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domingo, 15 de noviembre de 2015

Vida marina imaginada en vidrio por Steffen Dam (Artistas que observan el discurso expositivo de los Museos de Historia Natural II)


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La estética de ejemplares conservados para Gabinetes de Curiosidades y colecciones zoológicas por el artista del vidrio Steffen Dam
Escanogramas de Luis Castelo
Adam Summers
Continuamos con Artistas que observan el discurso expositivo de los Museos de Historia Natural, conectando con lo que hasta ahora habíamos comentado a propósito de las Obras de Adam summers y Iori Tomita, complementado por precedentes de nuestra propia producción y sobre todo por los trabajos similares aunque dispares de Marcel·lí Antúnez, Luis Castelo y otros. En esta ocasión nos centramos en los trabajos del danés Steffen Dam, de cuya obra tenemos noticia gracias al comentario que Christopher Jobson le dedica en COLOSSAL, a propóxito de la exposición de sus peculiares piezas de vidrio en en la Chicago SOFA y en la Galería Joanna Bird.

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Las piezas, de carácter escultórico, son elaboradas con técnicas específicas de la artesanía del vidrio,  técnicas en las que Dam se ha especializado, y cuyas aplicaciones ornamentales ha llevado hacia los recursos estéticos de las exposiciones zoológicas de ejemplares marinos en los Museos de Historia Natural y gabinetes de curiosidades, aquellas en las que los ejemplares de tejidos delicados y esqueletos igualmente frágiles o inexistentes son preservados en soluciones líquidas asépticas y transparentes que permiten su visionado a través de recipientes de cristal. 
Las preparaciones en formol o en glicerina son algo habitual en las colecciones de museos y centros de investigación biológica, que tanto especialistas como profanos asocian visualmente a las vitrinas que preservan la integridad de las piezas de arte, al tiempo que nos remiten a la fascinación que produjeron los primeros acuarios transparentes y cuya tradición sigue atrayendo espectadores a este tipo de exposiciones con ejemplares vivos. Además, si observamos la disposición de vitrinas horizontales o verticales y de colecciones expuestas en estantes verticales o mostradas a la manera de pinturas enmarcadas y preservadas, nos damos cuenta de que la idea que domina estos recursos expositivos del arte y de la ciencia (o mejor dicho, de las artes aplicadas a la exposición de ejemplares de interés científico) es la idea de la Ventana, la ventana de aproximación y focalización de aspectos particulares del mundo que percibimos, no siempre con tanto detalle.
Pócimas y ejemplares botánicos en el Museo de la Brujería  (Segovia)
Una vez que el público conoce y entiende las pautas de dicho discurso, al asimilarlas a un hábito en cuyo contexto habitual las piezas remiten a una realidad científica, dichas pautas se convierten en algo manipulable de forma tan engañosa como esclarecedora. El mejor ejemplo lo constituiría la exposición Fauna Secreta, de Pere Formiguera y Joan Fontcuberta, pero ya hemos hecho referencia a propuestas expositivas de diferente calado como las del Museo de la Brujería de Segovia, ideadas por Sandro Alviani y para quien llegamos a elaborar simulaciones de ejemplares feéricos conservados en formol o disecados.


La reducción de la materia orgánica, antes viva, a material vestigial, expositivo, objeto de manipulación y tergiversación por parte del falsificador o del artista, queda especialmente bien expuesta y aprovechada en "La vida sin amor no tiene sentido" del polifacético y polidisciplinar Marcel·lí Antúnez, quien utiliza material orgánico procedente de carnicerías para recrear piezas escultóricas turbadoras que precisan ser preservadas en matraces transparentes. En las piezas de Antúnez, al estar creadas con material auténticamente orgánico, la presencia de líquidos asépticos no es una simulación. Son realmente necesarios, como en las auténticas muestras científicas, para la integridad del contenido de los matraces. En el caso de mis piezas para las exposiciones temáticas de Alviani, se trataba de simulaciones: las esculturas se mostraban inmersas en líquidos para crear una ilusión en el espectador (he de decir que, en algunos casos, el agua esterilizada dotaba al látex natural que barnizaba las piezas, de una textura y un aspecto translúcido muy oportuno para imitar de forma realista una piel creíble para los "ejemplares" expuestos). Otros artistas han recurrido a diversas técnicas que ofrecen el aspecto de un ejemplar tridimensional preservado en un contenedor transparente, y dudamos que el Arte o los oficios artísticos aplicados dejen de producir piezas que recurran a esta particular manera de ver las cosas mientras se sigan vendiendo paisajes nevados en bolas de cristal en las tiendas de souvenirs. Los terrarios, acuarios y acuaterrarios reponden también a este, diríamos, deseo de poseer un fragmento de ecosistema con las criaturas que contiene.
Lo que algunos ejemplares de Summers o Tomita evidencian, es que las especies marinas son particularmente oportunas para ser mostradas en este tipo de contenedores de preservación, por su analogía con las peceras y acuarios de cristal o metacrilato. En el caso de invertebrados, especialmente cefalópodos, gusanos y medusas, el líquido de preservación no sólo recuerda al agua de mar que normalmente habitan, o a la que contendrían los acuarios que los conservarían vivos en cautividad, sino que posee la materialidad y translucidez propia de animales constituidos básicamente por agua, y que, como la gelatina, prácticamente desaparecerían si los deshidratásemos. Lo difícil, además, de mostrar ejemplares de este tipo, como medusas o pulpos, es que la distribución de sus órganos y su apariencia general no ofrezca distorsiones o deformaciones, que no se desordenen visualmente y aparezcan ante el observador como si realmente se moviesen con naturalidad en su medio líquido. Una medusa conservada en glicerina que aparente su movimiento natural y que no muestre un cuerpo deformado tentáculos desordenados es una obra de arte aplicado, porque consigue expresar algo de su condición biológica más allá del triste aspecto ofrecido por un mero despojo. Steffen Dam, muy consciente de todo lo hasta ahora expuesto, fascinado desde niño por las ilustraciones científicas, los gabinetes entomológicos y las exposiciones museísticas, aprovecha sus estudios en técnicas artísticas del vidrio para elaborar piezas translúcidas en diversas tonalidades que nos recuerdan al delicado aspecto de ciertas especies marinas, y las "sumerge" en vidrio contenido en frascos y matraces propios de los gabinetes de curiosidades biológicas. De nuevo las piezas parecen estar en su propio medio, como si estuvieran vivas. En el caso de las obras de Dam, además, al tratarse de esculturas de vidrio sumergidas en vidrio, la metáfora visual se acerca a la pura verdad.

