Muertos de hambre y abandonados a momificarse en el peor zoo del mundo: Una vez animales orgullosos como leones y cocodrilos no son ya más que estatuas terribles después de que sus cuidadores tuvieron que dejar de alimentarlos.
Así describían los hechos Anthony Joseph y Gianluca Mezzofiore Para Mailonline (Publicado: 17:11 GMT 5 de marzo el año 2016)
Estas eran las imágenes terribles de cadáveres momificados de decenas de animales que murieron de hambre en el peor zoo del mundo y que constituyen el documento tal vez más espantoso y significativo del año recientemente zanjado en cuanto a la relación entre los seres humanos y los demás animales con los que se resisten a compartir el planeta. La territorialidad marca no sólo las principales disputas interespecies, sino también entre individuos y grupos de una misma especie, lo que en la nuestra en particular constituye la base de las fronteras, las nacionalidades y las guerras.
Lo sorprendente de esta serie fotográfica es que constituye un curioso y excepcional ejemplo de arte tánato-antrozoológico del que tanto fascina a artistas y estudiosos del arte como Emma Kisiel, e incluso nos extraña que no le haya dedicado un comentario especial en su recopilación del blog The Muybridge's Horse.
En nuestra entrada anterior comentábamos los trabajos de Gabriel Ruiz, un artista peculiarmente especializado en reproducciones zoológicas y recreaciones naturalistas como las que han caracterizado en los últimos tiempos los espacios expositivos de los museos de historia natural y los zoológicos más ambiciosos y modernos, lo que nos recuerda que la mera aliteración de ejemplares tal y como se hacía en los antiguos bestiarios y parques zoológicos ha quedado obsoleta en la era de los medios de difusión audiovisual. Los animales ya son difícilmente desvinculables de los territorios que les son propios y los paisajes que los caracterizan. Los libros ilustrados, la irrupción de la fotografía y los documentales cinematográficos y videográficos, amparados por tecnologías cada vez más sofisticadas, han impregnado nuestra cultura de documentos audiovisuales que han exigido de los zoológicos un replanteamiento en cuanto al aspecto visual que debían ofrecer sus instalaciones, aunque ello suponga sencillamente disfrazar escenográficamente las sórdidas jaulas de siempre.
Creo que ya es hora de comprender de forma generalizada que un animal en un zoo no es representativo de su especie, al menos no más que cualquier holotipo conservado en un museo de historia natural. Aunque en el texto reproducido más abajo encontramos comentarios peyorativos acerca de algún zoo en concreto calificándolo como una prisión en vez de un zoológico, lo cierto es que incluso el más sofisticado y moderno de ellos lo es, al margen de la espectacularidad de sus instalaciones o la cuantía de sus recursos para la manutención de sus desdichados huéspedes.
Estos últimos años hemos sido testigos de una creciente conciencia animalista en todo el mundo, y ello ha impregnado el contenido de numerosas e influyentes obras de arte, tal como constatamos desde este blog consagrado precisamente a la revisión de este tipo de trabajos, y la conciencia colectiva, aunque terca y perezosamente, toma nota de ello, en un entorno cultural cada vez más influido por el veganismo radical y otros movimientos de clara conciencia ecologista y antiespecista.
Puede parecer extraño que nos posicionemos a favor de las argumentaciones básicas de este tipo de movimientos, cuando nosotros mismos hemos participado en trabajos expositivos de carácter zoológico, pero lo cierto es que el desdén para con la dignidad de las demás especies animales consideradas como meros recursos humanos ha estado presente incluso en los ambientes científicos y académicos supuestamente más amantes de los animales. Veterinarios y biólogos han estudiado y progresado a costa del sacrificio y el sufrimiento de ejemplares, provocando una actitud distante que supuestamente ama y admira su belleza, aunque dicha actitud los transforma en meros objetos de observación, aunque esta suponga admiración. Artistas, biólogos e hibridaciones de ambos han sido los mayores admiradores de los animales, los que se han esfozado por ejercer sus profesiones lo más cerca posible de su presencia física y, sin duda, los parques zoológicos han constituido lugares de gran atractivo para ellos, aunque lo cierto es que en su mayoría suelen manifestarse en contra de sus existencia, y es que se repite el eterno conflicto entre encarñarse con los animales salvajes y respetar su salvajismo sin domesticarlo o apropiárselo.
