Fotografía antrozoológica. Fotógrafos que captan animales con personas (I)
Katerina Plotnikova:
https://500px.com/katerina_plotnikova
https://www.facebook.com/KaterinaPlotnikovaPhotography
Iniciamos una serie de entradas dedicadas a trabajos fotográficos que muestran animales humanos en contacto directo con otras especies animales. Sabemos que existen infinidad de ejemplos, pero queremos destacar aquellos trabajos en que la especie animal, preferiblemente, no sea doméstica (aunque se trate de ejemplares salvajes más o menos domesticados) y cuya interacción resulte llamativa o insólita. El motivo de esta selección de trabajos es el comentarior que habíamos hecho anteriormente acerca de la obra de Gregory Colbert, caracterizado precisamente por intentar este tipo de situación idílica de armonía interespecies, y preferentemente cuando una de las especies es la humana.
Parece que se trate de photoshop, pero Katerina Plotnikova, fotógrafa rusa que no retoca sus imágenes, una fotógrafa de la verdad a la vieja usanza, crea sus retratos con animales salvajes peligrosos y modelos intrépidos, con lo que la objetividad fotogáfica se ve afectada por el onirismo de sus imágenes, que nos remiten al mito de un paraíso terrenal en que todas las criaturas viven en armonía, en la línea de los trabajos de otros fotógrafos ya comentados anteriormente (y nos referimos muy especialmente a Gregory Colbert)
Al parecer, las fotos se hacen bajo la supervisión de entrenadores de animales salvajes reales para, por ejemplo, conseguir extraordinarias fotos con el oso (símbolo de Rusia y de la ancestral fuerza primaria) que abraza a la frágil princesa, venados, tigres, y muchos otros.
De cualquier forma, es evidente que tratar a Plotnikova de fotógrafa "de la verdad" o fotógrafa objetiva es una licencia irónica por mi parte, puesto que su montaje no es digital sino escénico, real. No obstante, las imágenes resultantes son tan artificiosas como un fotomontaje, e intencionadamente oníricas, intentando plasmar una deseable utopía de armonía y amistad interespecies.
Si tomásemos a Gregory Colbert como paradigma de esta línea de proyectos (a lo cual, por supuesto, no estamos obligados) la primera diferencia notable es el recurso del color. El blanco y negro de Colbert busca una atmósfera intencionadamente fotográfica, documental (aunque su excesiva postproducción nos remita al dibujo, como ya hemos comentado en su momento) mientras que las fotografías a color de Plotnikova nos recuerdan a ilustraciones o pinturas simbolistas o surrealistas. Además, mientras que Colbert preferentemente fotografía a personas que mantienen un contacto real y cotidiano con los animales a los que acompañan en las fotos, constatando un vínculo con la fotografía documental, Katerina Plotnikova provoca artificialmente la coincidencia en la escena fotográfica de las diferentes criaturas, en búsqueda, precisamente, de documentar un sueño antrozoológico.
He extraído la referencia de Bashny.Net, y he reproducido intencionadamente el encabezado de la entrada original (de la que facilito el enlace para que podáis visitarla con su texto "original" -el ecomillado se debe a que evidencia una traducción automática poco afortunada y no referenciada-) porque me parece llamativo el titular que reclama la atención del navegante cibernético a través del peligro potencial que asumen los modelos a instancias de las severas exigencias de la impía fotógrafa. No dudo que sea cierto en cualquier caso, especialmente las fotos con el ciervo o con el oso (y conste que cualquier animal aparententemente pacífico puede ocasionar lesiones) pero no deja de ser curioso que, en vez de disfrutar de las pacíficas visiones que la artista se esfuerza en mostrar, el cronista reclame vistas a su publicación apelando a un cierto tremendismo amarillista que sugiere violencia y peligro, lo cual confirma, como veremos en próximas entradas, que los animales invocan por igual al miedo y al amor.
