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domingo, 1 de enero de 2017

El arte al servicio de la divulgación, la ciencia y el entretenimiento. Gabriel Ruiz y Gecco3D




El final del año ha llegado y tal vez por esto uno intenta repasar las cuentas pendientes. La que intento saldar hoy no tiene que ver estrictamente con el año ya pasado, sino más bien con el reconocimiento a los representantes de un mundo profesional al que de algún modo he pertenecido y que cuenta con notables representantes en nuestro territorio. Nos referimos a los artistas volcados en la representación de elementos naturales para ilustrar contenidos de carácter científico, especialmente zoológico.



De hecho, este tipo de trabajos ilustran aspectos generales de las artes figurativas que atañen a nuestra particular percepción del mundo a través de analogías y recursos que apuntan al simulacro, temas que focalizaban mi interés como artista en ciernes y más adelante como estudiante de arte e imagen. Sin embargo, cuando los vericuetos de la vida profesional y de las necesidades de supervivencia me llevaron precisamente a trabajar en el ámbito de las artes aplicadas a las exposiciones zoológicas y naturalistas, opté por focalizar mis estudios teóricos en el trasfondo de este tipo de actividades y a interesarme particularmente por los aspectos técnicos de su desarrollo.
Ya he dedicado entradas específicas a este tipo de trabajos, generalmente escultóricos o escenográficos, muy a menudo vinculados a recursos expositivos en museos, zoológicos y parques temáticos. Incluso, al comprobar el gran número de visitas que recibía una breve reseña a uno de mis trabajos publicitado por la revista del Zoo de Barcelona, amplié su contenido con extensos comentarios a mis trabajos y este tipo de actividades en la obra de otros autores para aclarar al máximo cualquier aspecto relativo al tema en cuestión: recursos expositivos de carácter científico. Hemos demostrado nuestra empatía con artistas, especialmente fotógrafos que se han interesado por estos espacios empeñados en replicar los entornos naturales, y hemos mostrado nuestra devota admiración por los maestros y pioneros de las réplicas zoológicas, como en el peculiar ejemplo ofrecido por los Blaschka.

En algunas de estas ocasiones había hecho mención al trabajo de dos antiguos conocidos con los que había coincidido circunstancialmente en múltiples ocasiones: Gabriel Ruiz y Ramón López. Ambos constituían un raro ejemplo de especialización profesional asociados en una empresa que llamaron Gàlig, aunque hace ya años que que han separado sus destinos profesionales y empresariales en las que yo considero las muestras más notables de especialización en volumetrías y réplicas naturalistas en nuestro país e internacionalmente: Gecco3D y Quagga.
 
Retrato por Antonio Nodar
Dedicamos hoy nuestra atención al trabajo de Gabriel Ruiz, uno de los indiscutibles referentes de las reproducciones y escenografías naturalistas y zoológicas, especialmente para quien suscribe estas líneas, puesto que conozco a Gabi desde hace muchos años, concretamente desde una de mis primeras incursiones en el mundo de los decorados en la ciudad condal, la construcción del "Bosc de les Fades" para el Museu de Cera de Barcelona. Por aquel entonces yo estaba contratado como ayudante de decoración por el museo y, aunque hacía de todo un poco (pintor, escultor-modelista o lo que hiciese falta) recibí el encargo específico de optimizar el color y la textura de los árboles y formaciones rocosas de poliéster realizadas por un equipo externo de jóvenes escultores entre los que se encontraba Ruiz, quien sin duda era quien mostraba mayor talento artístico y aptitudes para el desarrollo profesional de la escultura aplicada, y mi escasa experiencia con modernos materiales sintéticos para tales fines me hacía sorprenderme más con los sugestivos resultados y posibilidades demostrados por su equipo.



Es curioso cómo pueden desenvolverse los acontecimientos cuando uno busca un destino profesional que le satisfaga, porque cuando me vi envuelto en las obras del bosque de hadas del museo de cera, apenas estaba finalizando mis estudios de imagen en la facultad de bellas artes, y había trabajado como atrezzista o decorador en un par de producciones cinematográficas.



