Rick Flag, Dolphin, Dane Dorrace y Congo Bill) secundarios pertenecientes a revistas similares a Strange Adventures.
Con el hilo argumental de Crisis en Tierras Infinitas, macrosaga intergaláctica que envolvía a todos los personajes de DC y que supuso la vuelta al ruedo para varios superheroes olvidados, Animal Man y otros personajes fueron agrupados en el equipo creado por Marv Wolfman (guionista de series célebres, como "La Tumba de Drácula") y Gil Kane (Spiderman). El grupo participó (e hizo su debut en 1983) en algunos números de la serie Action Comics (la misma que vio nacer a Superman), en DC Comics Presents y por supuesto en Crisis en Tierras Infinitas.
Al parecer, Animal Man destacaba más que cualquier otro miembro de la serie, y eso fue percibido por los responsables de DC.

Una serie propia: La etapa de Morrison

La política de resurrección de viejos personajes olvidados no murió con el fin de la mini serie Crisis en Tierras Infinitas, y Animal Man fue sin duda uno de los grandes beneficiados de esta política. Su regreso fue notorio debido en parte a que coincidió cronológicamente además con otro fenómeno: la llamada "Invasión Británica".
El ejemplo más claro de la misma es el binomio del personaje olvidado que se topaba con un prestigioso guionista británico y se convertía de pronto en un super éxito de crítica y ventas. Así sucedió con La Cosa del Pantano y Alan Moore y así sucedió con Animal Man y un joven y brillante Grant Morrison, que en su infancia había disfrutado del personaje "hasta el punto de querer escribir sus aventuras cuando entró a trabajar en la compañía".1
Animal Man gozó así de una colección propia, en la que se reflejaron ciertos cambios en el personaje y que estaba destinada a un nuevo público distinto del tradicional (de hecho, la serie se editó sin el sello de la Comics Code Authority, equivalente al "para todos los públicos" español). Grant Morrison contó con las portadas del también británico Brian Bolland (brillante dibujante responsable de grandes clásicos como Judge Dredd, Camelot 3000 o La Broma Asesina) y con los lápices de Chas Truog para relanzar a un personaje olvidado y convertirlo en todo un clásico moderno. La calidad de la serie, que arrancó en septiembre de 1988,1 permitió que se mantuviera viva hasta 1995. De los guionistas que por ella han pasado le corresponde a Morrison (junto con el posterior Jamie Delano) el ser el más innovador y atrevido, proporcionando los mejores arcos argumentales del personaje, que han sido objeto de varias re-ediciones.
En la nueva serie el lector medio, ahora ya más maduro, pudo observar a un nuevo Buddy Baker, distinto de aquel tan estereotipado de los años 60 y 70. Siempre existió la idea de explorar los límites del comic tradicional de superheroes con esta serie.
En un nivel primordial y estético, cubrió su mono naranja con una chaqueta de cuero, que aún hoy en día mantiene. En el plano personal, Buddy Baker era un especialista en escenas de riesgo de películas y series en paro, felizmente casado con su novia de toda la vida Ellen y con dos hijos (Clifford y Maxine) que vivían con él en San Diego. Había dejado hace varios años atrás la idea de ser un superhéroe y ahora vivía del trabajo de dibujante de Ellen, y ahora volvía con nuevas fuerzas para hacerse un hueco en el panorama de aquel momento revindicando su veteranía.
En los distintos arcos argumentales de la serie, que luego en posteriores recopilaciones fueron bautizados con diversos títulos ("El origen de las especies", "El evangelio del coyote", "La naturaleza de la bestia", "La hora de la bestia" o "Deux ex Machina"), Morrison traspasó su propia condición de vegetariano y defensor de los derechos animales a Buddy Baker, dándole al personaje una profundidad mucho mayor. Incluso fue utilizada la experiencia de la muerte de su gata en la serie, así como los recuerdos de su amigo imaginario Foxy.
Morrison aprovechó también para remodelar el pasado del personaje además de su presente remodelando su origen. También usó los recursos narrativos más avanzados, como la ruptura de La Cuarta Pared (licencia literaria consistente en que el autor deja de serlo y se convierte en un personaje más de la historieta) en los últimos números escritos por Morrison. La utilización de este recurso, utilizado anteriormente por grandes del cómic como John Byrne, dio una gran brillantez al remate de la etapa de Morrison, que dejó la colección tras veintiseís números, momento en el cual argumentó con sinceridad que ya había escrito todo lo que debía sobre el personaje.
Paralelamente, Animal Man participó de ciertos crossover con otros personajes del mundo DC y fue incluido como miembro de la JLE (Liga de la Justicia Europea) en 1989, pero siempre de forma muy marginal y conservando su propia colección un tono intimista.