Mafa Alborés.
extraído de : http://bashny.net/t/es/273700
Katerina Plotnikova:
https://500px.com/katerina_plotnikova
https://www.facebook.com/KaterinaPlotnikovaPhotography
Iniciamos una serie de entradas dedicadas a trabajos fotográficos que muestran animales humanos en contacto directo con otras especies animales. Sabemos que existen infinidad de ejemplos, pero queremos destacar aquellos trabajos en que la especie animal, preferiblemente, no sea doméstica (aunque se trate de ejemplares salvajes más o menos domesticados) y cuya interacción resulte llamativa o insólita. El motivo de esta selección de trabajos es el comentarior que habíamos hecho anteriormente acerca de la obra de Gregory Colbert, caracterizado precisamente por intentar este tipo de situación idílica de armonía interespecies, y preferentemente cuando una de las especies es la humana.
Parece que se trate de photoshop, pero Katerina Plotnikova, fotógrafa rusa que no retoca sus imágenes, una fotógrafa de la verdad a la vieja usanza, crea sus retratos con animales salvajes peligrosos y modelos intrépidos, con lo que la objetividad fotogáfica se ve afectada por el onirismo de sus imágenes, que nos remiten al mito de un paraíso terrenal en que todas las criaturas viven en armonía, en la línea de los trabajos de otros fotógrafos ya comentados anteriormente (y nos referimos muy especialmente a Gregory Colbert)
Al parecer, las fotos se hacen bajo la supervisión de entrenadores de animales salvajes reales para, por ejemplo, conseguir extraordinarias fotos con el oso (símbolo de Rusia y de la ancestral fuerza primaria) que abraza a la frágil princesa, venados, tigres, y muchos otros.
De cualquier forma, es evidente que tratar a Plotnikova de fotógrafa "de la verdad" o fotógrafa objetiva es una licencia irónica por mi parte, puesto que su montaje no es digital sino escénico, real. No obstante, las imágenes resultantes son tan artificiosas como un fotomontaje, e intencionadamente oníricas, intentando plasmar una deseable utopía de armonía y amistad interespecies.
Si tomásemos a Gregory Colbert como paradigma de esta línea de proyectos (a lo cual, por supuesto, no estamos obligados) la primera diferencia notable es el recurso del color. El blanco y negro de Colbert busca una atmósfera intencionadamente fotográfica, documental (aunque su excesiva postproducción nos remita al dibujo, como ya hemos comentado en su momento) mientras que las fotografías a color de Plotnikova nos recuerdan a ilustraciones o pinturas simbolistas o surrealistas. Además, mientras que Colbert preferentemente fotografía a personas que mantienen un contacto real y cotidiano con los animales a los que acompañan en las fotos, constatando un vínculo con la fotografía documental, Katerina Plotnikova provoca artificialmente la coincidencia en la escena fotográfica de las diferentes criaturas, en búsqueda, precisamente, de documentar un sueño antrozoológico.
He extraído la referencia de Bashny.Net, y he reproducido intencionadamente el encabezado de la entrada original (de la que facilito el enlace para que podáis visitarla con su texto "original" -el ecomillado se debe a que evidencia una traducción automática poco afortunada y no referenciada-) porque me parece llamativo el titular que reclama la atención del navegante cibernético a través del peligro potencial que asumen los modelos a instancias de las severas exigencias de la impía fotógrafa. No dudo que sea cierto en cualquier caso, especialmente las fotos con el ciervo o con el oso (y conste que cualquier animal aparententemente pacífico puede ocasionar lesiones) pero no deja de ser curioso que, en vez de disfrutar de las pacíficas visiones que la artista se esfuerza en mostrar, el cronista reclame vistas a su publicación apelando a un cierto tremendismo amarillista que sugiere violencia y peligro, lo cual confirma, como veremos en próximas entradas, que los animales invocan por igual al miedo y al amor.
Mafa Alborés.
extraído de : http://bashny.net/t/es/273700
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