Recuerdo que hacía pocos años había leído un artículo sobre las nuevas tendencias escenográficas hiperrealistas en zoos como el del Bronx o el de Omaha, en algún caso llevados a cabo por especialistas vinculados al Museo de Cera de Londres, y verme envuelto en un decorado que evocaba lejanamente mis intereses alimentaba cierta ilusión o cuando menos ciertas expectativas. Estas, sin duda, incluían las escenografías y volumetrías para cine, cosa poco fructífera profesionalmente si uno limita su actividad a nuestro país, no exento, no obstante, de referentes importantes, como Enrique Alarcón o Gil Parrondo, por citar dos ejemplos clásicos. No voy a negar que la vinculación del museo de Cera de Barcelona a la herencia del trabajo para el cine de Enrique Alarcón me ayudaba a sugestionarme con la idea de codearme profesionalmente con la gente correcta y en el ambiente indicado, y aunque tengo serias dudas de que fuera así, mentiría si dijese que el olor a parafina y resinas no me siguen evocando el del taller del museo y la ilusión y buen ánimo que depositábamos en aquellos trabajos a los que deseábamos continuidad.



El Bosque de las Hadas continúa siendo un espacio de ocio y restauración vinculado al museo, y los árboles de Gabi y mi rótulo artesanal plagiando a Alan Lee siguen allí. Comprenderéis por qué, aún sin ser una escenografía para "Legend" o para el Zoo del Bronx o el Museo de Historia Natural de Nueva York, se trataba de la oportunidad más inmediata disponible para un joven modelista autodidacta y todavía me trae recuerdos del trabajo hecho por placer, aunque fuera sin él.
Habría que recalcar, además, que en una época en que las video-instalaciones y el arte de vocación vanguardista dejaban de lado el arte figurativo vinculándolo en el más benévolo de los casos al pop-art, los habilidosos artistas de vocación realista encontrábamos pocos nichos culturales donde ser respetados y valorados, así que ser un mercenario de las artes aplicadas al servicio de los nuevos medios de divulgación cultural y científica parecía una buena y atractiva opción, por lo que algo que me atraía todavía más de la actividad de Gabriel Ruiz era su vinculación al Zoo de Barcelona y al antiguo Museo de la Ciencia de la Ciudad Condal (actualmente Cosmocaixa) donde había realizado construcciones de decidida vocación realista-naturalista y renovadoras en cuanto a planteamientos estéticos y expositivos de ambas entidades.



En este sentido cabría destacar la galería destinada a primates con habitáculos decorados con esculturas y bajorrelieves decididamente naturalistas pese a su estilización, y dispuestas a alejarse del desangelado esquematismo de sus antiguas jaulas y recintos.



No es la primera vez que muestro ejemplos de trabajos de Ruiz para referirme a la específica actividad alrededor de los dioramas, escenografías y reproducciones o recreaciones naturalistas, pero no le había dedicado una entrada específica con muestras de su excelente trabajo, así que os ofrezco una selección extraída de diversas fuentes, especialmente de su propia página web, incluyendo datos curriculares e imágenes.
Os invito a que visitéis la web de Gecco Tridimensionals para ver un muestrario más amplio, dado que, como criterio de selección adecuado a los habituales contenidos del blog, hemos optado por ofreceros aquí aquellos trabajos vinculados a la reproducción de formas vegetales y minerales para escenografías naturalistas y, muy especialmente, reproducciones zoológicas de estudiada fidelidad científica.


GABRIEL RUIZ DONAIRE (18 de marzo de 1959).

