Albert Pastó (de "Viaje a Kalopsia" 2018) |
Tal y como prometí hace unas cuantas entradas, vuelvo a dedicar una a reflexionar sobre eso que denomino Arte de la Enseñanza y Enseñanza del Arte en una serie de artículos específicos.
Creo que vendrá bien complementar el texto con ilustraciones de Albert Pastó, que a decir verdad cobrarán más sentido a medida que leáis y veáis los contenidos de esta entrada, si es que sigue habiendo gente que lea textos tan largos en línea. Ahí queda.
A la espera de saber si puedo o no permitirme el lujo de unas vacaciones, he estado pendiente desde Abril de gestionar todos los trámites pertinentes para conservar mi trabajo docente. El curso pasado, por problemas familiares (atención a dos enfermos terminales y vencimiento de contrato de alquiler con el consiguiente traslado forzoso y precipitado de domicilio -todo muy problemático-) descuidé accidentalmente la solicitud de continuidad en el centro, cosa que por motivos similares descuidó también la dirección de la escuela. En las adjudicaciones provisionales permanecí asignado a mi plaza hasta Julio, cuando en las definitivas aparecía una antigua compañera de más antigüedad que, sin embargo, había solicitado continuidad en otro centro, en otra comarca y en otra especialidad docente. Los no iniciados no entenderéis de qué va ésto, pero es tan simple como que los profesores interinos podemos solicitar la continuidad en el centro a instancias de la dirección del centro, lo que quiere decir que proteges tu plaza de trabajo de posibles traslados de profesores con más antigüedad o más méritos curriculares. Eso está muy bien mientras te proteges tras este parapeto administrativo, pero se supone tácitamente que es tu responsabilidad solicitarlo aunque legalmente sea obligación del centro ofrecerte tal opción, dado que es el centro el que solicita tu continuidad al departament d'ensenyament. En mi caso, por más que reclamé y reclamó la dirección del centro, la plaza ya se había adjudicado a alguien de más antigüedad y ni siquiera su propio desacuerdo podía parar la maquinaria administrativa.
Después de más de doce años preguntándome qué hacía un comiquero, un dibujante, ilustrador, pintor como yo dando clases de Fotografía, había conseguido dejar de infravalorarme y asumir mis propios méritos al tener que defender asignaturas de muy diversos calados, muy a menudo alejadas de la especificidad de mi plaza (Maestro de Taller de Fotografía), que pese a todo se ajustaba coherentemente a mis estudios de Imagen (foto, cine, vídeo en Bellas Artes) y de mi doctorado. Pero he de decir que ahora que ya llevaba años satisfecho de mi calidad como docente de fotografía, cosa que cuesta un esfuerzo notable y gran capacidad de adaptación a las características de los grupos y promociones que van ocupando las aulas año tras año, cualquier cambio de especialidad ya me resultaba problemático, y en consecuencia también a los los alumnos, quienes se merecen profesionales lo más capacitados y cómodos posible. La casualidad y la generosidad del Karma salvaron mi situación el pasado Septiembre optando a ocupar media jornada (algo es algo) de Dibujo Artístico y Color en otro centro con especial interés en cubrir asignaturas del ciclo de Cómic, aunque tan sólo como sustituto hasta Junio, sin posibilidad de reclamar ni ser reclamado por dicho centro. Me limité a disfrutarlo (no sin preguntarme a menudo qué hacía un tío de foto impartiendo cómic, irónicamente) y he de decir que pese a los cambios un tanto estresantes he disfrutado de una experiencia profesional muy satisfactoria que no tengo tiempo ni espacio para comentar al detalle.
A principios de este mes me enteré de que en las adjudicaciones provisionales volvía a mi antiguo centro pero en la especialidad de audiovisuales, con toda la problemática que supone preparase aplicaciones y contenidos nuevos para estar a la altura de la enseñanza pública que siempre he deseado como ciudadano, como estudiante y como docente. A finales de este mismo mes habrían de salir las adjuducaciones definitivas, así que pese a mi alerta, mantenía mis previsiones a la espera de dichos resultados, pero resulta que, con diez días de antelación, ya han sido publicadas y me adjudican medios informáticos en el mismo centro del curso pasado. Vuelta otra vez a desperdiciar todo lo cosechado para reiniciarme como formador específico o a buscar alternativas negociando con la dirección del centro o negociando ésta con los servicios territoriales de educación, bastante ajenos, como es habitual, a las necesidades específicas de este tipo de ciclos formativos artísticos.
