![]() | ||
Sandro Alviani en Costa Rica |
A través de los recursos expositivos de la empresa Grupo Atrox de la que fué artífice y fundador y que sigue vigente en la gestión de exposiciones zoológicas, fué el propulsor de iniciativas privadas para exposiciones itinerantes o recientemente la gestión y mantenimiento de escenografías expositivas permanentes como la del Bosc Inundat del CosmoCaixa de Barcelona, o "Enverinats", una exposición itinerante que también pudimos disfrutar recientemente en el Museu Blau de Barcelona.
Este boloñés siempre tuvo muy clara la estrecha relación entre la auténtica curiosidad científica (vinculada al ansia de averiguar secretos) y la mera curiosidad por lo llamativo o insólito (la curiosidad suscitada por los espectáculos de lo llamativo manipulando superestímulos).
Sandro me lió en diferentes proyectos y colaboré con él en múltiples ocasiones para bien y para mal. Nos enfadamos muchas veces pero nos reímos juntos muchas más y me parecía alguien esencialmente simpático y, al margen de nuestra relación profesional, un amigo peculiar y divertido que ha determinado una parte de mi vida estrechamente relacionada con el blog que estáis leyendo.
"El Animal Invisible" es un lugar donde encontrar información sobre manifestaciones artísticas relacionadas con los animales y la divulgación naturalista, además de hacer hueco al arte figurativo naturalista en un sentido más estricto, es decir, el naturalismo como movimiento artístico que produce obras que aparentemente reproducen la realidad tal y como es aunque no la representen esencialmente. Para entendernos, la literatura de Balzac es naturalista, con tipologías y descripciones crudas aparentemente reflejo de la realidad, pero es esencialmente folletinesca y no estrictamente realista. El realismo es otra cosa que no tiene porqué recurrir necesariamente a apariencias naturalistas. No es natural que los animales hablen o conspiren políticamente, pero "Rebelión en la granja", de George Orwell es tan realista como cualquier pasaje de Galdós o Victor Hugo, si no más.
A partir de esta premisa que juega con el significado de "naturalismo" en dos acepciones bien distintas, hace años inicié un trabajo académico que desembocó en una tesis doctoral homónima a este blog que pretendía indagar no sólo en el arte como simulacro, sino en su capacidad para transmitir el discurso científico, y particularmente el zoológico, a través de los libros ilustrados y los recursos expositivos de los museos de historia natural y los zoológicos.
Las circunstancias y casualidades de la vida me habían llevado a trabajar como decorador y modelista en el Museo de Cera de Barcelona, pese a que mi especialidad era Imagen (foto, cine, video) pudiendo seguir explotando mis habilidades manuales como dibujante, pintor y escultor, para poder seguir sufragando mis estudios de doctorado.


Entre los responsables de la colección de "Inquisición" se encontraba Sandro Alviani, quien también era responsable de otras exposiciones destinadas a jugar con el morbo y la curiosidad del espectador bajo pretextos
divulgativos históricos y científicos, como por ejemplo diversas exposiciones de animales raros o peligrosos por su toxicidad, especialmente reptiles y artrópodos.
Por aquel entonces yo todavía no conocía a Sandro, pero la maquinaria del destino ya había empezado a trabajar en ello, ya que, tras esta etapa en el Museo de Cera, la institución fue requerida por el Zoo de Barcelona para remodelar uno de sus espacios en la línea de las modernas instalaciones con decorados naturalistas de apariencia hiperrealista que habían empezado a marcar la pauta en zoos como el del Bronx de Nueva York o el de Omaha, lo que me llevó a participar como empleado del Museo de Cera en la construcción de "Madagascar", el primer decorado de estas características habitado por animales vivos en el zoo barcelonés.