Las etapas de Milligan y Veitch

Grant Morrison se fue por la puerta grande y dejando el listón muy alto, con lo que los directivos de DC debían ahora buscar un guionista que mantuviese la calidad de la serie que tantos éxitos de público y críticas estaba cosechando. En el equipo creativo se mantuvieron Chas Truog y Brian Bolland, mientras que el elegido sucesor de Morrison fue Peter Milligan.
Milligan encontró un trabajo muy difícil de realizar, ya que debía mantener e incluso superar lo que Morrison había hecho y rehacer la serie que Morrison había descompuesto a su antojo. Milligan decidió sumir a Animal Man en un coma psicodélico tras el cual despertaría encontrándose divorciado de su mujer y sumido en una cruenta lucha contra el gobierno.
El cambio propuesto por Milligan no convenció ni a directivos ni a lectores, y fue sustituido tras el número 32 por Tom Veitch. La etapa de Veitch fue algo más afortunada y más larga que la de Milligan. En ella se cambió al dibujante regular, Chas Truog, por Steve Dillon, quien ya había participado en el número 29. El inglés Steve Dillon aportó frescura a la éstetica de la serie con su estilo sencillo y muy bien narrado que luego le llevó a la fama en Predicador, al tiempo en que las Portadas de Brian Bolland eran cada vez más brillantes.
Desde el punto de vista argumental, Animal Man se separó cada vez más de los otros personajes del universo DC y de los derroteros del cómic superheroico tradicional. Animal Man descubrió que sus poderes tenían un carácter totemístico (contrario al carácter alienígena que habían tenido anteriormente) y resultó que él y otros metahumanos pertenecían a los "Controladores de Animales", una casta que tenía el poder de imitar los poderes de los animales y establecer una empatía sensitiva con ellos. Más tarde se descubriría que su hija Maxine también estaba desarrollando unas habilidades similares.
La propuesta de Veitch fue algo más original que la de Milligan y se acercó en parte a lo que Alan Moore había hecho con la Cosa del Pantano en la línea de crear un universo donde unos seres poderosos tenían las llaves del control de las fuerzas naturales.
Sin embargo, no llegó a convencer del todo y sería sustituido por el británico Jamie Delano, guionista de gran brillantez y proyección por aquel entonces. Cabe destacar que el "fracaso" de Milligan y Veitch no se debe tanto a ellos sino al contraste con la grandeza de la obra de Grant Morrison, quien cerró una etapa muy difícil de continuar y de superar.

