Tadao Cern es uno de nuestros artistas favoritos porque algunos de sus proyectos fotográficos desafían nuestra forma habitual de percibir nuestra propia imagen a través de su representación artística. Recientemente veíamos cómo dotaba de textura de piel natural a la Mona Lisa o cómo recreaba fotográficamente un famoso autorretrato de Van Gog, reflexionando (¿cómo si no?) acerca del parecido jugando con las diferencias.
El trabajo que mostramos en esta entrada, "Blow Job", nos recuerda a Wes Naman y su serie de retratos distorsionados con cinta adhesiva: desafía al reconocimiento de los rostros en cuanto que dejan de parecerse a sí mismos, desafía al reconocimiento del origen de la distorsión en mundo de imágenes distorsionadas digitalmente por el uso abusivo del filtro "licuar" de Photoshop (que se parece a la distorsión manual de la emulsión todavía líquida mientras está caliente de las antiguas polaroids). De entrada, la expresión "Blow job" es un juego de palabras que alude a su acepción en inglés en referencia a la práctica activa del sexo oral. Al mismo tiempo, el trabajo que realiza el soplo de aire comprimido sobre los rostros de los retratados a menudo abre sus bocas separando sus labios como si de un pene invisible se tratase, así que el chiste visual y la verbigracia van de la mano.
Conceptualmente se trata de un proyecto sencillo, incluso simpático, pero contundente, puesto que pone en entredicho nuestra percepción de los rostros como algo estable, puesto que los rostros sólo están estables en nuestras mentes y pueden adoptar múltiples formas y expresiones que la rápida obturación de la cámara fotográfica es capaz de congelar en situaciones en que las fuerzas físicas actúan con mayor rapidez que nuestra vista.
Un ejemplo más para añadir a nuestra particular galería de artistas fotográficos que refelexionan sobre el problema de la identidad, la identificación de rostros, el parecido entre personas, los cambios que produce el tiempo, y, en definitiva, el parecido entre la fotografía y el sujeto fotografiado.
Mafa Alborés
via
El trabajo que mostramos en esta entrada, "Blow Job", nos recuerda a Wes Naman y su serie de retratos distorsionados con cinta adhesiva: desafía al reconocimiento de los rostros en cuanto que dejan de parecerse a sí mismos, desafía al reconocimiento del origen de la distorsión en mundo de imágenes distorsionadas digitalmente por el uso abusivo del filtro "licuar" de Photoshop (que se parece a la distorsión manual de la emulsión todavía líquida mientras está caliente de las antiguas polaroids). De entrada, la expresión "Blow job" es un juego de palabras que alude a su acepción en inglés en referencia a la práctica activa del sexo oral. Al mismo tiempo, el trabajo que realiza el soplo de aire comprimido sobre los rostros de los retratados a menudo abre sus bocas separando sus labios como si de un pene invisible se tratase, así que el chiste visual y la verbigracia van de la mano.
Conceptualmente se trata de un proyecto sencillo, incluso simpático, pero contundente, puesto que pone en entredicho nuestra percepción de los rostros como algo estable, puesto que los rostros sólo están estables en nuestras mentes y pueden adoptar múltiples formas y expresiones que la rápida obturación de la cámara fotográfica es capaz de congelar en situaciones en que las fuerzas físicas actúan con mayor rapidez que nuestra vista.
Un ejemplo más para añadir a nuestra particular galería de artistas fotográficos que refelexionan sobre el problema de la identidad, la identificación de rostros, el parecido entre personas, los cambios que produce el tiempo, y, en definitiva, el parecido entre la fotografía y el sujeto fotografiado.
Mafa Alborés
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