Ya que la entrada anterior se la dedicamos al abandono de Rick Baker de su actividad empresarial consagrada a los efectos especiales cinematográficos (especialmente caracterizaciones, volumetrías y maquillajes) nos ha parecido oportuno recordar la magia de las ilusiones ópticas más tradicionales. La más antigua, sin duda, es el dibujo, o, si lo preferís, la pintura. El arte gráfico figurativo se basa en el funcionamiento de nuestra percepción visual, y su uso sistemático de analogías entre las formas visibles en el entorno. Esa capacidad nos ayuda a distinguir una piedra de una sandía, pero también es responsable de creamos ver el rostro de La Virgen en una mancha de humedad.
La evolución de los recursos gráficos, en función de las técnicas y materiales empleados, supone también la evolución de la comprensión de dichos recursos y el reconocimiento de sus convenciones, pero el perfeccionamiento realista de la pintura figurativa hasta que sea confundida con una imagen real es posible que no alcance sus más altas cotas hasta la sustitución de las técnicas al temple (de rápido secado, transparentes o translúcidas y que exigen constantes tramas y veladuras para consguir fundidos y degradados) por las técnicas que aglutinaban los mismos pigmentos al óleo en vez de clara de huevo.
La pintura al óleo no se seca por evaporación, sino que lo hace por una progresiva oxidación que permite un tiempo prolongado de trabajo y retoque de ls mezclas sobre el lienzo, y, aunque parezca un inconveniente, tiene sus ventajas para conseguir un realismo más similar al de una cámara oscura o un espejo (las copias de la realidad óptica conocidas en la época previa a la aprición de la fotografía). La pintura realista al óleo prospera básicamente en una nueva sociedad mercantil y burguesa, en la que los retratos y pinturas de encargo ceden el simbolismo de sus personajes y composiciones al simbolismo socioeconómico de los objetos y bienes materiales ya no meramente representados, sino fielmente reproducidos de modo que no quede duda acerca de su calidad material. La pintura barroca supone dar un paso más allá y no reconocer simplemente una mesa, una daga o un abrigo, sino distinguir una precisa calidad de madera noble y cara, un metal precioso o un manto de una piel rara o valiosa. El fotorrealismo es anterior a la fotografía, y es sufragado en base al alarde económico y materialista, aunque recrear engaños visuales, dar la impresión de que podríamos entrar en el espacio del cuadro es algo que preocupaba técnicamente a Caravaggio, por ejemplo (auténtico creador de pseudodioramas foto-realistas) para evidenciar la presencia de los materiales más toscos y humildes, para desmitificar la presencia simbólica de santos y divinidades, encarnados por modelos cuya presencia casi se puede oler pero que evidencian incluso su pobre condición de indigentes o aprendices. Son asuntos ya tratados en "Digo, miento, fotografío" y no queremos insistir excesivamente en ello, pero ya sabéis que son temas troncales en nuestro blog.
El cine, heredero también del teatro y de las sombras chinescas, se ha servido de la pintura para crear fondos pintorescos y dramáticos, pero hemos de recordar que también ha sabido hacer lo contrario, es decir: tapar el fondo real para crear un fondo escénico virtual alterando la percepción de la profundidad de campo, algo tan aparentemente anodino como interponer un cistal entre la cámara y el sujeto para reservarlo pintando a su alrededor un mundo alternativo creíble. Esta técnica clásica fue utilizada con convicción en "La guerra de las galaxias" con resultados sorprendentemente convincentes que han envejecido menos que los reajustes y añadidos digitales de la reedición de la saga. La entrada y el comentario de hoy son un homenaje a los hábiles artistas analógicos de antaño y de siempre, como Chris Evans, Michael Pangrazio y tantos otros que ahora editan digitalmente sus trabajos para no ser desplazados totalmente por las nuevas tecnologías, tal y como comentábamos al respecto de los trabajos de modelismo de Rick Baker.
La información complementaria y las imágenes las extraemos directamente de un artículo de para theCreatorsProject con el buen criterio que normalmente les caracteriza. Como es lógico y mínimamente exigible, mantengo sus propios tags y enlaces por respeto a los autores originales,
theCreatorsProject
http://thecreatorsproject.vice.com/es/blog/localizaciones-de-la-guerra-de-las-galaxias-que-fueron-pintadas-a-mano?utm_source=tcpfbes
Localizaciones de “La guerra de las galaxias” que fueron pintadas a mano
Veamos, por ejemplo, el caso del hangar del Retorno del Jedi. Cuando vi las imágenes que os presentamos a continuación, no podía creer que muchas de las inmensas localizaciones que aparecen en las tres primeras películas de La guerra de las galaxias no eran más que pinturas creadas gracias a la utilización de una técnica de pintura sobre vidrio conocida como “matte painting”, que contenían a menudo un enorme punto negro en el medio donde se desplegaba la imagen en movimiento.
A continuación te presentamos algunas de las localizaciones de “La guerra de las galaxias” dibujadas a mano por
los artistas Chris Evans y Michael Pangrazio, junto con un documental
de la BBC que muestra cómo crearon estos efectos visuales. Saca tu
espíritu nerd por un momento y disfruta viendo cómo el castillo de Jabba
el Hutt y el bosque de los Ewoks aparecieron de la nada gracias a nada
más que pintura y un gran nivel de destreza.
El bosque de los Ewoks pintado a mano.
El hangar del planeta Hoth en “El imperio contraataca” pintado por Michael Pangrazio.
La entrada al hangar de la estrella de la muerte en el “Retorno del Jedi” pintada por Chris Evans.