Kiva Ford y la persistente asociación entre los contenedores de vidrio y los recursos expositivos científicos
Habréis notado que últimamente intentamos asociar temáticamente los contenidos de los artículos que publicamos en El Animal Invisible, a la manera en que los niños juegan a encadenar palabras sea por sus inciales, sus terminaciones o su categoría léxica.
De este modo hemos saltado de las esculturas zoológicas con paisajes incorporados de Wang Ruilin a los cachalotes transparentes (conteniendo también pequeños dioramas) de Isana Yamada.
A Kiva Ford lo tenía reservado para enlazarlo con cualquier muestra de analogía con los recursos expositivos de los museos de divulgación científica, o a alguna nueva aportación de trabajos artísticos que recurriesen al uso de materiales transparentes como el vidrio, la resina o el cristal, y Yamada y sus ballenas nos lo han puesto en bandeja para que no retrasemos más una justa mención a la peculiar actividad de Ford.
Hace unos meses Steffen Dam era el protagonista de nuestros comentarios sobre artistas que recurren al vidrio como analogía del discurso museístico zoológico, por su frecuente presencia en el utillaje de laboratorio científico así como en las vitrinas y matraces de conservación de los ejemplares expuestos. Nos resultó prácticamente inevitable referirnos también a una reciente muestra retrospectiva de los admirables trabajos en vidrio para recreaciones zoológicas en museos de historia natural a cargo de los hermanos Leopolod y Rudolph Blaschka, quienes llevaron la artesanía del vidrio policromado a extremos sorprendentes y altamente especializados a la hora de reproducir la anatomía de animales translúcidos o blandos, generalmente cefalópodos e invertebrados marinos, aunque su salto a la fama se debió a sus reproducciones florales en vidrio.
Hay algo particularmente fascinante en los objetos y ejemplares preservados en contenedores transparentes, en tanto que visibles pero inaccesibles, y, simultáneamente, habituarse a la presencia de este recurso expositivo produce en el visitante unas expectativas concretas respecto al valor y al significado de las piezas así mostradas. Es lógico, por tanto, que los artesanos e industriales del vidrio, con inmediato acceso a las técnicas y posibilidades de este medio, reciban encargos de esta índole o se propongan emularlos con fines artísticos o promocionales, dado que supone una categoría de objetos decorativos, expositivos o artísticos que de alguna manera denotan un discurso reconocible por el público en general, y por el que valora los indicios de la historia de la ciencia y el conocimiento en particular.
Kiva Ford, nuestra última adquisición para esta categoría de artistas se ha especializado en creaciones en miniatura que acercan su actividad al mundo de la joyería y el fetichismo coleccionista, pero en algunos de sus trabajos sigue las pautas anteriormente descritas y engrosa el catálogo de vidrieros dispuestos a honrar uno de los campos más prestigiosos y honrosos de la historia de su oficio.
Es evidente, no obstante, que a pesar de los guiños a los modos expositivos de los museos de historia natural, Ford no renuncia a una cierta estética kitch aparentemente complaciente con el coleccionismo y las artes decorativas. Ello no le impide recordarnos con bastante claridad el potencial metafórico de sus obras para hablar de la fragilidad del mundo natural, tanto de sus criaturas como de los medios artificiales para preservar su integridad.
Ford ya había llamado la atención de las redes con sus trabajos, y desde COLOSSAL se había ofrecido un muestrario de sus llamativos y multicolores trabajos, pero no ha sido hasta su última incursión en la galería virtual de Chrsitopher Jobson cuando nos hemos interesado por ellos, dado que entran en la categoría que suscitan el interés de nuestras selecciones de arte antrozoológico en las fronteras del bioarte y el arte consagrado a ilustrar la divulgación científica. La exposición de esta categoría de trabajos de Ford ha suscitado la curiosidad de otros medios gráficos impresos y virtuales y nos sentimos obligados, como mínimo, a dejar constancia de ello.
Para la ocasión, Jobson le dedica el siguiente comentario:
Durante el día, artista del vidrio con sede en Virginia Kiva Ford fabrica instrumentos de vidrio a la usanza de aquellos diseñados para aplicaciones especiales en los laboratorios científicos. Por la noche, se retira a su casa-estudio de arte en la que utiliza su vasto conjunto de habilidades para crear vasos curiosos de vidrio, miniaturas, copas, y otras creaciones inusuales de elaboración totalmente artesanal. Ford dice que su práctica artística está fuertemente inspirada por sus intereses en la mitología, la historia y la ciencia.
Las observaciones artísticas de Ford del mundo natural han comenzado a fusionarse directamente con sus capacidades científicas de soplado de vidrio en una serie de nuevas piezas híbridas. En la metamorfosis y la metamorfosis II, vemos la secuencia de una oruga que se convierte en mariposa y un huevo que se convierte en una rana, todo perfectamente encapsulado por el material vítreo hecho a mano, que evoca el misterio de un barco en una botella.
colaboración con Matt Robertson |
http://www.thisiscolossal.com/2016/01/kiva-ford-glass/
Artist Kiva Ford Utilizes Scientific Glassblowing Techniques to Create Unusual Glass Sculptures by Christopher Jobson on January 29, 2016
By day, Virgina-based glass artist Kiva Ford (previously) fabricates one-of-a-kind glass instruments designed for special applications in scientific laboratories. By night, he retires to his home art studio where he utilizes his vast skillset to create curious glass vessels, miniatures, goblets, and other unusual creations working entirely by hand. Ford says his artistic practice is heavily inspired by his interests in mythology, history, and science.
Ford’s artistic observations of the natural world have begun to merge directly with his scientific glassblowing abilities in a number of new hybrid pieces. In Metamorphosis and Metamorphosis II, we see the sequence of a caterpillar morphing into a butterfly and an egg turning into a frog, all seamlessly encapsulated by handmade glass instruments, evoking the mystery of a ship in a bottle.
You can follow more of Ford’s work on Instagram and he sells hundreds of glass objects—mostly miniatures—through his Etsy shop. (via Hi-Fructose)
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