Mafa Alborés


En el artículo que mencionábamos, Christopher Jobson nos informa:

(Exquisitos especímenes de vida marina imaginados en Vidrio por Steffen Dam 
por Christopher Jobson en 09 de noviembre 2015 steffan-5)

Todas las imágenes cortesía de la Galería Joanna Bird a menos que se indique lo contrario

Cuando era niño, al artista danés Steffen Dam le encantaba estudiar detenidamente la colección de libros científicos y los gabinetes de insectos de sus abuelos. Esta fascinación de cómo catalogar y comprender el mundo natural siguió a través de su carrera artística con vidrio, donde Dam crea "Gabinetes de Curiosidades" altamente detallados que imitan muestras oceánicas suspendidas en jarras y placas de vidrio. Las piezas se muestran normalmente en el interior de cajas de luz para iluminar mejor cada detalle desde los tentáculos frágiles de una medusa al broche de oro de las burbujas que parecen bailar alrededor de muchos de sus ejemplares. Una cita del ensayo de David Revere McFadden Entre el arte y la naturaleza, El vidrio de Steffen Dam:

    
Steffen Dam invita al espectador a disfrutar no sólo de la belleza de sus "ejemplares", sino también a reflexionar sobre el significado de la naturaleza como un espejo de la mente y el espíritu humanos. Dam ha "capturado" la naturaleza en su obra, pero él asiduamente evita la simple imitación de la vida; el artista se aleja de lo que él califica como "trucos baratos en vidrio." Él busca de lograr un "equilibrio entre la ficción y la realidad." Aunque su obra es en modo alguno utilizada para servir como herramientas pedagógicas, como 
a menudo lo fueron los especímenes de "gabinetes de curiosidades ", están destinadas a hacer cómplice al ojo y estimular la imaginación. El conocimiento sobre las formas, estructuras, superficies y colores de verdaderos especímenes naturales no se va a encontrar en las pantallas de Dam de cilindros de cristal, sino que otro tipo de conocimiento -el de la poesía visual de infinitamente variadas formas- se ofrece libremente. Las pequeñas criaturas de Dam, aunque congeladas en vidrio, nos recuerdan cómo leemos e interpretamos tanto el tiempo como el cambio. 


Dam tuvo recientemente varias piezas expuestas en la Chicago SOFA Expo a través de Heller Gallery. También pueden verse varias obras adicionales en Joanna Bird.


Exquisite Marine Life Specimens Imagined in Glass by Steffen Dam

All images courtesy Joanna Bird Gallery unless otherwise noted
As a child, Danish artist Steffen Dam loved poring over his grandparents’ collection of scientific books and cabinets of insects. This fascination of how we catalogue and understand the natural world followed through to his artistic glass career, where Dam creates highly detailed “Cabinets of Curiosities” that mimic oceanic specimens suspended in glass jars and plates. The pieces are usually displayed inside light boxes to better illuminate every minute detail from the fragile tentacles of a jellyfish to a flourish of bubbles that seem to dance around many of his specimens.
A quote from David Revere McFadden’s essay Between Art and Nature, The Glass of Steffen Dam:
Steffen Dam invites the viewer to relish the sheer beauty of his “specimens,” but also to reflect on the meaning of nature as a mirror of the human mind and spirit. Dam has “captured” nature in his work, but he assiduously avoids simple imitation of life; the artist shies away from what he refers to as “cheap tricks in glass.” He seeks to strike a “balance between fiction and reality.” While his work is in no way intended to serve as pedagogic tools, as specimens in “cabinets of curiosities” often were, they are intended to engage the eye and stimulate the imagination. Knowledge about the forms, structures, surfaces, and colors of true natural specimens is not to be found in Dam’s displays of crystal cylinders, but another kind of knowledge—that of the visual poetry of endlessly varied forms—is freely offered. Dam’s little creatures, although frozen in glass, remind of how we read and feel both time and change.
Dam most recently had several pieces on view at Chicago’s SOFA Expo through Heller Gallery. You can also see several additional works at Joanna Bird.
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Photo by Christopher Jobson for Colossal / SOFA Expo Chicago
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Courtesy Heller Gallery

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