Próximamente espero deleitaros con una nueva selección de trabajos de alumnos de la EASD Serra i Abella dedicados a la experimentación con el concept-art a través de la fotografía. La propuesta principal pretende ofrecer como resultado una serie de reflexiones acerca de los límites entre las imágenes fantásticas del mundo mítico de los superhéroes de cómic y el supuesto realismo de los medios de divulgación. Como anticipo, dado que la práctica de estudio precedente de más envergadura, concebida como precalentamiento para la superheroica, era la la recreación de una obra pictórica, he creído oportuno recordarla en este post a raíz de un artículo de Javier García Blanco (Arte secreto, 3/04/2014, Yahoo) acerca de los enigmas que rodean a "La dama de armiño", famoso y misterioso retrato atribuido a El Greco.
Se trata también de uno de los cuadros de los que más recreaciones fotográficas hemos encontrado, y entre ellas destaca precisamente una de las obras realizadas por Cristina Pino para dicho proyecto de la Escola d'Art de l'Hospitalet, que podéis comparar con otras réplicas fotográficas a continuación o en la página específica dedicada a este estudio de la luz fotográfica a través de iluminaciones ejemplares de la historia de la pintura y el cine.
Ahora os dejo con el post original de Javier García Blanco, pero antes echad un vistazo a esto para entender mejor cuál es el espíritu de las obras replicadas en diferentes medios:
‘La dama de armiño’ de El Greco, una pintura repleta de enigmas
Por Javier García Blanco | Arte secreto – jue, 3 abr 2014
Con motivo de los distintos actos organizados a raíz de la conmemoración del cuarto centenario de su muerte, El Greco
vuelve a estar de moda, y buena prueba de ello son las largas colas que
se forman día tras día en los diferentes espacios expositivos que
forman parte de ‘El Griego de Toledo’.
[Relacionado: Sofonisba Anguissola, la única pintora del Prado]Un éxito arrollador que no era difícil de imaginar, pues es la primera vez que se reúnen en un mismo lugar tantas obras del fascinante artista cretense –más de cien–, procedentes de una treintena de museos y colecciones privadas de todo el mundo.
Pero a pesar de todo este despliegue de medios y obras de arte, hay una pintura que nos interesa especialmente, pues se trata de un lienzo rodeado de interrogantes y polémicas entre los historiadores: ‘La dama del armiño’, actualmente en propiedad de la Pollok House de Glasgow.
Pese a sus modestas dimensiones –mide apenas 60 por 50 centímetros–, este óleo sobre lienzo ha cautivado la atención de los especialistas durante años, y de forma especial en las últimas décadas.
Aunque no hay documento contemporáneo alguno que haga referencia a su autoría por parte de El Greco, tradicionalmente se ha considerado que esta pintura –en la que una dama de mirada penetrante y misteriosa mira con cierto desafío al espectador–, es obra del artista griego.
Algunos autores han sugerido que la misteriosa dama que aparece retratada en la pintura y que se abriga con una piel –de lince, por cierto, y no de armiño– podría ser Jerónima de las Cuevas, la mujer con la que El Greco mantuvo una breve relación de la que nació su único hijo, Jorge Manuel Theotocópuli.
Esta identificación, sin embargo, es únicamente una especulación, pues no hay evidencias que permitan demostrar esta hipótesis. De hecho, es que en los últimos años han sido varias las voces que no sólo niegan esta posibilidad, sino que van más allá y descartan que la pintura sea una obra de El Greco.
Lo cierto es que el retrato es un tanto atípico respecto al resto de la producción del artista, quien retrato a pocas mujeres. El detalle de que la dama fuera retratada mirando con cierto aire de desafío e incluso de seducción tampoco era muy habitual en la pintura de comienzos del siglo XVI, pues no se consideraba apropiado que una mujer estableciera contacto visual directo con el hipotético espectador de la obra.
'Retrato de Jorge Manuel Theotocópuli', de El Greco | Crédito: Wikipedia.Pero, si no es Jerónima de las Cuevas, ¿quién es la mujer que nos mira desde el cuadro? Y, lo que es más importante: si el autor de la obra no fue El Greco, ¿quién fue el responsable de su creación?
Una de las primeras referencias que poseemos sobre la pintura se remonta a la primera mitad del siglo XIX. En aquellas fechas, se encontraba en España el barón Isidore-Justin Taylor, un noble al servicio del rey Luis Felipe de Francia, para quien estaba reuniendo una colección de arte español que debía exponerse en el Museo del Louvre.
Entre otras muchas pinturas, el barón Taylor compró ‘La dama de armiño’ –adquirida al coleccionista Serafín García de la Huerta–, y la trasladó a París. Allí se expuso en 1838 bajo el título de ‘La hija de El Greco’, sin que sepamos qué datos llevaron al barón a identificar la pintura con una obra del artista de origen griego. Es posible que fuera el propio vendedor, García de la Huerta, quien le atribuyera este origen.
Como decíamos antes, en la actualidad son varios los estudiosos que descartan la autoría de El Greco, y señalan a otros artistas. Para las historiadoras María Kusche y Carmen Bermis –ambas ya fallecidas–, por ejemplo, la pintura sería en realidad una obra de la artista Sofonisba Anguissola, a quien ya tuvimos ocasión de conocer anteriormente.
En opinión de Kusche –que fue una de las mayores especialistas en la figura de Anguissola–, la dama retratada podría haber sido nada menos que Catalina Micaela, la segunda hija de Felipe II, y Duquesa de Saboya, pues guarda cierto parecido con un retrato que hizo de ella Alonso Sánchez Coello.
Una hipótesis que sin embargo descartó en su día el experto José Álvarez Lopera –una de las voces más autorizadas sobre El Greco–, al argumentar que un miembro de la familia real jamás habría mirado al espectador de forma tan directa y seductora.
Otros autores, como el periodista e investigador Antonio García Jiménez, también rechazan la autoría de El Greco, pero incluso se atreven a ir aún más allá. En opinión de García Jiménez, la obra no sólo no sería El Greco, sino que ni siquiera habría sido pintada en el siglo XVI. Para este estudioso, la pintura fue creada en el siglo XIX, y posiblemente está retratando a una actriz que en aquellas fechas representaba la obra ‘La judía de Toledo’.
Según García Jiménez, es posible que fuera el propio Serafín García de la Huerta –al parecer conocido en la época por atribuir sin demasiada fiabilidad pinturas a artistas célebres–, quien afirmase sin mayores pruebas que ‘La dama de armiño’ había sido pintada por El Greco, con la única intención de obtener un buen precio por su venta al barón Taylor.
[Relacionado: El enigmático caballero de Velázquez]
No sería difícil comprobar si la pintura remonta sus orígenes al siglo XVI o si por el contrario es una creación más moderna, pero parece poco probable que los actuales propietarios de la obra se arriesguen a que un análisis de resultado desfavorable reste valor a la que en la actualidad es una pieza de enorme valor.
Fuentes: ÁLVAREZ LOPERA, José. ‘El Greco’ (Ed. Akal, 2001); Museo del Prado, Efe.
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