Albert Pastó (de "Viaje a Kalopsia" 2018) |
Como sabéis los seguidores habituales de este blog, me dedico a la docencia de ciclos artísticos de grado superior, lo cual suena muy bonito, y lo es sin duda, pero no está exento de problemáticas circunstancias para sus protagonistas, tanto desde el lado de los estudiantes como del de los profesores, muy especialmente si no son interinos acogidos a régimen de continuidad o funcionarios con plaza (y que sea una plaza cuya continuidad no peligre o no desaparezca por cualquier imperativo).
Hace unas dos décadas empecé a alternar mis trabajos en diseño gráfico, ilustración, fotografia (siempre ocasionales, siempre de supervivencia como autónomo o asalariado mercenario) con la docencia en secundaria, como profesor de educación visual y plástica, tecnología y dibujo técnico, en el ámbito de una escuela concertada. De hecho, la empresa privada pagaba la parte correspondiente mi horario en materias de Enseñanza Secundaria Obligatoria, mientras que el Departament d'Ensenyament cubría el concierto de mis horas docentes en el dibujo técnico de Bachillerato.
Era difícil que un único profesor cubriese el equivalente a una jornada completa en un centro de este tipo, y el sueldo, de alrededor de 400 euros (unas setenta y pico mil pesteas de entonces) no daba para gran cosa aunque era posible llevar una vida no excesivamente austera y feliz si uno sabía ajustar su grado de exigencia. Durante este período gestioné mi doctorado y realicé trabajos especializados en escenografías naturalistas en ámbitos zoológicos y museísticos para dar sentido a la base intelectual de mis estudios, que no me preparaban objetivamente para nada concreto (ni siquiera para los conocimientos básicos del dibujo proyectivo de bachillerato, para el que casi todos los profesores provinientes de Bellas Artes nos teníamos que preparar mediante cursos específicos).
Mi especialización en el área de Imagen, como después descubrí, me capacitaba para apuntarme a listas de interinos docentes no sólo en la especialidad de dibujos, sino en algunas especialidades de ciclos formativos artísticos de grado superior. Parece ventajoso, pero he de decir que los licenciados en planes anteriores cuyo título genérico era "Bellas Artes", sin el subtítulo de una especialidad concreta, estaban autorizados a impartir cualquier especialidad en escuelas de ciclos superiores de artes plásticas y diseño, incluídas las específicas, a las que a duras penas estábamos capacitados los especialistas. Además, el criterio de asignación de especialidades docentes a especialidades de licenciatura capacitaba a los especialistas en Imagen a impartir Fotografía, técnica fotográfica como maestros de taller de fotografía (cuyos fundamentos técnicos apenas eran sobrevolados en la facultad, exclusivamente desde una perspectiva analógica mientras los ciclos incluían, aunque tardíamente, contenidos y procedimientos de fotografía digital)), medios informáticos (pese a que todos los de mi generación apenas habíamos visto un ordenador ni usado aplicación alguna durante nuestros estudios), medios audiovisuales (con problemática análoga a la que atañía a la fotografía), diseño de joyería (como si los estudios de imagen capacitasen lo más mínimo para una actividad tan compleja y específica) y diseño de moda y textil (lo que sugiere un comentario análogo al expuesto al respecto de joyería).