Lo más parecido a un decorado naturalista era la vieja recreación en hormigón y guijarros de las peculiares formaciones de aluvión de Montserrat, que databa de los primeras remodelaciones del zoo moderno, allá por los años 50, y, mucho más recientemente, algunas recreaciones gelógicas y vegetales en la galería de monos y simios, unos de los primeros trabajos serios en resina de polyéster por Gabriel Ruiz (Gecco 3D) y Ramón López (Quagga), entonces socios en una empresa llamada "Gálig" que constituía un caso excepcional de especialización en recreaciones, volumetrías y escenografías naturalistas.
Lo más avanzado, moderno o ambicioso en la manera de exponer ejemplares zoológicos vivos en el Zoo de Barcelona se debía a una concesión a la empresa privada responsable de la exposición "Natura Misteriosa", especializada en serpientes, arácnidos e insectos venenosos, que por su difícil gestión habían sido paulatinamente eliminados de las colecciones del zoo y que ahora apelaban al pago suplementario de una entrada por parte del público más curioso.

Aquello fué el inicio de una remodelación de mayor calado del Terrario del Zoo, en la que participamos mi colega Geno R. Rey y yo en sana competencia con Gálig, lo que acabaría por empujar a los responsables del zoo a negociar con Alviani una reubicación de "Natura Misteriosa" a otra zona del recinto, dado que tampoco estaban dispuestos a renunciar a uno de los principales focos de interés del público, atraído por la estética de la exposición y por el atávico atractivo de los animales tradicionalmente asociados a la repulsión y el riesgo (un riesgo, por cierto, dispuesto a ser asumido por el equipo de Alviani, pero no por los cuidadores del zoo).
El ambicioso proyecto de reubicación de "Natura Misteriosa" se precipitó en gran medida por la inauguración del Aquarium de Barcelona en el cercano Moll de la Fusta, lo que hizo que los acuarios del llamado Aquarama del zoo (un edificio cilíndrico que incluía una gran piscina-anfiteatro para delfines rodeada por dos plantas de acuarios en su perímetro) fuesen parcialmente eliminados para albergar los nuevos terrarios de la colección de Alviani, quien quiso aprovechar la ocasión para ofrecer vistas más realistas de los biotopos representados, con un recorrido en penumbra en que tan sólo los terrarios estuviesen iluminados, como grandes pantallas de televisión tridimensional emergiendo de la oscuridad.