La etapa de Delano

Tras el número 50, Jamie Delano llegó a la serie para revitalizarla y, si ello fuera posible, repetir o superar el éxito de Morrison. Nada parecía indicar que Delano no correría la misma suerte que sus predecesores, pero sorprendió a todos con un giro radical. Sencillamente cogió una serie de superheroes y lo convirtió en una "narración de corte ecologista-feminista-social bastante desconcertante pero de innegable buen resultado", "creando un atractivo fresco humano peculiar a la vez que absorbente"1 Durante esta etapa, Delano contó con las brillantes portadas de Bolland y de otros autores como Tom Taggart y del excelente dibujante inglés Steve Pugh, que aportó su estilo tenebrista y elaborado. Otros dibujantes, como Peter Snejbjerg y, de manera más notoria, Will Simpson, hicieron apariciones memorables en la serie.
En su primer arco argumental, Carne y Sangre (publicado en España por Ediciones Zinco en cuatro tomos), Delano mató al personaje y lo llevó por un viaje paranormal en el que se re-encarnó primero en una bestia alada que poco a poco recobró la humanidad. En estos primeros seis números, Delano apartó al personaje ya totalmente del multiverso DC y dotó a la serie de un tono maduro, siniestro y sobre todo totalmente distinto al resto.
Después, la serie continuó publicándose bajo el sello de Vértigo, filial de DC destinada al público adulto. Este paso también lo dieron otras series "peculiares de DC, como la cosa del Pantano, Shade o Sandman.
En las siguientes historias, siempre tituladas y habitualmente encuadradas en arcos argumentales que funcionaban casi a modo de mini series, Delano exploró temas como la falta de contacto del ser humano con sus orígenes naturales, la contaminación y otros males de la civilización, el sexo o la vida más allá de la muerte.
El punto álgido de esta etapa llega cuando Maxine, tras un perodo de enfermedad en el cual ella parece totalmente apartada de la realidad, aparece muerta. Buddy Baker ve entonces perdido su último contacto con la humanidad y se transforma en una horrenda criatura, aún más horrible que la aparecida en Carne y Sangre. Poco después aparece una Maxine resucitada, y los amigos de los Baker deciden convertirla a él y a Animal Man en los iconos de una religión que difunda el mensaje del respeto a la vida y a la naturaleza.
Al mismo tiempo, Delano puso en contacto a Animal Man con el Rojo, una deidad que controla a los animales a través de la llamada "red vital". Este rasgo aporta misticismo a la serie y es una reminiscencia al Verde aparecido en la Cosa del Pantano, algo parecido a lo que había hecho antes Veitch.
La etapa de Jamie Delano concluyó con el éxito de la religión de Maxine, que había agrupada a un gran número de seguidores pese haber estado perseguida por el gobierno enérgicamente, y con la muerte de Animal Man a modo de mártir, haciéndose devorar por otros animales mientras los seguidores de la religión mantenían relaciones en una escena que recuerda al clímax final de la novela El Perfume.
Animal Man deja además su semilla plantada en Lucy, una mujer que habían conocido él y Ellen durante uno de los arcos argumentales de la serie y que había decidido vivir con ellos junto con su hija en la granja de la madre de Ellen. Posiblemente fue debido a esto por lo que los directivos de DC decidieron continuar con la serie en vez de dejarla aparcada con la muerte de Animal Man en el número 79.
Sea como fuere, lo cierto es que la etapa de Delano es la más larga de Animal Man, con un éxito y una impronta iguales o tal vez superiores a los de la era de Morrison.

Declive

En el número 80 llegó a la serie Jerry Prosser, que se hallaba en una situación parecida a la que se encontró Milligan: debía relanzar una serie prácticamente rematada, que artísticamente ya había dado de sí todo lo que debía. Con las portadas de Rick Berry y los lápices de Fred Harper (dibujante de algunas series menores de Marvel), Jerry Prosser resucitó a Buddy y lo transformó en un pacífico chamán de pelo canoso que combatía a extraños enemigos, como la Reina Araña, a lo largo de extrañas "aventuras" de carácter metafísico. Además, nacería el hijo de Lucy y Buddy.
La etapa solo duró hasta el número 89, momento en el que se canceló la serie por las malas ventas. La obra de Prosser sufrío de los mismos males que otras de sus obras (como Aliens:Nido): partía de una excelente premisa que no llegaba a resolverse bien y que acababa siendo realmente pobre pese a todo su interés.
Tal vez lo mejor hubiera sido que la serie acabase en el número 79, como había recomendado mucha gente, en vez de arriesgarse a estropear un mito de los cómics como había llegado a ser hasta ese momento Animal Man.
Así llegó al fin la colección, con especial anual guionizado por Delano.

Etapa actual

DC Comics vuelve a sacar a la luz a este superhéroe después de años sin tener una serie propia. Desde Noviembre de 2011 con Animal Man #1 de Los Nuevos 52 (NUDC en España), y bajo el guion de Jeff Lemire, vuelve a revitalizar a este héroe devolviéndole la fama que hacía años no tenía.
Cuenta también con un nuevo crossover junto a La Cosa del Pantano y Frankenstein (DC Comics) titulado "Mundo Pudrición", rejuveneciendo un concepto inventado por Alan Moore en su etapa de La Cosa del Pantano; el verde, el rojo y la putrefacción.

Ediciones en español

Las únicas etapas que se han publicado en España son las de Morrison, Delano y Lemire, ésta última actualmente en curso. La de Morrison fue publicada en formato comic-book por Ediciones Zinco en veintiséis cuadernos en blanco y negro; la de Delano lo fue en los tomos de Carne y Sangre publicados por Zinco y luego la obra completa de Delano publicada por Planeta DeAgostini. La serie actual es editada en España por la editorial ECC ediciones en formato "rústico" incluyendo tandas de 6 números.

