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Las 53 estaciones de la Tokaido, por Utagawa Kuniyoshi |
Ya constituye casi un tópico para los estudiosos de la iconografía animal constatar que a día de hoy las imágenes que más proliferan en interenet son las de gatos.
Tal vez habría que comprobar el dato y cerciorarnos de hasta qué punto es cierto o no, pero el hecho de que a nadie parezca sorprenderle posiblemente sea suficientemente sintomático. Los gatos proliferan en internet en fotos, en vídeos, en memes, en dibujos y en manifestaciones gráficas de todo tipo, ya sean humorísticas, de talante animalista, tiernas, mordaces, sentimentales...
Posiblemente la explicación radique en que los cachorros de los mamíferos peludos, incluyendo a los de loa gatos, siguen constituyendo un reclamo escópico sencillo basándose en la eficacia de sus rasgos neoténicos y en la suave blandura y calidez de sus cuerpos, pero también es cierto que los gatos ganan con creces a las demás especies porque son el animal doméstico por excelencia y paradójicamente también el animal indómito por antonomasia. La conexión entre los instintos salvajes, de fácil asilvestramiento, y las preferencias acomodaticias de la vida doméstica son bien conocidas en los gatos. Constituyen un puente entre la vida doméstica y la vida salvaje, pero además los felinos, salvo escasas excepciones como los leones, no son gregarios, sino solitarios e independientes, algo que nos sugiere una especie de envidiable autosuficiencia.
Además de lo expuesto, los gatos son ataractivos plásticamente por su sinuosidad anatómica, por su agilidad que percibimos como elegante, eficaz y precisa. Por su carácter intrépido y curioso, por su versatilidad y por su estatus depredador.
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Además de la información extraída de wikipedia y otras fuentes, queremos ofreceros una selección de imágenes correspondientes a obras del artista protagonizadas de un modo u otro por animales, pero, sobre todo, queremos hacer hincapié en la gran cantidad de apuntes y observaciones sobre gatos en su comportamiento doméstico tanto como su uso de gatos con comportamientos antropomorfizados.
En todos los casos queda patente el carácter observador y concienzudo de Kuniyoshi, su meticulosa observación anatómica para conseguir verosimilitud en las criaturas representadas, pero también es patente el esfuerzo por adaptar a la composición la armonía de líneas y colores propias de la estampa japonesa y de su búsqueda de un mundo antural ideal y armónico, más presente en una idealización espiritual que en la realidad que el arte aspira a transformar.
En el caso de su obsesiva preferencia por los gatos como modelo de observación, hemos encontrado un excelente artículo en Gatos y Respeto que reproducimos a continuación de la selección de obras del autor protagonizadas por animales reales, animales reales tratados de forma idealizada o fantástica o directamente por animales fantásticos o mitológicos. Hemos eludido aquí sus múltiples imágenes constumbristas, humorísticas, históricas y antropológicas, a excepción de aquellas que muestran animales que adquieren un cierto protagonismo temático o compositivo.
Mafa Alborés
Utagawa Kuniyoshi (歌川国芳?) (Edo, 1 de enero de 1798 – Ibidem, 14 de abril de 1861) fue uno de los últimos maestros japoneses de la técnica del ukiyo-e en la impresión xilográfica y pertenecía a la escuela Utagawa.
Kuniyoshi nació en 1798, siendo hijo de un tintorero de seda y con el nombre original de Yoshisaburō. Al parecer ayudó a su padre en su negocio y se sugiere que esta experiencia influyó en sus diseños textiles y en el uso del color en sus impresiones. Se dice que a la edad de siete u ocho años Kuniyoshi quedó impresionado por la vista de impresos sobre guerreros y los artesanos y plebeyos, lo que marcó su evolución posterior.
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Oniwakamaru mata a una carpa gigante. |
A pesar de su comienzo prometedor, Kuniyoshi fue incapaz de crear muchas obras entre 1818 y 1827, debido probablemente a la falta de encargos de los editores y la competencia dentro de la escuela Utagawa. Sin embargo, durante ese periodo, realizó impresiones de mujeres bijinga y experimentó con patrones textiles y efectos de luz y sombra del arte occidental, aunque sus intentos mostraban más imitación que compresión real de esos principios.