- Diplomado en Artes Aplicadas por la Escuela Massana de Barcelona (1979).
- Maestro de cursos de cartón piedra en Montcada i Reixac INEM (1985), Sant Fost de Capcentelles INEM (1986), La Llagosta (1985).
- Maestro de cursos de barcos en fibra de vidrio, Ayuntamiento de Badalona (1989-92).
- Técnico especialista en la construcción del velero “Mundus”, participante en la Vendée Globe.
- Realización de maquetas y decorados en Zoo de Barcelona, Museo de la Ciencia de Barcelona, Museo de la Cera de Barcelona, Teatro Romea, publicidad e imagineria efímera.
- Miembro del colectivo artístico K.R.A. (Kol•lectiu de Recerques Artístiques)

1993 Socio-Fundador de REALIZACIONS GALIG, realizando diferentes proyectos, disolviéndose en 1999

2000 crea la empresa GECCO TRIDIMENSIONALS, taller especializado en la realización de objetos volumétricos de cualquier tamaño, ya sean esculpidos o moldeados.

GECCO TRIDIMENSIONALS es un taller de modelaje que combina los materiales y técnicas más idóneas en la construcción de elementos volumétricos de cualquier tamaño con acabados de realismo científico.
Damos forma a tu imaginación calcamos la naturaleza. Cualquier objeto pequeño o grande lo podrás tocar, manipular o ampliar.

ESCENOGRAFÍAS & RÉPLICAS
Realización de moldes grandes o pequeños en silicona, látex, poliéster, de cualquier elemento tridimensional, natural, arqueológico, arquitectónico.
Copiamos la naturaleza, árboles, rocas, ríos, cráneos, invertebrados, peces, anfibios, reptiles, replicados con materiales duraderos, ligeros y resistentes.
Reproducimos hábitats para zoológicos, acuarios, terrarios ambientaciones. Materiales y técnicas apropiadas a cada necesidad con texturas y tacto real.
Moldes y réplicas para la restauración de edificios

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ESCULTURAS & MODELOS
Esculturas y Modelos a cualquier tamaño realizadas con el material más adecuado y adaptado a sus demandas.


Fotos/Video por Antonio Velasco:






"El Bosc de les Fades":



Mencionamos este trabajo en la trayectoria de Gabriel Ruiz por las razones expuestas más arriba: uno de sus primeros trabajos de escenografía naturalista en materiales sintéticos que coincidió con una de mis primeras experiencias profesionales en este campo, aunque fuese mucho menos específico en mi caso, más volcado en aquella ocasión en el color y la pintura aplicada a las volumetrías de Ruiz y su equipo, para adaptarlas a la estudiadamente limitada iluminación del recinto. Aunque el rincón de la fotografía de al lado sí que se corresponde a mi libre ejecución de los bocetos del director artístico de la obra, Víctor Alarcón, e incluso llegué a modelar alguna pieza tridimensional, lo cierto es que mi labor consistió mayormente en realzar la creíble apariencia naturalista de los fantasmagóricos árboles creados por Gabriel en fibra de vidrio y resina de poliéster. Por lo demás, no se trata precisamente de lo más significativo o ejemplar para referirnos a las habilidades técnicas y artísticas de Ruiz, pero lo cierto es que es uno de los espacios más visitados de Barcelona y sin embargo menos conocidas por sus residentes habituales, que tampoco suelen saber nada respecto a la autoría de este tipo de trabajos artísticos.


En ciertas zonas del recinto, como podéis observar en la foto inferior, la iluminación del flash de la cámara revela la sobreactuada iluminación pictórica de las superficies, pensada para la penumbra que habitualmente la invade.














Zoo de Barcelona:


La primera gran incursión de Gabriel Ruiz en el recinto del zoo barcelonés se da con la decoración de su renovada galería de primates, que años más tarde desembocó en la remodelación del espacio dedicado a "Copito de Nieve", el gorila blanco de fama mundial y principal reclamo comercial del zoo. Esta coincidió, en plena efervescencia olímpica e inversora de la ciudad, con un ambicioso proyecto de remodelación de las instalaciones que incluía la creación de espacios temáticos destinados a simular una experiencia de inmersión paisajística inspirada en zoos y parques temáticos de todo el mundo. Uno de ellos, y posiblemente el pionero en este tipo de instalaciones en España, fue el dedicado a Madagascar, encargado en sus aspectos técnicos al Museo de Cera de Barcelona para el que yo trabajaba y con el que, para la ocasión, volvió a cooperar el equipo técnico de Gabi Ruiz, así que de nuevo me vi dándole un acabado a las reproducciones pétreas y arbóreas de Ruiz, que finalmente ofrecián el aspecto que se puede apreciar en las imágenes siguientes.