Poderes y habilidades

Animal Man puede absorber las capacidades de los animales que se encuentran cerca de él, aunque es uno de los que más ha evolucionado.1



Imagen Enviada
Animal Man fue un personaje creado en plena edad de plata que no tuvo el éxito de otros de los héroes de la época. En los ochenta, Grant Morrison convirtió su serie regular en un clásico contemporáneo del género y uno de los estandartes de la línea Vertigo. Hoy repasamos la trayectoria de Buddy Baker desde sus comienzos hasta sus últimas apariciones estelares en el Universo DC.

Extrañas aventuras

Strange Adventures era una publicación de DC que, desde su nacimiento en 1950, había visto nacer a personajes hoy casi olvidados como el Capitán Cometa. A mediados de los sesenta, Jack Schiff sustituyó a Julius Schwartz como editor y, bajo su tutela, se creó un puñado de héroes como Deadman, el Hombre Inmortal, la Encantadora o Animal Man. El debú de este último se produjo en el número 180, con la historia "I Was the Man with the Animal Powers" escrita por Dave Wood y dibujada por Carmine Infantino.

Lo curioso de la primera aparición de Animal Man fue que no se llamaba así en toda la aventura ni se dejaba ver con su uniforme naranja y azul. Por no tener, no tenía ni apellido. Era, simplemente, un joven llamado Buddy que, mientras cazaba por las Montañas Adirondack, se encontraba con una nave espacial que se había estrellado. Como no podía ser de otro modo, escudriñó la nave y alguna radiación le afectó de tal modo que, en un zoo cercano, supo que podía adoptar las habilidades especiales de los animales.

Lo curioso de la primera aparición de Animal Man fue que no se llamaba así en toda la aventura ni se dejaba ver con su uniforme naranja y azul. Por no tener, no tenía ni apellido. Era, simplemente, un joven llamado Buddy que, mientras cazaba por las Montañas Adirondack, se encontraba con una nave espacial que se había estrellado. Como no podía ser de otro modo, escudriñó la nave y alguna radiación le afectó de tal modo que, en un zoo cercano, supo que podía adoptar las habilidades especiales de los animales.

Reticente al principio a convertirse en superhéroe, Buddy regresó en Strange Adventures nº 184 con Woods y con Gil Kane a los lápices. Sin embargo, acabó luchando contra el crimen y, en el número 190, Infantino le diseñó el uniforme de guerra. Buddy dejó de ser "el hombre que tenía los poderes de los animales" a convertirse en Animal Man o A-Man, según la ocasión. Tal vez esta tardanza en tener un alias y un traje influyera en que, en los cómics, nunca ocultó su identidad secreta. Tras tres apariciones más en la colección, DC pasó del personaje durante mucho tiempo. Buddy se casó con su novia, Ellen Frazier, y se fue a vivir a San Diego.

Los Héroes Olvidados

Gerry Conway recuperó puntualmente al personaje en Wonder Woman (vol. I) nº 267 y 268 (mayo y junio de 1980). La Asombrosa Amazona y Animal Man se encontraron en África mientras ambos se enfrentaban al Cártel y, tras una pequeña confusión, hicieron equipo. En esta historia titulada "The Man who Walked with Beasts", sabíamos que Buddy se había retirado porque la policía de San Diego le ponía demasiados problemas y no favorecía tanto a los superhéroes como la de Metrópolis, por ejemplo.

En Action Comics nº 552 y 553 (febrero y marzo de 1984), Marv Wolfman y Gil Kane recuperaron a Animal Man y otros personajes muy secundarios y casi olvidados. Wolfman inventó una buena excusa para su ausencia, pero se daba de morros con lo que Conway había contado en Wonder Woman. La solución fue tan fácil como habitual en DC Comics: aquella historia nunca había sucedido. Todo en virtud de una saga bastante buena y que, a título personal, fue una de las primeras historias que leí de Superman, porque la editó Zinco en el primer volumen del personaje.

