Francisco Provedo y GEMTE (colaboración con grupo de biólogos que realiza un estudio sobre una población concreta de pumas)
Seguramente los seguidores habituales recordarán nuestra particular fascinación por la estética de las imágenes de las
cámaras trampa, y muy especialmente por las fotos nocturnas obtenidas por este medio. Reivindicábamos, por ejemplo la pionera maestría del gran
George Shiras y la calidad documental, técnica y artística de sus más dignos sucesores como
Steve Winter. Hemos indagado artística y modestamente en la
trascendencia de las trap-cameras a través de nuestros propios proyectos y por supuesto somos sensibles a cualquier aproximación a este recurso técnico como medio de expresión estética y artística de más calado por parte de cualquier autor independientemente de su trascendencia mediática.
Tal es el caso de las experimentaciones fotográficas de
Francisco Provedo, un artista argentino al que nos une una grata y cordial relación a través de las redes y con quien compartimos no pocos puntos de vista e intereses comunes.
Hemos descubierto ciertos aspectos de su actividad artística cercanos a nuestra perspectiva antrozoológica del arte y nos parece interesante y muy significativa su observación del mundo natural y animal en relación a la actividad humana.
Francisco Provedo no se limita a interesarse por la naturaleza como tema fotográfico, artístico o estético, y lo mismo podríamos decir con respecto a los animales en lo que a su obra gráfica se refiere. De hecho, su uso de la fotografía se antoja casi accidental o tal vez inevitable por su carácter documental.
El mundo natural se convierte en protagonista de sus meditaciones fotográficas tanto por su presencia como por su ausencia, y su trabajo, como hemos observado en otros autores tal vez más especializados o comprometidos como Sheng Wen Lo, Francisco Provedo es un artista que hace fotos, no un fotógrafo que busque lo artístico en su actividad, independientemente de que lo consiga o no.
Y es que el autor no deja de recordarnos nuestra condición de ausentes del mundo natural, siempre fascinados por conocer las particularidades de acontecimientos protagonizados por otras especies zoológicas, lo que nos posiciona irremediablemente fuera de contexto.
Nuestra incapacidad para aprehender imágenes completas, narraciones completas, descripciones completas acerca de qué son y cómo son los demás animales se pone especialmente de manifiesto cuando son fragmentariamente recogidas y documentadas, incluso por los medios de divulgación zoológica o científica.
En los comentarios de sus catálogos, de sus exposiciones o del material que selecciona en su página web, Francisco Provedo no ceja en su empeño por aleccionarnos al respecto y preguntarse perplejo porqué sigue dándose tal grado de desconocimiento, e incluso deseo o tal vez necesidad atávica de permanecer en dicho estado de desconocimiento o pasmo respecto a las demás especies animales.
Le fascinan los vestigios, las huellas, los rastros que incitan a la imaginación a medir las capacidades físicas, mecánicas y motrices de cualquier compañero de viaje, pero le fascina mucho más dicha fascinación propiamente dicha, y el poder de las imágenes incompletas o fraccionadas.
Él mismo practica la colocación de cámaras trampa de seguimiento animal, como cualquier investigador naturalista de campo, pero se sabe incapaz de sustraerse al poder de sugestión de las imágenes obtenidas como puertas o ventanas a otras existencias, a otros mundos, a otras percepciones.
De ahí el peso simbólico y significativo de sus imágenes nocturnas y de su similitud estética con la versión en negativo de muchas de sus imágenes diurnas. No es un simple juego de apariencias cara a la galería, sino una sencilla y contundente reflexión acerca del problema de las apariencias.
"… El rastro es la aparición
de una proximidad, por más lejano esté aquello
que lo dejó. El aura es la aparición
de algo lejano, por más cercano
esté aquello que la evoca. En el rastro,
nos apoderamos de la cosa;
en el aura,
ella se apodera de nosotros. "
W.Benjamin. Pasajes
Dicen que vieron un animal, un puma, un gato medio extraño, o un
zorro. Lo vieron una vez pasar, vieron su huella, o mató a alguna oveja y dejo la evidencia. Lo vieron casualmente, casi sin posibilidad de volver a verlo, como si fuese una visión más que un
hecho.
Me interesa el carácter esquivo que se da en el
encuentro con animales salvajes y a su vez en lo esquiva e infrecuente que
suele ser la representación de esos encuentros, o de la vida de esos animales.
Como si estuviésemos intentando mostrar algo que no nos da lugar a ser
representado.
Llego a relacionar esto con la necesidad de los animales de
sobrevivir en su medio. Creo en algún lugar mío que nuestra dificultad para
encontrarlos, es el umbral que nos separa como especie de todos ellos, y nos
condena a una distancia insalvable, tal vez por no ser parte de esas lógicas
que los guían desde el principio de los tiempos
Los intentos por acercarnos a entender la vida de estos animales
no dan cuenta de lo animal, y con plena conciencia de esa
idea me gusta jugar a probar los límites de la visión y el encuentro con el animal,
sabiendo siempre que es
un imposible, y que su representación no es más que un recuerdo vago, un “lo vi
pasar por tal lugar, escuché algo”, puedo aproximarme al animal, pero lo animal
siempre se escapa.
Francisco Provedo
Nos cazan y nos
observan.Cuando nos damos cuenta de ello, los seducimos. (Orfeo ha aprendido
mucho de nosotros). Entonces les convencemos para que
nos sigan dentro de los túneles, bajo la colina.
Esos túneles son nuestras aptitudes físicas;
como nuestro sentido de la orientación, nuestro uso del
camuflaje, del silencio, nuestro aguante, nuestra visión nocturna, nuestra
previsión, nuestro sentido de la medida, nuestra capacidad para medir
distancias, para escuchar.
De tanto estudiarnos, reconocen estas aptitudes, se las
atribuyen y se dejan deslizar fuera de
si mismos, como sonámbulos.
John Berger
Todo
el trabajo lo desarrollo en la estepa patagonica, en el centro de la provincia
del chubut, que es donde yo naci, y los animales que busco tambien son los
animales que me facinaban en mi infancia.
En los comentarios de sus catálogos, de sus exposiciones o del material que selecciona en su página web, Francisco Provedo no ceja en su empeño por aleccionarnos al respecto y preguntarse perplejo porqué sigue dándose tal grado de desconocimiento, e incluso deseo o tal vez necesidad atávica de permanecer en dicho estado de desconocimiento o pasmo respecto a las demás especies animales.
Todo
el trabajo lo desarrollo en la estepa patagonica, en el centro de la provincia
del chubut, que es donde yo naci, y los animales que busco tambien son los
animales que me facinaban en mi infancia. 
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