Siguiendo la estela de las formas vegetales de Darryl Cox fusionadas con su marcos de madera labrada, nos vamos ahora del mundo de la escultura haciendo un guiño a la pintura para adentrarnos en al fotomontaje digital con cierto aire de ilustración inspirada en la pintura surrealista. De nuevo las formas vegetales reivindican el espacio en nombre de la Naturaleza, y ese espacio que reivindican es el espacio humano, el reino del artificio. Por alguna razón, las formas orgánicas del crecimiento vegetal siguen siendo una potente metáfora visual de lo natural como opuesto a lo artificial, y así lo constatan las imágenes de Carl Redback, un fotógrafo y editor digital de imágenes sin duda habilidoso y eficaz que habría hecho las delicias de los directores artísticos de campañas discográficas de rock progresivo y sinfónico en los años setenta.
Para poneros en contexto, os ofrezco algunas muestras de otras de sus series, dominadas por la ironía y un poco disimulado sentido del humor volcado en exponer las vergüenzas de la naturaleza humana, y comprenderéis que sus personajes invadidos por la vegetación, la razón por lo que lo traemos a las páginas del animal invisible, son tan sólo un experimento más dentro de su producción, no especialmente extraordinaria, pero sí lo suficientemente llamativa para nuestras habituales selecciones sobre la intrusión de la biología en los motores temáticos del arte.
Dado que ha sido esta serie de personas devoradas por la madre naturaleza lo que ha motivado su presencia, no quiero dejar de mencionar que ha sido gracias a una entrada original de CulturaInquieta que he sabido de ella, lo que me ha llevado a buscar más información acerca de otros trabajos de Redback para contextualizar un poco más las que hoy os ofrezco, así que reproduzco su comentario con los links correspondientes a este siempre interesante sitio web de divulgación cultural y artística.
Redback, con estas imágenes, nos hace pensar en los cuadros de Arcimboldo a la vez que de forma sencilla y contundente, con recursos deigitales no excesivamente sofisticados, establece una relación entre los sujetos retratados y su vínculo a menudo olvidado (o nostálgicamente evocado) en su habitual entorno urbano. La serie lleva por título "Bárbol" en referencia al personaje de "El Señor de los Anillos" de J.R.R. Tolkien, cuya estampa clásica ilustrada por Alan Lee ya evocaba a Arcimboldo y a los árboles que cobran vida animada en los cuentos de hadas o en el país de las maravillas de Alici y Lewis Carrol.
Retratos de personas devoradas por la Madre Naturaleza
El artista digital y fotógrafo francés Carl Redback es el prodigioso individuo que hay detrás de la llamativa serie "Bárbol".
En ella realiza retratos de personas normales, y después los mezcla digitalmente con diversos elementos botánicos, follaje y materia vegetal mediante Photoshop.
Mira de cerca y te darás cuenta de como las afiladas espinas pinchan dolorosamente la piel, mientras que las raíces y las ramas crecen como quieren saliendo de cuencas de los ojos.
Si bien los híbridos de Redneck hacen dudar a nuestra vista y nos inquietan, también sirven como recordatorio de nuestra conexión con el mundo natural. Una conexión que (debido al rápido desarrollo de la tecnología) es más débil y distante cada día.
Mira de cerca y te darás cuenta de como las afiladas espinas pinchan dolorosamente la piel, mientras que las raíces y las ramas crecen como quieren saliendo de cuencas de los ojos.
Si bien los híbridos de Redneck hacen dudar a nuestra vista y nos inquietan, también sirven como recordatorio de nuestra conexión con el mundo natural. Una conexión que (debido al rápido desarrollo de la tecnología) es más débil y distante cada día.
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