Su situación económica se volvió insostenible y tuvo que empezar a vender tatamis usados. Durante los años 1820, Kuniyoshi realizó trípticos heroicos donde se mostraban las primeras señales de un estilo propio. En 1827, recibió su primer encargo importante para la serie Tūszoku Suikoden gōketsu hyakuhachinin no hitori, que estaba basada en un cuento popular chino, el Shuihu zhuan. En esta serie, Kuniyoshi dibujó héroes en solitario en hojas individuales, ilustrando los tatuajes de sus personajes, una novedad que influenciaría la moda de Edo. La serie Suikoden llegó a ser muy popular en Edo y se incrementó la demanda de impresiones de guerreros de Kuniyoshi, consiguiendo entrar en círculos literarios y de ukiyo-e.
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Durante las reformas Tempō de 1841 a 1843, se prohibieron oficialmente la ilustraciones de cortesanas y actores en el ukiyo-e y ello pudo haber influido en la producción de caricaturas (giga-e) de Kuniyoshi, que se utilizaban para disfrazar a actores y cortesanas reales. También servían como críticas simbólicas y humorísticas al Shogunato y se convirtieron en populares entre el público insatisfecho por la política.
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A finales de los años 1840, Kuniyoshi comenzó de nuevo la ilustración de actores, evitando la censura a través de retratos infantiles o caricaturas de actores de kabuki famosos, como el Nitakaragura kabe no mudagaki. En 1856, Kuniyoshi sufrió una parálisis que le impedía mover sus miembros con facilidad. Sus trabajos a partir de ese momento eran más débiles en el uso de la línea y menos vitales. Antes de su muerte en 1861, Kuniyoshi pudo presenciar la apertura del puerto de Yokohama a los extranjeros y en 1860 realizó dos obras representando occidentales en la ciudad. Kuniyoshi murió en marzo de 1861 en su casa de Genyadana.
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Gato casero |
Los muchos gatos de Utagawa Kuniyoshi
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Tres gatos de fiesta
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Diversión, la primera nevada |
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Dos gatos como luchadores de sumo |
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Siete de Las Cien Fisionomías |
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Gatos músicos |
Se cree que los primeros gatos domésticos llegaron a Japón a mediados del siglo VI al mismo tiempo que los textos budistas, para protegerlos contra los ratones.
La primera mención del gato doméstico aparece en el diario del emperador Uda (867-921), donde habla de un gato negro que llegó de China en 884.
El primer nombre conocido de una gata en Japón es Myobu no Otodo, que significa Primera Dama del Palacio Interior. La aristocrática felina pertenecía al emperador Ichijo (980-1011), tenía un rango en la corte y llevaba un collar rojo. El dibujo más antiguo de un gato en Japón se debe a Toba no Sojo (1053-1140) y forma parte de un pergamino narrativo. A partir de esa época parece que el gato empezó a ser habitual en los hogares japoneses.
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Chojugiga, de Toba no Sojo (s. XII) |
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Gatos y cerezo en flor |
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Gato ladrón |
Uno de sus dibujos más famosos es un tríptico titulado “Gatos sugeridos como las 53 estaciones de la Tokaido”, donde cada gato representa una etapa de la carretera que une Tokio con Kioto. Diez años antes, entre 1833 y 1834, el famoso artista Hirogishe realizó una serie de 53 impresiones titulada “Las cincuenta y tres estaciones de la Tokaido”, que tuvo un enorme éxito. Utagawa Kuniyoshi decidió sustituir los paisajes por gatos a modo de broma.
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Las 53 estaciones de la Tokaido |
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Gatos formando el carácter “pez gato” |
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Niño con gato |
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Proverbios |
Utagawa Kuniyoshi.
https://es.wikipedia.org/wiki/Utagawa_Kuniyoshi
https://gatosyrespeto.org/2017/08/10/los-muchos-gatos-de-utagawa-kuniyoshi/
https://gatosyrespeto.org/2016/02/04/los-gatos-cambiantes-o-bakeneko-de-japon/
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