Las técnicas empleadas suponían una hibridación entre pintura realista y escultura, algo normal en el mundo de la escenografía a escala y el mecanismo, aunque siempre adaptándonos a los condicionantes técnicos que nos obligaban a prever la presencia de bombas de agua para simular humedades naturales proporcionando agua a los animales vivos, o humificadores de ultrasonido, o comederos extraíbles, por no mencionar sistemas de ventilación, calefacción o lámparas de diversas índoles. Si observáis las imágenes siguientes, apreciaréis que, incluso desprovistos del acabado con plantas y otros elementos naturales, los terrarios elaborados para sus exposiciones intentaban ofrecer una evocación del mundo natural lo más convincente posible. De hecho, mi estancia en las instalaciones del zoo y mi amistad con algunos de sus trabajadores, expertos naturalistas autodidactas y excelentes constructores y conservadores de terrarios, creo que fue decisiva e influyente (junto con los trabajos de Gabi Ruíz -(Gecco 3D)-, por supuesto, autor de trabajos de mayor calado profesional, sin duda) para que el aspecto de las posteriores instalaciones elaboradas por estos entusiastas trabajadores cambiase radicalmente incluso cuando eran de elaboración propia.
En el caso de los dos terrarios siguientes, ejemplos de modelos individuales para exposiciones itinerantes, podemos observar algunos detalles interesantes que siempre tuvimos en cuenta, a saber: los volúmenes deben favorecer la presencia de huecos en los que depositar macetas con plantas vivas simuladas entre tierra natural y musgo.
Asimismo debe haber huecos donde el animal, sea un reptil, un anfibio o un artrópodo pueda evadirse del estrés sintiéndose oculto sin desaparecer totalmente de la vista del público que ha pagado para verlo y, finalmente, su aspecto debe ser naturalista pero no excesivamente concreto para que sea intercambiable, en caso de necesidad, por especies alternativas asociadas a biotopos concretos. El terrario que aparece bajo estas líneas lo construí para contentar a Sandro Alviani, quien era un gran admirador del trabajo gráfico de Frank Frazetta, como yo, y nos divertimos inspirándonos en una de su emblemáticas imágenes evocadoras de faunas misteriosas y salvajes. Pese a que en la imagen aparece escuetamente sin "naturalizar" con tierra, plantas y musgo (y sin su inquilino animal, que siempre era la guinda del pastel) creo que se puede apreciar el amor y entusiasmo con que acometíamos estas tareas.
La experiencia adquirida con la construcción y acabados de "Madagascar", de un tamaño notable para los inicios de la década de los noventa en la ciudad condal, nos sirvió para observar sus rincones más pequeños y detallados como modelo a seguir y mejorar en "El Misterioso Mundo Del Veneno"
Lo más curioso del periplo de Alviani es que estaba abocado a hacer aquello que se le daba bien: vender los objetos de sus aficiones coleccionistas en forma de eventos culturales atractivos y rentabilizarlos al máximo para poder seguir dedicándose a lo que más le gustaba: observar estos animales en su medio natural. Desde luego ello conllevaba su rescate y mantenimiento en cautiverio para reivindicar algo a menudo contradictorio, pero su ilusión era llegar a conseguir un espacio auténticamente natural donde instalarse y seguir desarrollando su pasión alejado de los zoológicos urbanos, lo cual siempre le obligaba a sortear problemas técnicos, legales y logísticos que se le daban bien por experiencia pero no por agrado. No es fácil mantener una reserva de reptiles letales en un domicilio privado. En cierta ocasión, al ver que había tapado un lavadero en un invernadero con una celosía de maderos, bromeé con que parecía que mantenía allí un cocodrilo y se limitó a responder lacónicamente que le empezaba a preocupar el bienestar del animal si seguía creciendo. Miré en el interior y, efectivamente, había un cocodrilo vivo y de un tamaño considerable en el interior.
![]() |
residencia de Alviani en el Jaguar Rescue Center Foundation |
Con la excusa de las tormentas de ideas a las que nos sometíamos para crear piezas plausibles para "Brujería" (supuestamente una actualización de una antigua colección o gabinete de curiosidades llamado en su día "El Frasco Mágico") realicé un gran número de "viejos" dibujos, "antiguas" pinturas, reliquias y "misteriosas" falsificaciones de falsificaciones de ejemplares criptozoológicos. Aunque mi supervivencia era problemática y el trabajo a menudo arduo, mentiría si no reconociese lo mucho que disfruté y lo mucho que especulamos y nos divertimos con ello.


Me alegra que Sandro haya conseguido lo que buscaba con su descaro y su ingenio, que haya podido disfrutar de la cercanía de la selva y los animales que tanto amaba y me apena que no haya seguido disfrutando de ello más tiempo.

Casi todas las piezas son mías o de Geno R. Rey, pero algunas están realizadas por el propio Sandro, que a decir verdad tenía una gran capacidad para buscarse pasatiempos que luego, en su cabeza, bullían hasta encontrarles un hueco donde ubicarlos y rentabilizarlos. Podéis ver más muestras en la página correspondiente de este blog y comprenderéis que hayamos dedicado una extensión extra a los contenidos de esta entrada dedicada a Sandro Alviani, a quien siempre recordaré como mi particular Watto de Star Wars Episodio I, o el profesor Cavan (Ennio Lombardi) impostado por Armando de Razza en "El día de la Bestia". Era un liante astuto, divertido y apasionado del que siempre guardaré un buen recuerdo y que colaboró mucho en el hecho de que algunos sigáis con asiduidad los contenidos de este blog, que dudo mucho que él haya llegado a ver.
![]() |
Mafa Alborés y Geno R. Rey para "El Misterioso Mundo del Veneno" (construcción del decorado de acceso) |
![]() |
Mafa Alborés |
![]() |
Mafa Alborés |
Geno Rey / Sandro Alviani |
Geno R. Rey/Sandro Alviani |
Geno R. Rey/Sandro Alviani |
Mafa Alborés / Sandro Alviani |
![]() |
Mafa Alborés / Geno R. Rey / Sandro Alviani |
Sandro Alviani |
No hay comentarios:
Publicar un comentario