La única asignatura que supuestamente podían impartir todos los licenciados en bellas artes de cualquier especialidad (genérica, pintura, escultura, imagen, diseño gráfico) era la de Dibujo en secundaria, algo con una exigencia de nivel en geometría descriptiva que la mayoría de estudiantes de bellas artes detestaba y rehuía por su tecnicismo científico y su supuestamente árida dificultad. Así las cosas, tras haber realizado unos cuantos cursos de gemetría descriptiva para estar a la altura de las necesidades de mis estudiantes de bachillerato para superar las pruebas de selectividad, me apunté a listas de interinos exclusivamente en las especialidades que se me permitían sin demasiadas esperanzas de conseguir nada. Al fin y al cabo, como la mayoría de mis compañeros de facultad, el dibujo y la pintura, así como la escultura y el modelismo a nivel de aficionado, eran lo que me había empujado a plantearme la posibilidad de seguir estudios universitarios artísticos (cosa que hice después de unos años de indecisión paliada por estudios de filología inglesa durante los cuales realicé por mi cuenta diversas incursiones profesionales en el mundo de la ilustración publicitaria y el cómic).
Albert Pastó (de "Viaje a Kalopsia" 2018) |
Los años pasaron y entró el euro en nuestras vidas, y expresiones generacionales como JASP (joven aunque sobradamente preparado, engañoso reflejo de una juventud universitaria con diversos titulos y posgrados universitarios que no implicaban una mejor preparación), Milenial y, la peor de todas, Mileurista, supuesta denuncia de precariedad salarial que llegaba cuando uno ya llevaba mucho tiempo si ver al mes las ciento sesenta y pico mil pesetas que se suponía equivalían a los "despreciables" mil euros. Mis experiencias profesionales como artista plástico polivalente no solían sobrepasar los cuatrocientos o quinientos euros mensuales y muchos quebraderos fiscales de cabeza, además de tareas duras y horarios laborales casi siempre alargados "por amor al arte", en jornadas de muuuuchas horas y sin saber qué es un día libre o un fin de semana.
Recuerdo un intervalo temporal en que dejé mi actividad docente casi por completo para dedicarme a realizar volumetrías y decorados para una empresa de actividades didácticas y educativas durante un par de años hasta que, en contra de las escasas posibilidades de un mundo endémico y limitado (tan sólo 7 escuelas en todo el territorio dependientes del Departament d'Ensenyament de la Generalitat de Catalunya), se me requirió para cubrir una vacante de Medios Informáticos en la Escola d'Art d'Olot, cosa que podía rechazar al no haber solicitado la demarcación de Girona. Mi escasa preparación digital como simple usuario me hacía recelar de mi idoneidad para hacerme cargo de la coordinación informática del centro y mucho menos impartir materias específicas de la especialidad en cualquiera de los ciclos allí impartidos, pero finalmente la lógica administrativa de mi posición en listas y de los argumentos de la jefatura de estudios del centro me convencieron junto a mi necesidad de progreso económico y profesional o, dicho sin tanta rimbombancia, pura supervivencia.
En el centro decubrí que coordinar horarios de profesores es complejo y arduo, y que uno ha de cubrir huecos de módulos (asignaturas) que poco tienen que ver con la especificidad de tu especialidad de contrato (a saber, en mi caso, teoría de la imagen en gráfica publicitaria e ilustración, técnicas de expresión gráfica y proyectos en ilustración y fotografía e infografía en pintura). Sobreviví lo más airoso posible a todo ello no sin esfuerzo y aprendiendo como nunca lo había hecho en mi etapa de estudiante. Pero sobre todo he de destacar que se trataba de un interinaje a curso completo, no una sustitución, y eso me colocaba en una posición ligeramente ventajosa frente a los sustitutos a la espera de un interinaje y que sobreviven a base de esporádicos períodos de trabajos diversos en diveros centros del territorio.
Albert Pastó (de "Viaje a Kalopsia" 2018) |
Los sustitutos viven bajo la presión de preparar los contenidos específicos de sus clases, pero también con la tácita relajación de ser apenas inspeccionados o evaluados una vez acaban sus contratos (contratos, como en el caso de los interinos, sin derecho a idemnización o liquidación alguna). No obstante, es este colectivo el más informado acerca de los requisitos legales para elaborar programaciones ajustadas a los requisitos legales vigentes, dado que los profesores funcionarios de carrera, con una plaza adquirida por oposición, suelen considerar que ya lo han dado todo en la superación de dichas oposiciones y su grado de actualización depende exclusivamente de su curiosidad o de su inicitiva personal.