Wolfman bautizó a estos personajes con el nombre colectivo de Héroes Olvidados (Forgotten Heroes), y los convirtió oficialmente en grupo bajo el mando del Hombre Inmortal. A parte de éste, el equipo se componía de Animal Man, Rick Flagg (del Escuadrón Suicida original), Rip Hunter, Congo Bill, Cueva Carson, Dane Dorrance y Dolphin. Diez años atrás, todos ellos se habían topado con una pirámide dorada en distintos puntos del mundo y, cuando fueron a avisar al gobierno de Estados Unidos, los federales hicieron lo posible para taparlo y evitar que siguieran con sus actividades heroicas. El Hombre Inmortal descubrió que las pirámides formaban parte del plan de su archienemigo Vandal Savage para derrotar a Superman y conquistar el mundo. Junto con el Hombre de Acero, los Héroes Olvidados salvaron la situación... y volvieron a desaparecer.

Pero regresaron al cabo de un año, de nuevo gracias a Marv Wolfman, en DC Comics Presents nº 77 y 78 (1985). Animal Man y compañía hacían equipo con Superman para enfrentarse a una reproducción de la misma idea: los Villanos Olvidados. De evidente función, este equipo recuperó a personajes como el Cazador sin Rostro, Míster Poseidón o la única de ellos que no acabó en la cárcel tras aquella aventura: la Encantadora. Después de aquello, llegó Crisis en tierras infinitas y, claro, el grupo tuvo su pequeño papel. Sin embargo, el Hombre Inmortal murió durante la saga y los Héroes Olvidados se disolvieron. Buddy se retiró por segunda vez, pero no sería por tanto tiempo.

La serie regular

En plena explosión creativa de DC tras el masivo lavado de cara que supuso Crisis, apareció modestamente una miniserie de cuatro números titulada Animal Man que, debido a su éxito, se prolongó de forma indefinida. A parte de ser un éxito para el personaje en sí, la colección supuso el lanzamiento al estrellato de su guionista, Grant Morrison, cuyas historias brillaron siempre por encima del talento de dibujantes como Chas Truog. Y es que fue una serie de guionista en la que el escocés mostró sus inquietudes de ese modo tan personal al que nos hemos acostumbrado con el tiempo. Aunque fuera primordialmente un cómic de superhéroes, Animal Man tenía tantas lecturas y elementos que con cada relectura se descubren, aún hoy en día, cosas nuevas.

El primer número se publicó en septiembre de 1988, y nos mostró cómo Buddy Baker, convertido en extra de cine, quería abandonar su tranquila vida con Ellen y sus dos hijos, Cliff y Maxine, para volver a ser superhéroe e incluso unirse a la LJI (Liga de la Justicia Internacional). En la saga inicial, un Animal Man desconocido por el mundo intentaba hacerse un hueco solventando una papeleta tan difícil como detener a B'Wanah Beast. La defensa de los derechos de los animales fue el tema central de la saga y del resto de la serie, pero no el único. Durante los veintiséis números escritos por Morrison, Animal Man se convirtió en todo un experimento que rompió la barrera del multiverso hasta mostrarnos al personaje hablando cara a cara con el guionista. La defensa de la vida vegetariana y la lucha contra el ecoterrorismo fueron otros de los tópicos habituales de Morrison.

Morrison no comenzó mostrando el origen post Crisis de Animal Man, de modo que se supuso que nada había cambiado hasta que, en abril de 1989, se publicó Secret Origins nº 39. Allí Morrison nos contó cómo los alienígenas que habían dado a Buddy sus poderes volvían a la Tierra de visita, con lo cual había un cambio sustancial con respecto al origen pre Crisis. Además, según los bichos amarillos constaron, Buddy era más joven que el que ellos conocieron. La historia siguió en Animal Man nº 10, donde supimos que cada cierto tiempo esos extraterrestres venían a la Tierra a poner en contacto a un humano con el campo morfogenético de la Tierra o The Red, el vínculo que une a todos los seres vivos. Morrison usó tan complejo concepto para justificar los poderes de Buddy y, de paso, abrió paso con aquella trama para la que sería la culminación de su etapa.

Durante la macrosaga ¡Invasión!, Animal Man entró en contacto por fin con la LJI, y Maxwell Lord le propuso formar parte de la rama europea del grupo. Así, a partir de 1989, Buddy hizo doblete en Justice League Europe. Compartió cartel con héroes como Flash, el Hombre Elástico o el Capitán Átomo, y vivió aventuras propias de aquel grupo de la mano de Keith Giffen, J. M. de Matteis y Bart Sears. Entre otras, destacó la aventura en que el grupo coincidía en clase de francés con la Liga de la Injusticia, tal vez el momento álgido de aquella "hermana menor" de la LJI. Sin embargo, Buddy tuvo que dejar el grupo al cabo de un año porque tenía que hacer frente a una grave pérdida. Su familia había muerto en Animal Man nº 20.

