En una de nuestras entradas anteriores (una de las más visitadas hasta la fecha, y siendo de elaboración propia, de las que más nos satisfacen a nosotros mismos) dábamos cuenta de una serie de especies animales especialmente conocidas por su blancura o por su negrura (e incluso, yendo un poco más allá, repasábamos aquellos que muestran blanco y negro, o blanco, negro y gris en su pelaje). Distinguíamos entere especies "genuínamente" blancas o negras de aquellos casos de ejemplares que constituyen casos de albinismo o de melanismo.
Sin duda, los animales blancos suelen ser asociados en casi todas las culturas a la pureza, a la luz, y, por tanto, de algún modo, a la espiritualidad. No obstante, en aquel artículo destacábamos también ciertos casos de especies que presentan variantes nominales en blanco y negro que en realidad no se corresponden con la realidad cromática (el rinoceronte constituye el mejor ejemplo), y también mencionábamos el caso de los guepardos carentes de manchas en ciertas zonas de África y, cómo no, los hermosos rasgos diferenciales del guepardo real, una bellísima subespecie de Guepardo de Rhodesia que, a causa de la cosanguineidad de la población de guepardos de la zona, presenta atavismos que apuntan al posible aspecto que mostrarían los antepasados de tan hermoso animal.
No obstante, y pese a que mencionábamos al oso polar u oso blanco (cuya piel es en verdad negra y su pelo transparente), sin olvidar su parentela genética con el Grizzly recientemente evidenciada por ciertos casos de hibridación, hemos cometido un lapsus grave. Hemos ignorado al oso negro blanco.
El lapsus es grave porque nos interesan las confusiones léxicas al hablar especies animales, y nos interesan las especies y subespecies poco conocidas. Cuando decimos "oso negro blanco" no hacemos uno de nuestros típicos juegos de palabras (los seguidores fieles sabéis que nos gustan y los practicamos con cierta desmesura) puesto que el oso Kermode, pues a dicho animal nos referimos, es, en sentido estricto, un oso negro que, por causas endémicas similares a las del guepardo real, muestra un particular atavismo que afecta al aspecto de su pelaje, de color blanco o cremoso y que lo convierte en un animal raro, tanto por su escasez como por el hecho de ser poco conocido. Además, yo diría que el hecho de añadir más datos confusos a la identificación de osos por parte de los profanos, tiene difícil acceso a la cultura de la divulgación zoológica no especializada.
Lo más grave de nuestra omisión (además de lo significativo que resulta que el Kermode sea también llamado oso de espíritu o spiritbear, algo que ilustra a la perfeccción nuestro comentario acerca de la espiritualidad intercultural compartida respecto a los animales blancos) es que ya habíamos ampliado nuestra información sobre animales blancos y negros con una entrada específica reciente sobre osos en la que habíamos omitido injustificablemente cualquier mención acerca de esta rara y hermosa subespecie, iconográficamente poderosa, como ya habíamos comentado con respecto al guepardo real.
Según wikipedia el oso Kermode (Ursus americanus kermodei) es una subespecie genéticamente única del oso negro que habita en la costa central de la Columbia Británica. Tienen un pool génico recesivo que produce en un pequeño porcentaje de ejemplares una piel blanca o crema. También se les suele llamar osos de espíritu, y forman parte de la mitología nativa del lugar.
El hábitat de esta subespecie ha sido profundamente alterado. Por lo que en febrero de 2006, el gobierno de la Columbia Británica ha conseguido un Acuerdo de Manejo de Tierras con el agrado de ambientalistas y grupos ecologistas de los pueblos originarios y con la industria maderera para proteger 18.000 km² de terrenos, incluyendo uno de los más grandes bosques templados del mundo: la casa del oso Kermode.
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