Precisamente a la busca de alguien con un perfil de capacitación digital, se me requirió como maestro de taller de fotografía en la Escola d'Art de l'Hospitalet, cosa que me convenía por poder volver a acercarme a mi domicilio en Barcelona, pero lo cierto es que, no por falsa modestia, volvía a tener dudas sobre mi preparación personal para preparar a futros profesionales de la fotografía artística. De nuevo comprobé que habría de cubrir varios y heterogéneos huecos de materias en ciclos diversos, dado que no es posible ajustar el número de profeores a las necesidades docentes del centro, y tan sólo los profesores con plaza y los interinos más veteranos habían conseguido adecuar sus preferencias docentes con lo que impartían en el centro, y habían pasado casi doce años desde la última convocatoria de plazas docentes en ciclos artístios superiores. Por ello no debe sorprendernos que un profesor con estudios especializados en pintura acabe por obtener una plaza como especialista en diseño gráfico para después pasarse años impartiendo contenidos en el ciclo de Fotografía. Normalmente se debe a una enriquecedora polidisciplinaridad del docente, lo que dice mucho a su favor, pero también puede ocurrir que una noción un tanto superficial del alcance de los contenidos desvirtúe tanto a estos como al criterio de calidad respecto a las exigencias mínimas a un profesional o un docente de una especialidad concreta. No es posible, por más que así se constate legalmente, que dicha capacitación, ambiguamente posicionada entre la profesional y la docente (no es lo mismo ser buen fotógrafo profesional que buen profesor de fotografía) se confirme mediante la superación de una pruebas de selección, unas oposiciones, diseñadas como una gincana emocional destinada a perjudicar el rendimiento de profesores en activo, que sólo pueden vivirlas como una dura e implacable reevaluación de sus capacidades, aunque dicha definición no sea cierta en absoluto.
Cuando llegaron las tan ansiadas y temidas oposiciones (en muy diversas ocasiones, así que hablo con cierta veteranía y experiencia), comprobé varios hechos significativos:
- El procedimiento de las pruebas se basa en un esquema obsoleto y estresante para el interesado
- Dicho sistema no garantiza que quien supera las pruebas sea realmente el más capacitado para desarrollar los contenidos de forma eficiente en un entorno real de clase.
- La antigüedad como sustituto o interino pesa mucho sobre la puntuación final de las pruebas.
- La experiencia docente en la enseñanza concertada está injustamente infravalorada.
- Tener un doctorado cuenta muy poco en el baremo de méritos.
- Las experiencias profesionales en ámbitos relacionados con la especialidad a la que se opta no tienen peso alguno en el baremo de méritos (tampoco lo tiene el hecho de haber impartido cursos de aplicaciones digitales -por ejemplo- a profesionales de las artes aplicadas, pero sí lo tiene el haberlos impartido a profesores en cursos reconocidos oficialmente, en cuyo caso te cuentan exactamente el mismo baremo de puntos que a aquellos a los que se lo has impartido)
Los años, como digo, han ido pasando combinando mi propia pasión por la imagen y la fotografía con el estudio de contenidos específicos pero a la vez muy polidisciplinares (algo supuestamente deseable en un profesional de cualquier índole hoy en día) y su desarrollo y difusión a través de un sitio en línea sobre mis actividades docentes y este otro que estáis leyendo sobre mis divagaciones sobre arte y ciencia, arte, enseñanza y percepción, y, más específicamente, antrozoología artística.
Me he pasado el último curso esforzándome en motivar a un exiguo y decreciente grupo de alumnos de 1º de Cómic y en optimizar resultados con un grupo discreto de alumnos de 2º del mismo ciclo. He disfrutado y he padecido, como siempre, y como siempre he aprendido mucho de dichos alumnos, sea de sus visrtudes o de sus defectos, y me he vuelto a enfrentar a un nuevo, traumático y absurdo proceso de oposición que ofertaba una única plaza y que ni siquiera ha valorado mi esfuerzo por aportar opciones alternativas del mundo audiovisual y la fotografía en el ámbito del dibujo artístico, por lo que de nada me ha valido obtener más de un nueve en el apartado teórico, sin opción siquiera a defender una programación elaborada sobre el terreno durante todo el curso.