La publicitación de las fotos tomadas en los zoos de la franja de Gaza se ha hecho desde esta perspectiva, pero sin duda lo que hace es condenar la guerra como causante de la desgracia de los animales antaño exhibidos en vida, sin tener en cuenta, tal vez, que sólo prueban hasta que punto dichos animales ya estaban muertos en vida. No deja de fascinarme el esfuerzo realizado por ciertos responsables de estos zoos por conservar el material expuesto, por monstruoso que sea el resultado, ya que de alguna manera ello constata que el valor de estos ejemplares va más allá de que estén vivos o no, revalorizándolos no como seres dignos de admiración y respeto sino en su condición de vestigios reales de formas de vida que en poco tiempo, por desgracia, acabarán por ser valiosas por su escasez, vivas o muertas.
Ante la posibilidad de que ocurra algo tan terrible como lo que constatamos en Gaza, podemos afirmar la dudosa (y paradójica) condición de reserva natural de especies en peligro con la que los zoos intentan justificar la necesidad de su existencia y nos hacen pensar que tal vez los artistas como Gabriel Ruiz deberían reproducir no sólo la apariencia de los hábitats animales, sino también la apariencia física de sus cuerpos, y dejar que sean los diferentes medios de registro de imagen 2D y 3D los que llenen los expositores de estos recintos.
Las fotografías fueron tomadas en el zoológico de Khan Younis en la empobrecida Franja de Gaza. Los animales se quedaron sin alimentos debido al conflicto entre Palestina e Israel, por lo que el personal no fue capaz de alimentar o cuidar de ellos correctamente.
Mohammed Awaida abrió el South Forest Park en 2007 y ha invertido cientos de miles de dólares en el zoológico. Perdió un notable número de animales durante los ataques israelíes contra Hamas que comenzaron un año más tarde. Durante la ofensiva de tres semanas, puesta en marcha en respuesta a los ataques con cohetes contra Israel, Awaida dijo que no podía acceder al zoológico, y muchos animales murieron de abandono y hambre.
La historia se repitió en el verano de 2014, a raíz de la guerra de Gaza conocida como Operación borde protector. Durante los combates entre Israel y militantes palestinos murieron más de 1.960 palestinos, y 67 personas en el lado israelí. También dejaron 80 animales muertos y sólo 20 supervivientes en el zoológico de Al-Bisan en Beit Lahia. Khan Younis es uno de los cinco parques zoológicos en la Franja de Gaza, un enclave costero densamente poblado de 1,7 millones de personas gobernadas por militantes islámicos de Hamas. Sin órgano de gobierno en Gaza que supervise los parques zoológicos, y ningún movimiento de derechos animales en la región, la instalación Khan Younis está virtualmente sin supervisión. Las imágenes tomadas este año muestran cómo los cadáveres se han degradado en los últimos años. Los animales allí ahora sólo se encuentran, como adornos o gnomos, secos y sin vida por completo.
Un tigre muerto, un mono, una leona y otros esqueletos de animales pueden verse en el peor zoo del mundo en la Franja de Gaza
Awaida comenzó a usar sus habilidades rudimentarias de taxidermia de animales muertos en el zoológico después de que comenzara la guerra de Gaza.
'La idea de momificar los animales surgió tras la guerra de Gaza debido a la muerte de una serie de animales como el león, el tigre, monos y cocodrilos", dijo con anterioridad. "Así que nos informamos acerca de ello y hemos aprendido de la web cómo empezar".
El formaldehído y el aserrín proporcionan las herramientas básicas, aunque Awaida reconoció que no era un experto.
En 2009, un zoológico en la ciudad de Gaza exhibió burros pintados de blanco con rayas negras aparentando cebras porque era demasiado caro reemplazar dos cebras pedidas durante la ofensiva israelí.
"uno de los peores parques zoológicos en el mundo, ' dijo el Dr. Amir Khalil a Haaretz."Es menos que un zoológico", dijo Khalil. 'Es una prisión" . Khalil, de 51 años, es el director de gestión de proyectos en Four Paws ("cuatro patas"), una organización internacional de bienestar animal que ha estado ayudando a más de 100 animales en tres zoológicos de Gaza, entre ellos Jan Yunis, con la ayuda de voluntarios locales. La organización dijo que proporcionó alimentos y atención veterinaria para 40 animales en Khan Younis. El trabajo de Four Paws en Gaza se inició en 2014, a raíz del conflicto entre Israel y Palestina.
Tres leones fueron transportados al Nuevo Centro de la Esperanza, un santuario de animales de emergencia en Amman.
Este hermoso tigre fue uno de los muchos muertos de hambre o de sed
El cuerpo momificado de este babuino, en la foto en su recinto junto a los cuerpos de varios otros monos, murió en el zoo Khan Younis
http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/search/label/Taxidermia
http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/2015/09/taxidermia-antrozoologica-de-kate-clark.html
http://www.dailymail.co.uk/news/article-3478261/Horrifying-mummified-corpses-remains-dozens-animals-starved-death-world-s-worst-zoo-Gaza-Strip.html
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