Fue en aquel punto en que comenzó el canto del cisne de Morrison. La historia final del escocés, titulada por algunos "Crisis Dos", puso en jaque las imposiciones editoriales de DC al recuperar el acceso al multiverso. Por aquel entonces, toda referencia a los hechos pre Crisis era susceptible de censura por la confusión que podía añadir a un Universo DC aún frágil, pero Morrison se lo pasó por el forro. Utilizó al único personaje que recordaba el multiverso, el Psicopirata, para que Buddy conociera a su "yo" original y, en última instancia, traspasara el papel para dialogar con su creador. El genial ejercicio de metalenguaje fue borrado de la continuidad a partir del número siguiente, pero sigue siendo una de las obras maestras de la época.

Con la familia resucitada por estas "Crisis", Buddy siguió con sus aventuras en solitario de la mano de otros creadores, entre los que destacaría Jamie Delano. Animal Man siguió siendo una serie "de guionista" y fue enmarcada en la línea Vertigo a partir del número 57 y hasta su cancelación en el 89 en noviembre de 1995.

De nuevo, guest-star
Ya que los personajes de la línea Vertigo existen en el Universo DC pero "a parte", tras la cancelación de su colección Animal Man tuvo que regresar a su lugar original para convertirse en su superhéroe que es el eterno invitado de series diversas. Su retorno al Universo DC tuvo lugar en Aquaman (vol. V) nº 35 (1997), realizado por Peter David y Jim Calafiore. El rey de Atlantis y Buddy hicieron frente a un villano llamado Gamesman para recuperar a Maxine, la hija de los Baker. Por cierto, Maxine había heredado de su padre la conexión al dichoso campo morfogenético.

Tras apariciones muy contadas en Resurrection Man, Day of Judgment o Star and S.T.R.I.P.E, Buddy regresó a los brazos de Morrison en JLA en un par de ocasiones. La más notable fue su presencia en la saga de Margeddon, más conocida como "Tercera Guerra Mundial" en 2000. Hablaremos en breve de esta saga, aún inédita en España. Más trascendencia tuvo su aparición en Hawkman nº 16 y 17. Buddy está relacionado con Hawkman porque éste comparte un vínculo con los halcones a través de la morfogénesis. La heroína Vixen también está relacionada con este concepto, por cierto. En aquellos dos números, Buddy ayudó a Hawkman, Hawkgirl y Hawkwoman a derrotar a Byth, uno de los eternos enemigos de esta saga de personajes.

Las últimas andanzas de Buddy están muy relacionadas con el actual macropifostio de DC. Se trata de Infinite Crisis, si bien muchos esperaban que Morrison lo recuperase en Seven Soldiers. El personaje forma parte de un nutrido grupo de héroes que acompañan a su líder al mismísimo centro del universo para combatir una gran amenaza. Buddy fue reclutado, muy a pesar de su mujer, en Infinite Crisis nº 2 y sus primeras aventuras en el espacio se vieron en Firestorm nº 20, donde ha sabido que, aun estando en el espacio, es capaz de conectar con sus poderes.


Con respecto al futuro, y a falta de saber cómo acaban las cosas en la Crisis, ya hemos podido ver en Internet a Buddy formando parte de una nueva Liga de la Justicia algo masificada cuya andadura comenzará este mismo año de la mano de Brad Meltzer y Ed Benes.


fuente



qué pillar de animal man fácil de encontrar (como que zinco no esta por la labor)

- La etapa grant morrison los 3 primeros tomos de morrison a 112 pags cada uno con lo primero de morrison , lo tienes de planeta todo por 17 miseros euros, y los demas tomos a 8'5 euros cada uno

- luego tienes 7 numeros con la etapa de jaime delano por 8,5 euros cada uno

Además, en el comic 52 editado por planeta tienes tambien a animal man , en sus paginas con una historia muy buena y en su camino se cruza lobo, el ultimo czarniano, que aporta a 52 una nota de humor y gamberrismo, desempeñando un papel muy especial.

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