Albert Pastó (de "Viaje a Kalopsia" 2018) |
Al final, supongo que lo único que queda de nuestro trabajo, que se diluye en el tiempo, es lo que pueda haber trascendido al trabajo de nuestros alumnos, y aunque ahora se me abre una nueva etapa no exenta de incertidumbre, quiero dejar constancia de lo que he estado desarrollando a través de los otros auténticos protagonistas de todo este proceso.
Por ello, y antes de dedicarles una serie de entradas con comentarios específicos, quiero ofreceros unas muestras de proyectos integrados de este pasado curso de 2º de Còmic en la Escola d'Art Pau Gargallo de Badalona, ya que es lo único que tiene un cierto sentido de todo lo hasta ahora expuesto.
Mafa Alborés.
Cómics de Alumnos (Badalona 2017-18):
Jason Sánchez:
Eros Marcos:
Gerard Vicedo:
Albert Pastó:
Germán Labrador:
Sara Márquez:
Lena:
Diego Urios:
Entradas relacionadas:
El Arte de la enseñanza y la enseñanza del arte (III). Humanidades versus Ciencias según Edward Osborne Wilson.
Enseñanza y simulacro (El arte de la enseñanza y la enseñanza del arte (II))
El Arte de la Enseñanza y la enseñanza del arte. Arte y supervivencia.
El arte de la enseñanza y la enseñanza del arte (I)
Arte y ciencia: Metodologías artísticas en la ecología de los medios. Matthew Fuller.
Scott McCloud. El arte de la enseñanza y la enseñanza del arte.
El arte de la enseñanza y la enseñanza del arte
Tècniques d'Expressió Gràfica al cicle de Grau Superior de Còmic.
ANNEX A TÈCNIQUES D'EXPRESSIÓ GRÀFICA AL CICLE DE GRAU SUPERIOR DE CÒMIC per Mafa Alborés
Fotografía y técnicas de expresión gráfica. Transversalidad entre fotografía, cómic, animación audiovisual y gràfica audiovisual
Ante la adversidad, todos somos superhéroes. Superhéroes Fotográficos. Un proyecto reivindicativo de las Enseñanzas Artísticas desde la EASD de L'Hospitalet.
Concept Art de Sofía Medina para Romeo, el lobo negro documentado por Nick Jans.
“Tocando con luz objetos cotidianos”. Ana Lucía Sánchez-Stone.
http://lab.cccb.org/ca/el-subjecte-precari-treballadors-culturals-en-lera-digital/
http://serraiabella.blogspot.com.es/2017/07/fotografia.html
http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/search?q=escola+serra+i+abella+ense%C3%B1anzas+art%C3%ADsticas
http:// www.christophniemann.com/
http://www.diegomallo.com/
http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/search?q=el+arte+de+la+ense%C3%B1anza+y+la+ense%C3%B1anza+del+arte
http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/search?q=el+arte+de+la+ense%C3%B1anza+y+la+ense%C3%B1anza+del+arte&updated-max=2014-01-13T18:29:00%2B01:00&max-results=20&start=2&by-date=false
http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/search?q=el+arte+de+la+ense%C3%B1anza+y+la+ense%C3%B1anza+del+arte&updated-max=2012-10-04T12:59:00%2B02:00&max-results=20&start=4&by-date=false
Enlaces de interés:
LA VOZ DEL ANIMAL INVISIBLE: Enseñanza y simulacro (El arte de la enseñanza y la enseñanza del arte (II))
http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/2014/03/ensenanza-y-simulacro-el-arte-de-la.html
13 Ene 2014
Hace un tiempo empecé a elaborar una entrada que pretendía ser el inicio
de una serie dedicada al Enseñanza del Arte y al Arte de la Enseñanza.
Llegué a publicarla pero la retiré para reformarla (básicamente
extraer ...
21 May 2012
El bloque inicial facilitado por el seminario “Monstruos, plagas y quimeras” coordinado por Pau Alsina y
Raquel Renó en la UOC plantea la existencia de tres momentos paradigmáticos en la historia a la hora de dilucidar las ...