Asociar las reproducciones de animales con los materiales naturales por excelencia como la madera es algo habitual. De hecho, muchos elementos vegetales evocan en su diseño orgánico formas y texturas que reconocemos en otras especies vegetales y animales. La conexión entre la talla de la madera y el carácter naturalista que dicho material implica ha sido inteligentemente criticado mediante técnicas digitales por
Mat Szulik, por ejemplo, a quien dedicamos un espacio hace ya un tiempo, o
Tenemos aparcado el material sobre
Noriyuki Saitoh desde lo descubrimos en el artículo que
Laura Staugaitis le dedicó en
COLOSSAL. Y la verdad es que no se trata de un caso de tecnología digital imitando la apariencia de talla en madera como Szulik, ni materiales sintéticos que nos recuerdan las analogías entre formas vegetales y formas animales, como las esculturas de insectos y dioramas de
Hiroshi Shinno, tal y como planteamos en
el artículo que le dedicamos en su día. Al fin y al cabo, Szulik se limita a aplicar un trabajo de acabado en textura para sus diseños 3D bastante sofisticado pero no especialmente extraordinario si no hacemos semejantes reflexiones teóricas al respecto, y Shinno imita los resultados que cualquiera puede obtener al crear cadáveres exquisitos con fragmentos vegetales selectos, tal y como yo mismo y otros colaboradores hacíamos para las piezas expositivas de
Sandro Alviani, en las que a menudo incluíamos partes de vegetales leñosos, de raras semillas o de cortezas interesantes que, como en las célebres
falsificaciones de Juan Cabana, aportaban un plus de credibilidad o verosimilitud naturalista a las piezas escultóricas obtenidas, que llevan al espectador a considerarlas auténticas reliquias zoológicas.
Noriyuki Saitoh aprovecha sin duda las tonalidades y texturas naturales que le aporta el bambú para que sus reproducciones de insectos a escala natural parezcan ejemplares auténticos preservados de algún modo, pero también es cierto que el hecho de concebirlos como despiezables articulados le facilita la tarea de colocarlos en poses oportunas que recrean en ocasiones escenas de depredación o de interacción con el entorno natural. Lo curioso es que los elementos naturales que Saitoh incluye en sus obras delatan la artificiosa pulcritud geométrica de las formas anatómicas de sus pequeños artrópodos e insectos.
Mafa Alborés.
Comentario de Laura Stauaitis en COLOSSAL:
Capturando esencias anatómicas con asombrosa habilidad, el artista japonés Noriyuki Saitoh construye insectos de tamaño natural utilizando bambú. La versatilidad del material natural brinda una sorprendente variedad de colores y texturas a cada criatura. Y aunque la primera impresión es de insectos que están listos para gatear o volar fuera de la página, Saitoh se compromete a un proceso reflexivo de reducir cada error a sus formas esenciales que dan la impresión de vida.
Como el artista escribe en su sitio web, "dado que no estamos preparando especímenes y réplicas, medimos estrictamente las dimensiones [generales] y priorizamos la apariencia, las impresiones, las características y los sentidos en lugar de las proporciones que se crean exactamente ... realidad a medida que nace una obra si reduces los elementos y dejas espacio para imaginar ".
Saitoh está activo en Twitter y Facebook, donde puedes seguir más de sus creaciones y ver las obras en progreso. (a través de Lustik)
No hay comentarios:
Publicar un comentario