Aunque los participantes en el proyecto no acabábamos de vernos completamente satisfechos con el resultado debido a múltiples limitaciones técnicas, lo cierto es que ya apuntaba hacia el tipo de escenografías que hoy en día es normal ver en este tipo de instalaciones, y tal vez la coincidencia de múltiples criterios en un espacio a cargo de muy diversos equipos de trabajo externos, específicos del museo de cera o específicos del zoo fue lo que hizo que no acabase de satisfacer completamente a los artistas implicados, cosa que cambió a partir de una concienzuda y paulatina remodelación de los espacios expositivos del zoo bajo techo. Así fue como mi compañero Geno Rey y yo nos desvinculamos del Museo de Cera para centrarnos en este tipo de instalaciones específicas, concebidas bajo criterios de conservación zoológica para facilitar su mantenimiento y su específico uso diario. El Terrario del zoo fue el espacio idóneo para comenzar los primeros ensayos de zoo para comprobar su viabilidad, y allí coincidimos en múltiples ocasiones Ruiz y yo en cordial y amistosa competencia profesional que en su caso era mucho más concienzuda y solvente, como demostrarían las precisas superficies minerales transferidas desde moldes de silicona a realistas réplicas en poliéster en la instalación fotografiada bajo estas líneas, situada en el aviario del zoo barcelonés, bajo mi punto de vista una de las áreas más beneficiadas por la intervención de Ruiz.



El traslado de "El Misterioso Mundo del Veneno" de Sandro Alviani ("Atrox") desde el Terrario al "Aquarama" del Zoo de Barcelona no sólo sirvió para procurarme más trabajo, sino también para Ruiz, pero sobre todo supuso una remodelación/reconversión de antiguos acuarios en un derrotista traspaso de protagonismo al entonces recientemente inaugurado "Aquarium de Barcelona".
En este nuevo gran espacio divulgativo, el naturalismo y el hiperrealismo se daban ya por hechos indiscutibles y de nuevo las habilidades de Gabriel Ruiz dejaron huella en la divulgación naturalista de la ciudad, y sus reproducciones de rocas y árboles sirvieron para escenificar los bosques tropicales que periódicamente se inundan y son habitados por toda clase de peces y anfibios.
Estas escenografías no sólo son más o menos hermosas, creíbles o evocadoras, sino que han de ajustarse a exigencias técnicas complejas, como su impermeabilidad, estanqueidad y fácil acceso para su mantenimiento por parte de los cuidadores zoológicos, algo que Ruiz ha demostrado conocer sobradamente no sólo por sus intervenciones en el zoo, sino, sobre todo, por la espectacular recreación de este tipo de hábitat en el Museo de la Ciencia/Cosmocaixa denominada "Bosque inundado" y que sirve para introducir esta entrada.
Aunque la escala y el nivel de acabado no sea tan espectacular en el Aquarium como en el Cosmocaixa, la optimización del espacio exhibible es notable, y he de decir que en aquella ocasión, y de forma puntual, tuve ocasión de colaborar con Ruiz como un miembro más de su equipo, no sólo para documentar mi trabajo de investigación académica (a lo que Gabi se mostró amablemente cooperador) sino, como pueden imaginar, por pura supervivencia. El árbol semisumergido que encabeza este párrafo es mi humilde contribución a uno de los acuaterrerios del espacio citado en el Aquarium, cuyo exterior también incluía cierto nivel de camuflaje naturalista, tal y como vemos en la imagen contigua, correspondiente al acabado que se dio a la parte superior de la galería de acuaterrarios, y donde vemos una reproducción de un ave tropical, lo que nos recuerda otra de las habilidades específicas de Ruiz: las reproducciones de animales bajo criterios de exactitud científica, algo que se pone especialmente de manifiesto en dioramas con ejemplares no vivos y como alternativa a la presencia de animales disecados, superando a manudo las limitaciones de la taxidermia, tal y como podemos ver en algunas de las imágenes siguientes:








"Bosc Inundat" (Cosmocaixa Barcelona -exMuseu de la Ciència-):













La reiterada colaboración con entidades museísticas ha procurado en Gabriel Ruiz una poco frecuente especialización profesional que se adapta a las exigencias científicas de las entidades pero que a menudo también propone nuevas soluciones en base a la experiencia acumulada. A veces, las piezas solicitadas no tienen tan sólo un valor expositivo, sino eminentemente didáctico o estrictamente científico para evitar el deterioro consiguiente de la manipulación directa de piezas originales para su estudio, como es  caso frecuente en el ámbito de la paleontología.
Así, gracias a distintos acabados materiales, puede imitarse el aspecto real de un hueso incluso a partir de un original fosilizado, u ofrecer acabados con colores o transparencias alternativas con fines educativos o ilustrativos de ámbitos de estudio específicos, como dan cuenta algunas de las piezas reproducidas en las fotografías adjuntas a estas líneas, que hemos seleccionado de su página web, cuya lenta y escasa actualización da fé del mucho tiempo y recursos que Ruiz dedica a sus trabajos más que a su publicitación, que depende más bien de otros medios de comunicación propios del periodismo profesional, más dado a hablar de la espectacularidad de sus piezas o del calado de la exposición a la que pertenecen que de su autoría, y es que el artista especializado, el artista mercenario, pese a su innegable solvencia profesional y su innegable oficio, en raras ocasiones trasciende el anonimato o el reconocimiento artístico, en la medida que supuestamente se limita a cumplir con las exigencias de un encargo y éstos, bajo mi humilde punto de vista, son los auténticos y genuinos artistas.











Un caso curioso: un comedero para buitres con apariencia de cadáver de jabalí para evocar el realismo de una situación en la que los mismos buitres son figurantes, y por tanto reproducciones simuladas de buitres salvajes en libertad.





Y, tras repasar la precisa reproducción de detalles cromáticos y de textura de diferentes especies de ranas para el zoo de Barcelona, me quedo, como colofón de despedida de este repaso por la interesante actividad profesional y artística de Gabriel Ruiz, con este detalle de la reproducción de una corteza de árbol, apenas distinguible de una auténtica, especialmente cuando nos amparamos en el contexto de una imagen fotográfica. Esto viene a confirmar algo que repetimos desde hace mucho tiempo: el paradigma fotorrealista es la base de cualquier objeto considerado hiperrealista. Si se confunde con un ejemplar auténtico en una fotografía es que su hiperrealismo es indudable, a no ser que ciertos aspectos de la foto delaten alguna señal de descontextualización natural, como la que saca fuera del agua al ejemplar de tiburón tigre de la escultura que vemos en la foto bajo estas líneas, pero que nos hace olvidar que se apoya sobre una formación rocosa igualmente falsa pero en ventajosa posición para ser percibida como auténtica y que, en todo caso, nos hace desear el seguir teniendo oportunidades para contemplar los hermosos alardes técnicos del equipo especializado de Gabriel Ruiz.





http://gecco3d.com/

https://www.facebook.com/GECCO-Tridimensionals-SL-726251464145027/?fref=ts

http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/2008/10/blog-post.html

http://mafa-elanimalinvisible.blogspot.com.es/2014/09/escenografias-naturalistas-revision-de.html

https://www.youtube.com/watch?v=ObtK3yO_4WI&feature=youtu.be

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