Seguimos con insectos y artrópodos (y otras criaturas) construidos y articulados en metal, recordándonos al trabajo de Edouard Martinet, a quien vimos en entradas anteriores contrastándolo con los animales a partir de componentes electrónicos de Ann P. Smith.
En esta ocasión se trata de Igor Verniycon, de cuya obra hace un comentario Kike Pérez para Arte y Cultura en La Voz del Muro que nos parece perfectamente adecuado para testimoniar por escrito un correcto comentario de la obra de Verniycon. Lo reproduzo con el enlace correspondiente, dejando constancia de que la fuente original de Pérez es BoredPanda, y a continuación, otro artículo extraído de la revista digital La Mono Magazine. Si queréis ver ambas entradas al completo, con más imágenes, usad los enlaces que os facilito aquí.
LaVozdelMuro
Extracto de BoredPanda
Para trabajar con el metal hay que ser un verdadero maestro, ya que dar vida a este rudo material es un trabajo muy laborioso. Hay que pulir y cuidar cada detalle para que un pedazo de hierro o bronce se termine convirtiendo en una asombrosas obra de arte.
Precisamente eso es lo que consigue hacer el increíble artista ruso Igor Verniycon sus elegantes esculturas de animales al estilo “steampunk”. Las partes articuladas de cada una de ellas y la atención por el detalle parecen dotarlas de vida propia.
Admira con nosotros cada una de sus pequeñas obras de arte, y piensa que detrás de cada una de ellas existen cientos de horas de estudio anatómico, trabajo y esfuerzo con el objetivo de replicar los movimientos casi perfectos de los animales en los que Verniy se inspira.
Además del tiempo de elaboración, Verni dedica cientos de horas en pensar como lograr que piezas de coches, bicicletas, relojes antiguos o todo tipo de chatarra, se transformen en las espectaculares y futuristas esculturas que realiza.
Muchas de sus esculturas “steampunk” y “cyberpunk” están hechas para ser plenamente articuladas, cuentan con decenas de piezas móviles o ajustables que permiten que cada una de ellas adquiera varias posiciones diferentes, creando un aspecto lo más realista posible.
Este magnífico artista de 22 años se considera un fan de “la vieja escuela del metal”, refiriendose a esos nostálgicos trabajadores que antiguamente daban forma a diferentes materiales oxidados, amaban los engranajes en cada una de sus creaciones y se volvían locos por el olor del aceite de motor.
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